Había un hombre que tenía fervientes deseos de llegar a ser rico. Con este fin, iba todos los días a pedirle a Dios que accediera a sus peticiones.
Cierto día de invierno, cuando volvía a su casa después de su plegaria cotidiana, divisó una bolsa llena de oro a un lado del camino. Estaba caída en el hielo, incrustada en él.
El hombre, loco de dicha, creyendo que sus plegarias por fin habían sido escuchadas, se lanzó sobre la bolsa e intentó cogerla… ¡Inútil!, la bolsa estaba fuertemente agarrada en el hielo que se había depositado sobre ella.
Entonces tuvo una brillante idea: orinó sobre el hielo que retenía la bolsa y comenzó a tirar… a tirar… hasta que despertó en su cama completamente mojado y con un gran dolor de testículos, ya que eso era lo que aferraba y de lo que tiraba con tanta fuerza.
HISTORIAS ZEN recopiladas por el maestro Deshimaru y algunos de sus discípulos. Traducción: Agustín Utrera y Juana Morente. Edit SIRIO, Málaga 1990
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario