sábado, noviembre 29, 2008

SOLARIS II

http://signodom.club.fr/Solaris/Solaris%20-%20images.html



... dans ces deux films (Tarkowsky et Sodhberg) ...beaucoups trop d'éléments importants ont été laissés de côté, notamment les formations solariennes et c'est vraiment dommage car celles-ci sont loin d'être des gadgets ou un simple décor, elles permettent de prendre pleinement conscience du caractère profondément étrange et incompréhensible de cette créature. On comprend alors mieux l'intérêt obsessionnel que lui portent les scientifiques qui cherchent à percer ses mystère, les efforts déployés depuis toutes ces années et l'ampleur de la déception causée par leur échec. Ironiquement, alors que le roman de Stanislas Lem parle des limites de la compréhention humaine, il semblerait que l'océan de Solaris soit au delà de celles des réalisateurs qui l'ont abordé jusqu'à présent et qui ont surtout vu dans ce récit un prétexte pour traiter de considérations personnelles plutôt que de l'adapter avec fidélité.

Así dice esta artista francesa que, inspirada por Solaris, se remangó y creó por sí misma imágenes de las "metamorfosis plasmianas" del océano; mirad la página, confiad en vuestros conocimientos de la lengua de Brassens y ved sus obras...

Para vagos, ahí va una
(simetríada)


LONGUS: se extienden kilómetros, "más que el Gran cañón", y surgen tras solidificarse en la superficie el mar en forma de coloide ("tumores osificados"), mientras que, a 15 metros de profundidad, la sustancia se hace dura como la roca y flexible como un músculo tenso. Las paredes se van elevando del lecho marino hasta alcanzar cientos de metros de altura, surcos animados en su interior de un movimiento tan vertiginoso que parece quietud. Se mantienen estables por semanas, estabilidad que en tal laneta es una anomalía. Los hay a millares.

Se supuso: que transformaban la materia; que asemejaban procesos respiratorios; que eran procesos alimenticios. "El polvo de las bibliotecas ha sepultado el repertorio infinito de las suposiciones".


MIMOIDES: Un disco sumergido comienza el proceso. Al cabo de unas horas, esa masa asciende y se divide en hojas, que se elevan lentamente. Acuden entonces crecientes tandas de olas, que muerden las hojas, que se elevan más, que son devoradas por olas mayores... Cientos de miles de toneladas caen, sew hunden, ascienden continuamente. Aparecen racimos piriformes. El fenómeno dura un día o semanas. Visto desde arriba, asemeja una ciudad que se recrea siempre. Aparecen nuevos pólipos. Si, en esos momentos, se muesra al mimoide un objeto inanimado, este se ve reproducido, grosera pero titánicamente, a escala 2.000/1; miles de veces mayor, y esto en cuestión de segundos.

Es posible posarse en el interior de un mimoide. Cuanto más cerca se lo mira, menos se asemeja a nada.
En los primeros años de exploración, "los investigadores se abaklanzaron literalmente sobre os mimoides, que fueron bautizados como "ventanas abiertas al océano". Pronto se vió que el estudio de los mimoides no levaba a ninguna parte.

SIMETRIADAS / ASIMETRIADAS: Torbellinos plasmáticos, en nada semejantes a nada humano, que aparecen de pronto, como erupciones y crecen vertiginosamente en torno a un temprano eje central. Tienen la propiedad de que aveces ilustran y otras veces niegan las leyes físicas. Parecen modelos tridimensionales de ecuaciones trascendentes. Se supuso (Fermont lo supuso) que eran verdaderas computadoras del océano vivo, una expresión infinitamente comleja de cálculos y análisis superiores. Inútil. Pueril. No se sabe.


"El repertorio de las formaciones que se producen regularmente en la superficie del océano vivo, y que es posible observar por decenas. y hasta por centenas en el curso de 24 horas, ocupa 300 capítulos en la obra de Gesse". Fenómenos observables; transitorios, que aparecen en la corteza de aquel mega-cerebro,; parecidos a cosas, parecidos a procesos... y los investigadores, los ligan a recuerdos, a asociaciones, a silogismos... y lo que encuentran, de nuevo, es el océano dispuesto a sorprenderles, a dejarles que jueguen con él, replegado sobre sí mismo, íntimo, único, inalcanzable.

Cuando miramos nuestro cerebro, o aquello que consideramos que es producto de la actividad de nuestro Solaris personal, solemos encontrarnos así. Observador y objeto de la exploración coinciden, y se empotran el uno en lo otro.
Sucesivas oleadas de científicos -de ideas, de eso que llamamos pomposamente "intuiciones- aterrizan -aterrizamos- en eso que es como nosotros, pero nos contiene; y lo que terminamos descubriendo son... recuerdos... tumores emocionales.... alegrías sin objeto... estructuras incomprensiblemente simétricas o asimétricas...
Algunas de las estructuras podían ser signos externos de actividad onírica del cerebro. Pero, ¿cómo distinguirlas de las otras?
¿Qué, qué, qué son los Sueños? ¿Vías de entrada a la comprensión de nuestra mente? ¿Residuos de operaciones sensoriales? ¿resultados visuales de cálculos prospectivos indispensables para nuestra homeostasis?
Italo Calvino contesta desde: http://anochecuandodormia.blogspot.com/2007/09/interviene-italo-calvino.html "No se sabe. No se sabe."

SOLARIS 1

Iñaki Aramberri, mi ilustrado colega, me pasó su DVD de “Solaris”, la película dirigida por Tarkovsky. La ví, dejándome levar por su ritmo irresistible (y lentísimo). El director ruso, (también George Clooney lo intentó dirigiendo una segunda e interesante versión), ha decidido ilustrar los aspectos intimistas de la obra de Stanislav Lem, y yo, como lector, me quedo con las ganas de “ver” gracias a la magia cinematográfica las formaciones características del Océano Consciente que es el planeta Solaris.


Me desperté en mitad de la noche con todo un argumento que liga esta novela con el mundo de los sueños. Al levantarme tomé el libro de la estantería: La portada de la edición de Minotauro (edición de 1998, dibujo de Oscar Chichón) representa: un cuerpo tumbado sobre sábanas azules que hacen pliegos; nos da la espalda; ante sus ojos, una escotilla triangular que le separa del exterior: un mar lleno de ondulaciones, del mismo color que las sábanas; de alguna manera lo mismo es más allá de la claraboya que más acá: circunvoluciones cerebrales azules, conciencia o materia, y ese alguien, conciencia y materia que vive, que “es” entre ambas.


Solaris es un planeta que es un océano consciente. Hace más de doscientos años que los hombres llegaron a él, establecieron una base permanente y comenzaron a estudiarlo. Los últimos llegados a la estación experimentan ante nosotros lo que sus antecesores tuvieron en su día ocasión de vivir: la extrañeza, la fascinación, el miedo, la soledad. El mundo/océano/Solaris interactúa con ellos; pero no sigue las premisas lógicas con las que interpretamos nuestra existencia terrestre. Parece generoso, cruel, irónico, desolador, pero van comprobando que Solaris no es nada de eso, sino lo que es. Y eso excede las capacidades humanas de conocimiento.


Cada obra de Lem es simultáneamente en unos cuantos planos de realidad. Esta es un clásico insuperable de la ciencia ficción, pero no es por eso por lo que la escogió Tarkowski, un metafísico. Trata de un hombre encerrado con sus recuerdos y de las senderos que ante él
se abren cuando esos recuerdos son terriblemente tristes. Y nos cuenta de la radical imposibilidad de tomar una decisión adecuada en momentos como ese, y al mismo tiempo
de la ineludible necesidad de lograrlo. Y de cómo el mundo es impermeable al suceder de lo humano. Y de la compasión, y de la belleza, y de la fortaleza con la que el minúsculo ser humano encara su devenir. Pero todo esto sirve como material contrastante para acercarse a una descripción de lo que sucede hasta configurar una Mente. Y para eso, amplificó un cerebro humano hasta el tamaño de un planeta, e hizo que las actividades cerebrales se pudiesen ver, observar – no, desde luego, comprender-.




¿Habla Solaris de los sueños? Ni por un momento!. Pero, allá por la página 130, el protagonista acude a la biblioteca de la estación y se entretiene con "la obra de Giese: Solaris, 10 años de exploración", y especialmente -y mientras lee, nos cuenta , resumidamente, lo que está leyendo-,
con los capítulos referentes a "las formaciones solaristas": fenómenos visibles en la superficie del océano ininterrumpido que se anhela que sean puertas abiertas al conocimiento de los procesos profundos del planeta. Y esas formaciones - y esas esperanzas- me parecen inspiradas, casi calcadas, del fenómeno de los sueños humanos.


jueves, noviembre 27, 2008

del sueño a la poesía / suele Silvio transitar


En el claro de la luna
donde quiero ir a jugar,
duerme la reina fortuna
que tendrá que madrugar.
�Mi guardiana de la suerte,
sueña cercada de flor
que me salvas de la muerte
con fortuna en el amor.


�Sueña, talismán querido,
sueña mi abeja y su edad;
sueña y si lo he merecido,
sueña mi felicidad.
�Sueña caballos cerreros,
suéñame el viento del sur,
sueña un tiempo de aguaceros
en el valle de la luz.
�Sueña lo que hago y no digo
sueña en plana libertad
sueña que hay días en que vivo
sueña lo que hay que callar.


�Entre las luces más bellas
duerme intranquilo mi amor
porque en su sueño de estrellas
mi paso en tierra es dolor.
�Más si yo pudiera hacerle
miel de abeja en vez de sal
a que tentarle la suerte
que valiera su soñar.


�Suéñame pues cataclismo
sueña golpe largo y sed
sueña todos los abismos
que de otra vida no sé.

�Sueña lo que hago y no digo
sueña en plana libertad
sueña que hay días en que vivo
sueña lo que hay que callar.


�Sueña la talla del día
del día del que fui y del que soy
que el de mañana, alma mía,
lo tengo soñado hoy.


Arrate me trajo esta evocadora canción de Silvio Rodriguez.

Me gustan las largas series de imágenes que no me invitan a comprenderlas, sino a sonarlas, a escucharlas, a cruzar por entre ellas como por entre la niebla y salir de entre ellas apenas empapado

Añado un lugar de Youtube donde suele irse a dormir; no es raro encontrarla allí.



la botica de Samba Ghana





...el polvo de soñar el quinto día... Tenía, según ha dicho Cowley, una gran importancia militar.


Los que aspiraban dicho polvo se dormían y soñaban lo que serían o harían cinco días después. Imaginen que estamos en una expedición militar, en víspera de batalla.


Unos, en sus sueños, se veían sanos y fuertes; otros, heridos; otros, muertos, con sus mujeres arrodilladas a sus pies, colocando en ellos panales colmeneros para que las abejas recogiesen el alma del finado, que se volvía abeja.


Los que iban a morir, -y nada se puede contra el fatum-, pedían los lugares más arriesgados en la batalla, y combatían heróicamente, lanzándose destemidos a dar la vida en la pelea, verdaderos kamikazes.

De los aschanti se sabe que utilizaban unas determinadas hormigas puestas a secar al sol después de ser aplastadas con un pequeño mazo de marfil y molidas a mano en un almirez: ese polvo, aspirado como rapé, los embriagaba y hacía soñar.

Se cree que esta hormiga es una variedad africana de la gigante Camponotus herculeanus.

Algo parecido sería el polvo del sueño del quinto día que tenía en su botica Samba Ghana.
(esta cita, de una erudición inhabitual en este Blog, viene acompañada, para no desdecir la respetabilidad de las fuentes consultadas, de un gráfico que representa muy de cerca una "furmica furmica" del género Camponatus Herculeans y de la vera efigie fotográfica de un reyezuelo Ashanti de la actualidad que se prestó a ser retratado en las páginas cubiertas de amarillo del National Geographic; que si no hubiese sido en tan honrada publicación, no se hubiese dejado retratar.
Ek fragmento está tomado del capítulo "la botica de Samba Ghana" de la obra "Escuela de curanderos", de Álvaro Cunqueiro, gran mirmidólogo y boticario lucense.


miércoles, noviembre 26, 2008

Del sueño vigil según G. III



“No hay nada nuevo en la idea del sueño.

Casi desde la creación del mundo, se ha dicho a los hombres que estaban dormidos y que debían despertar. Cuántasveces leemos, por ejemplo, en el Evangelio “Despertaos”, “velad”, “no os durmais”. Incluso los discípulos de Cristo dormían en el huerto de Getsemaní, mientras su Maestro oraba por úlima vez.

Con esto queda dicho todo. Pero, ¿lo comprenden los hombres? Lo toman por una figura retórica, por una metáfora. No ven en absoluto que hay que tomarlo al pié de la letra.

Y aun en esto es fácil comprender la razón. Tendrían que despertar un poco, o al menos, intentarlo.

Hablo en serio cuando digo que a menudo me han pregunado porqué los Evangelios no hablan jamás del sueño... Y éste se cita en todas sus páginas. Lo cual demuestra sencillamente que la gente lee el Evangelio durmiendo”:

lunes, noviembre 24, 2008

Del sueño vigil según G. .- 2

"¿Cómo despertar? ¿cómo librarnos de aquel sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que pueda formularse un hombre".

Pero antes de hacérselas, deberá convencerse del hecho mismo de su sueño. Y no le será posible más que tratando de despertase.

Cuando haya comprendido que no se acuerda de sí mismo, y que el recuerdo de sí mismo significa un despertar hasta cierto punto, y cuando haya visto por experiencia lo difícil que es acordarse de sí mismo, comprenderá que el deseo de despertar no basta para lograrlo.

Hablando con el mayor rigor diremos que un hombre no puede despertarse a sí mismo.
Pero si veinte hombres convienen en que el primero que lo haga despertará a los demás,
tienen ya una posibilidad de conseguirlo. Sin embargo, incluso esto es insuficiente, porque los veinte hombres pueden dormirse al mismo tiempo y soñar que se despiertan. Por consiguiente no basta. Se necesita más. Los veinte hombres deben estar vigilados por otro hombre que
no esté dormido, o que no se duerma tan fácilmente como los demás, o que se duerma conscientemente cuando sea posible, cuando no pueda resultar de ello ningún mal para él
ni para los otros. Deben encontrar este hombre y contratarle para que les despierte
e impida que vuelvan a caer en el sueño.


Sin esto, es imposible despertar". (El retorno de los brujos, p. 435)

viernes, noviembre 21, 2008

Del sueño vigil según G. .-1

María M. dice que mirará qué he dicho acerca de Gurdjieff. Y luego me dirige a cierta página de su edición de "El retorno de los Brujos" donde se alojan sueños interesantes.
¡Ay!, El retorno de los brujos! Jacques Bergier y Louis Pauwels. Allá por los 1970, Angel María Salaverría Garnacho un veraneante donostiarra en mi pueblo, amigo inolvidable y, a muchos efectos, hierofante y psicopompo de mi primera juventud, me puso sobre esta pista.
¡Ay, cómo me enganché a aquel libro de Plaza y Janés! ¿Cuantas veces lo leí, cuantas vueltas le dí, cuantos indicios allí señalados escruté en los años siguientes? Algunos llegaron hasta la mismísima era de Google: busque quien quiera la meseta de Marcahuasi en los buscadores y se encontrará con ... con una pista que no llevaba a parte alguna... excepto a cierta exaltación poética... o así.
Pistas de extraterrestres, de Centrales Universales de Energías, de Maestros de la Era, la Ordo Templis Orientalis, Charles Fort, Fulcanelli... a mis ojos juveniles, Griales, y a mis ojos un pelín más viejos, simples paneles pintados que nada costaba atravesar y dejar atrás, pero que, de alguna manera, actuaron como señalizaciones de una ruta donde siempre pone: "Si sigues queriendo buscar, ¡tienes ruta pa´ rato!".
Para no decir "libro seminal", diré que para mí fué, indudablemente, un texto semillístico.
Entre las pistas, algunas permanecen: Jorge Luis Borges, Gustav Meynrick, René Guenon en lo literario. Y, por primera vez, el nombre y las palabras de Georges Ivanovich Gurdjieff.
..En fin, snifff...

Total que en mi edición no estaban aquellos sueños en tales páginas. Pero, tras años , volví a tener el libro en mis manos, y fuí a mirar qué decía por aquí y por allí.
Y caí en lo que decía Gurdjieff.

Decía esto:

"Para comprender la diferencia entre los estados de conciencia, es preciso que volvamos al primero, que es el sueño. Es éste un estado de conciencia totalmente subjetivo. El hombre queda sumido en sus sueños y poco importa que conserve o no sus recuerdos. Aun en el caso de que algunas impresiones reales lleguen hasta el durmiente, tales como sonidos voces, calor, frío
y sensaciones de su propio cuerpo, sólo provocan en él imágenes fantásticas.
Después el hombre se despierta. A primera vista, es un estado de conciencia completamente distinto. Puede moverse, hablar con otras personas, hacer proyectos, ver los peligros, evitarlos, y así sucesivamente.
Parece razonable pensar que se encuentra en una situación mejor que cuando estaba dormido. Pero, si calamos un poco más hondo, si arrojamos una mirada a su mundo interior, a sus pensamientos, a las causas de sus acciones, comprenderemos que se halla casi en el mismo estado de cuando dormía. Incluso peor, porque , durante el sueño, permanece pasivo, lo que equivale a decir que no puede hacer nada. Por el contrario, en el estado de vigilia puede actuar continuamente, y el resultado de sus acciones repercutirá sobre él y sobre los que le rodean. Sin embargo, no se acuerda de sí mismo. Es una máquina, todo le viene de afuera.

No puede detener la corriente de sus ideas, no puede dominar su imaginación, sus emociones, su atención. Vive en el mundo subjetivo del “yo amo”, “yo no amo”, “esto me gusta”, “esto me disgusta”, “deseo”, “no deseo”, es decir, en un mundo hecho de lo que cree amar o no amar, desear o no desear.. No ve el mundo real. Se lo oculta el muro de su imaginación.
Vive en el sueño. Duerme. Y lo que llamamos “conciencia lúcida” no es más que un sueño... y un sueño mucho más peligroso que el de la noche, en su lecho.
...¿Cómo despertar? ¿cómo librarnos de aquel sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que pueda formularse un hombre.

jueves, noviembre 20, 2008

( y sigue...)

Hipótesis

formulada como conclusión tras analizar los datos:

En algunas ocasiones, Yo -el sujeto- colisiono con el ritmo de los sucesos que me rodean y con los que me involucro. No llego. Me harto. Me agobio.
En esos casos, Yo doy en abrumado, en descontento, en rezongante, en irritado.
Entonces, Yo reniego de lo que hay, de lo que soy, de los demás y de los demás
y con ese reniego, parto, desgajo, disocio trozos, áreas, campos de mi vida,. y los reservo para ser habitados por instancias compensatorias.
(De otro modo: me meto al Water ... a leer. O me retiro del contacto con el otro... hacia fantasías bien conocidas. O hurto tiempo/bienes/ guiones... y los sitúo fuera del alcance de la frustración.
Eso es la segunda Vida... si no me equivoco).

Es decir: cuando estoy yo en mi vida, solo hay una Vida; Cuando me divido entre Estar y Renegar, creo una Segunda Vida.
Y esa daría cuenta de su presencia a través de los sueños y bajo la especie de casas inconvenientes. Así que, necesariamente, esas casas son clandestinas, inconvenientes, y a ellas voy a solas y paso pocos, solitarios ratos, y desordenadas quedan, bajo la alfombra, hasta otra ocasión.

Ergo... si estoy en lo cierto, estos sueños se darán concomitantemente con épocas de descontento. De no muy hondo descontento -cuando es muy hondo, me lo anuncian sueños en los que sigo en la Universidad, sin terminar la carrera y con varias asignaturas colgando; ahora mismo recuerdo la última vez que decidí en sueños que no, que lo dejaba, que no iba a seguir con biología, que me tendría que contentar -que mis padres se tendrían que contentar- con el título de Psicología-. De desazón. De humor reviado. De "no quiero"

Animado por tanto movimiento, froto la lámpara de Aladino yle pido al genio que me eche una mano con otro aspecto del sueño: El circo rocoso que rodea a mi población. A ver si se porta...

miércoles, noviembre 19, 2008

(sigue...)




"Anónimo dijo...
Creo que no debes comprar casas, tu sueño te lo dice... yo vivo de alquiler y es fantastico, siempre puedes cambiar y hacer tuyo el sitio que habitas. Lo que importa son los CDs no la casa... el fondo no la forma. No importa donde vivas no importa que otros vean absurda tu decision, lo que sirve es que encuentres tus CDs. Un abrazo"


Así me replicó el amable "Anónimo" a la entrada anterior, dejando mi ánimo tranquilo y mis pesquisas reorientadas ( aunque suene a broma, por más raro que parezca es cierto). Mi estado de ánimo, que estaba lo que se dice "sombrío", se aligeró instantáneamente. Y ese giro me puso en disposición de mejor vivir. Cosas de La Máquina Biológica Humana, que responde así a según y qué estímulos exteriores...


Aprovechando que me había concentrado en el tema "Casas", una gran cantidad de materiales de los almacenes del sueño se presentaron ante mí. -A veces tenemos ocasión de ver bajamares abarrotadas de restos informes llegados desde toda el océano; alguna corriente se ha desviado momentáneamente y ha arrojado a la playa de todo. Así estaba yo ayer-.


Al despertarme esta mañana, he ido a recoger muestras de aquel batiburrillo para su posterior y sosegado análisis, pero ya no queda casi nada; el altamar ha vuelto a apoderarse de todo y lo ha desperdigado por un área excesivamente vasta para mis medios. Todavía distingo algún pedazo; (laderas trepando rojas en la noche, calles más y más arriba, una torre al pié de una cuesta, escalinatas... pero ayer llegaban y llegaban, y hoy se alejan y se alejan. Y lo soñado se aleja hacia el olvido...

Pero mientras estoy escribiendo esto para que no se me termine de olvidar, Nerea se prepara para ir al Cole, y de reojo le presto atención. Me vé escribiendo y me pide que le deje mirar una cosas con el trasto, y quejándome se lo dejo mientras voy a afeitarme, e imagino que le digo que hacer muchas cosas a la vez... y como rebotando en un frontón invisible, la frase se dirige a mí, y las casas del sueño hacen CLIC.

Esas casas hablan de otra vida. Segunda casa, Segunda vida.
Segunda vida, ¿como qué?
Segunda vida, ¿Por qué ahora?
Segunda vida, ¿qué es?




domingo, noviembre 16, 2008

Un sueño con casas

soñando, soñando,son las fiestas y las tiendas están rebosantes ¡Vaya, qué discos tan interesantes! Los dejaré aquí apoyados.

Los otros todavía no han llegado. No han podido ver la casa que nos ha tocado en suerte.

¡Vaya desastre! Ni me atrevo a cruzar los pasillos blancos y entrar; pero cuando Ana llegue fanfarronearé delante de ella, haciendo ver que me encanta la casa, y haré como que me gusta incluso su horrenda ubicación en aquel pasillo descascarillado. Pero, verdaderamente, es tan solo una caja; inacabada y sin un solo mueble (claro!); habrá que ir a por muebles...

pero, ¿adonde han ido a parar los discos? Ya no los encuentro. Cada vez hay más gente, más joven, más agobiante: me voy, me largo, cosa nada fácil, con tanto jaleo...

Quiero alejarme, irme, y cruzo la plaza tomando la vía menos frecuente, pero a la salida doy con un circo de rocas que me corta la salida; un pedrusco enorme baja rodando; aunque no he corrido verdadero peligro, está claro que por aquí no puedo salir...

Lo estoy escribiendo y mientras tanto se están haciendo accesibles a mi memoria otras casas de mis sueños; casas que se han convertido en recurrentes.

La del altísimo ático, que da a una azotea tan amplia que incluye un jardincillo, pero no tiene barandillas y termina en una caida abismal de treinta pisos;

la del quinto piso con las escaleras impracticables, destrozadas, podridas, en los altillos de un edificio de Pamplona;

el apartamento minúsculo pero preparadísimo situado en un centro comercial a veces barcelonés y otras madrileño, en la salida Norte de la ciudad en cada caso;

el igualmente destartalado, laberíntico, con una docena de habitaciones, de techos bajos, con salida a un patio interior que contiene un jardín y que compramos hace tiempo pero que, a falta de hacerlo habitable, no visitamos ni habilitamos;

el ascético y feo segundo piso de una casa en Ayegui.

No recuerdo haberlos visto simultáneamente ante mí estando despierto. Ahora puedo advertir lo que tienen en común, lo que les ha hecho acudir como las palomas cuando les echan pan; el pan ha sido esta vez el concentrarme en ese piso bklanco interminado, mal situado, absurdo, que pronto verían mis amigos que era el que yo había aceptado:

. Todos ellos son "segundas viviendas", y todos incluyen factores que nos desaniman a la hora de tomar posesión de ellos y hacerlos nuestros. Ante todos padezco vergüenza. Todos me señalan como culpable de un error garrafal: ¿Cómo he adquirido algo tan inaceptable? ¿Tan mal comerciante soy? ¿Tan mal gusto tengo? ¿Tan fácil me dejo engañar?



sábado, noviembre 15, 2008

Lo que es arriba, en realidad, es abajo.



Con toda naturalidad se acepta que los sueños son un rico yacimiento de cierto mecanismo por el cual, para representar cierta cosa, se propone una imagen antagónica.
Así: cuando aparece la muerte, significa vida o resurrección.
Entre las leyes de la asociación, aparece esta.
En el lenguaje común, se utiliza (se dice, por ejemplo, ¡menudo tiarrón!,, ¡valiente mequetrefe!)
Pero, ¿a qué viene que nuestra mente recurra a algo tan sibilino?


En Michaux, (Modos del dormido, modos del que despierta, Edit La fontana literaria) encuentro estos párrafos:


"Los libros de sueños de los pueblos más antiguos muestran unánimemente que fueron fascinados sobre todo por el fenómeno, en efecto frecuente, de la pura y simple inversión: el sueño mostrando lo contrario a lo real o de lo próximo a lo real".

"Aunque por muchas razones esta regla es simplista, se había convertido en el a b c del desciframiento. Esa tendencia es la que de noche, en tantos cerebros, en tantas civilizaciones ha hecho que los sueños sean inversiones. Así, la muerte de un hermano querido significa “liberarse de los enemigos”; duelo, en sueños, anuncia riqueza (sin duda, por medio de una herencia), mientras que un tesoro encontrado en sueños anuncia empobrecimiento (porque tesoro suscita codicia, calumnia, robo, ataque). (pg. 152).

"Por otra parte, el mismo descifrador, seguramente por experiencia, dice: “Si una mujer sueña que en plena mezquita, en presencia de los fieles, levanta sus vestidos y se abandona a la impudicia, significa que va a ser difamada.” El sueño inocente es sospechoso, y el indecente a menudo resulta inocente.
Fiesta significando duelo, bodas significando tristeza. Risas significando llanto. Tesoro significando pobreza, desgracias por venir. (pg. 148-149).

"Así, en Camboya, “tener los dos ojos arrancados en sueños significa: el rey te dará grandes bienes y un titulo de gobernador de provincia. Tener todo el cuerpo lleno de llagas purulentas es signo de magníficos honores”. (pg. 149).

"Es de este fenómeno de la inversión de donde procede, quizás, la creencia extendida todavía en algunas tribus poco evolucionadas, recientemente estudiadas, para las cuales la estancia de los muertos, de los ancestros, de las almas en el más allá se desarrolla al revés. Y esta característica a veces la encuentran los vivos en los sueños. (pg.149).




Rumí franquea las puertas

Masnavi, IV, 3628

Alguien que ha vivido muchos años en una ciudad, apenas se va a dormir
contempla otra, donde habitan el bien y el mal,
y su propia ciudad se evapora de su mente.

Entonces no se dice a sí mismo:
“Es una nueva ciudad, soy extranjero aquí”.
¡No!, cree que ha vivido siempre en ella y que nació y creció ahí.

¿De qué maravilarse entonces, si el alma no recuerda su original morada
por hallarse envuelta en el sueño general del mundo,
como una estrella cubierta de nubes?.


Esto es así; particularmente, si se tiene en cuenta
que ella, el alma, ha deambulado por innumerables ciudades;
y que el polvo que oscurece su visión, todavía no se ha ido del todo.


Carlos Dubner: Un poeta místico de Persia. Edit ADIAX, Buenos Aires.1980. (ligeramente retocado)

lunes, noviembre 10, 2008

Kung Fu Tseu

En una biografía de Confucio escrita por Richard Wilhelm y editada haca mil años por Alianza has dos episodios en los que se deja ver la importancia que aquel gran educador les daba como guías y como diagnósticos de su integralidad. Ahí van:


“El gran maestro, en una época triste, exteriorizó esta queja: “Voy para abajo (en otra versión: ¡qué decadencia!) Hace mucho que no he visto en sueños al príncipe de Tschou!” (El Príncipe fué uno de los Gobernantes de los tiempos antiguos de los que aprendió para refundir su propio sistema: el más joven, el más modesto y a quien más trató Confucio de parecerse.)
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"Al comenzar el verano del año 479 concluyó la vida terrenal del maestro. Algunos sueños
que había tenido y en los cuales se veía a sí mismo sentado en el templo entre pilastras rojas,
le prepararon para el acontecimiento. Dícese que una mañana se levantó temprano y arrastrando su bastón, estuvo paseando por el patio arriba y abajo. Al mismo tiempo cantaba:

“El Monte Taishan se derrumba,
la viga se rompe,
Y el sabio termina su vida”.


Luego se sentó silencioso en su habitación. Preguntado por Tsï Kung acerca del sentido de su canción, refirió su sueño. Luego agregó:
“No surge ningún rey sabio. ¿Quién habría de escucharme? ¡Tengo que morir!”

Después se acostó en la cama, y tras una enfermedad que duró siete días, murió.

Está enterrado en el cementerio familiar de K¨üfou.
(Fotografía: El Monte Taischan).

La Rueda del Mundo: Nataraj baila así.

E$stoy sorprendido por la irrupción de Rumí en los comentarios a la entrada anterior (para ver, pulsar sobre el título "Dos Preguntas": aparecen a pié de página). Rumí fué, por muchos años, mi guía en los asuntos del Amor: "No conozco otro amor que no sea el de Rumí", llegué a escribir: de puro joven, ingenuo e inflamado, digo yo...) No le invité a este Blog por no ver cómo asociarle con los sueños, y hete aquí que aparece, y revestido de humor. Vaya sorpresa.

Y voy a Zaragoza, a trabajar para el entrañable grupo de Formación, invitado por Carlos Cervera. (Carlos estudia los sueños. Quiero decir que, de verdad, estudia el mundo de los sueños. Por muy marginal que sea la última curiosidad que yo encuentro de este asunto, Carlos lo había explorado. Gracias a él he conseguido bibliografía y fotocopias de textos que, de otra manera, seguiría ignorando del todo.). Carlos me prestó su casa, y allí me anduve rebuscando en su biblioteca con qué cloroformizarme y encontré el "Medianoche en Serampor", de Mircea Eliade, en Anagrama: -agotado, inencontrable, pequeñito, fascinante-. Son dos cuentos; recordaba a la perfección el primero (protagonizado, en la India erudita y practicante, por un joven estudiante del hinduismo que quiere acercarse a los conocimientos del Tantra) ;y nada el segundo, con lo que a por éste que me fuí.

En la página 100, el mismo protagonista, ya mayor, encuentra entre los manuscritos de una biblioteca en Bucarest la teoría y técnica de los Sueños Lúcidos, del trasladar la plena conciencia tanto a lo vigil como a lo onírico. (¡Mira tú qué claro -me dije-, y qué hodamente expuesto; y escrito cuarenta años antes que Castaneda, cincuenta antes de Jodorowsky y 60 antes del desmbarco del Super-Sueño-Lúcido en los estantes del Supermercado Espiritual Global -al lado justo de la sección "Mandalas y Chakras-").

Vuelto a casa, el sabor del "Serampor" me hizo echar mano a "Los Mitos y símbolos de la India", de Heinrich Zimmer -gloria bendita de la buena, editado en Siruela-. Y ya le iba a pedir que me contara otra vez las historias de "La Doncella más Hermosa de las Tres Ciudades", de Rahu, el Rostro de Gloria, de Narada y de Markandeya, cuando, como suelo, abrí el libro por el final.
Allí, una parábola judía. Zimmer (1890 - 1943) nos dice que "cuando la leí por primera vez, me di cuenta de que había estado viviendo y actuando de acuerdo con ella durante 10 años, desde que empezó a revelárseme el tesoro milenario y espiritual de los mitos y los símbolos hindúes a través de mis estudiosde los sagrados mandala indios, juntamente con mi investigación sobre los Tantra y los Purana".

El cuento es este
parábola judía
Se trata de una anécdota que se cuenta del rabí Eisik, hijo del rabí Jekel, que vivía en el ghetto de Cracovia, capital de Polonia. Había permanecido firme en su fe a lo largo de los años de aflicción, y era un piadoso siervo del Señor su Dios.
Una noche, mientras dormía, el piadoso y fiel rabí Eisik tuvo un sueño; el sueño le ordenaba que se dirigiese a Praga, la lejana capital bohemia, donde descubriría un tesoro oculto, enterrado bajo el principal puente que conducía al castillo de los reyes bohemios. El rabino se sorprendió, pero dejó el viaje para más tarde. Sin embargo, se repitió el sueño otras dos veces. Tras la tercera llamada, lió los bártulos valerosamente y se puso en camino.

Al llegar a Praga, el rabí Eisik se encontró con que había centinelas en el puente, y que lo custodiaba día y noche; así que no se atrevió a cavar. Se limitó a ir cada mañana a merodear
por el lugar hasta el anochecer, mirando el puente, observando a los centinelas y estudiando discretamente la albañilería y el suelo. Por último, el capitán de la guardia, extrañado ante la persistencia de este anciano, se acercó a él y le preguntó cortésmente si había perdido algo, o quizá esperaba la llegada de alguien.
El rabí Eisik le contó con sencillez y confianza el sueño que había tenido. El oficial se echó hacia atrás con una carcajada.-¡Mi pobre amigo!, ¿de verdad? -dijo el capitán-. ¿Y has gastado tu calzado viniendo hasta aquí por un sueño? ¿Quién en sus cabales creería en un sueño?
Pues te voy a decir una cosa: si yo creyera en los sueños, ahora mismo estaría haciendo exactamente al revés. Habría hecho la misma peregrinación que tú, sólo que en dirección contraria, aunque sin duda con el mismo resultado. Deja que te cuente mi sueño.(Era un oficial amable a pesar de sus fieros bigotes, y el rabino sintió simpatía por él).

-He soñado -dijo el oficial de la guardia, bohemio, cristiano- que una voz me hablaba de Cracovia, y me ordenaba que fuese allí y buscase un gran tesoro que había en casa de un rabino judío llamado Eisik, hijo de Jekel; que encontraría el tesoro enterrado en un sucio rincón detrás de la estufa. ¡Eisik, hijo de Jekel! -volvió a reir el capitán con los ojos chispeantes-. Imagínate: ¡ir a Cracovia... y ponerme a derribar las paredes de todas las casas del ghetto: porque la mitad de los hombres se llamarían sin duda Eisik y la otra mitad Jekel! ¡Eisik, hijo de Jekel, nada menos! -y siguió riéndose de esta broma maravillosa.

El modesto rabino escuchó con atención; luego, tras una profunda inclinación, y dar las gracias a su desconocido amigo, emprendió a toda prisa el largo regreso a su casa, cavó en el rincón abandonado de la estufa, y encontró un tesoro que puso fin a su miseria. Y con una parte del dinero, erigió una casa de oración que aún hoy lleva su nombre.

Así, pues, termina Zimmer, no está lejos el tesoro que pone fin a nuestra miseria y nuestros agobios. No hay que buscarlo en ninguna región lejana; está enterrado en nuestra propia casa, o sea, en nuestro propio ser. Se halla detrás de la estufa, detrás del centro que da calor y vida a la estructura de nuestra existencia, en lo más recóndito de nuestro corazón... con tal que podamos cavar. Pero lo cierto es que sólo después de un viaje fiel a una región distante, a un país extranjero, a una tierra extraña, se nos puede revelar el significado de la voz interior que debe guiar nuestra empresa. Y junto con este hecho persistente y singular hay otro, a saber: que quien nos revela el significado de nuestro mensaje interior ha de ser un desconocido, de otro credo y de una raza extranjera. (Lo copio/pego desde http://natrafo.blogspot.com/ , Blog sereno que incluye youtubes musicales de Javier Ruibal,
lo que ya es mucho)

Muchos conocíamos este cuento en varias versiones: Bernardo Atxaga jugó una vez a multiplicarlas y creó unas cuantas de elas; Borges la titula "Historia de dos que soñaron";
Paolo Coelho la desarrolló hasta hacerla novelita; pero sobre yo todo la conocía en la versión de Rumí. Hay allí un derviche donde aquí un rabí, e Ispahan donde aquí es Praga. Allí musulmanes donde aquí judíos. Por lo demás, es el mismo cuento.


Así que Zimmer cuenta -sin citarlo- un cuento de Rumí.

Así que sin buscarlos me han llegado repetidamente Rumí, la filosofía práctica del Yoga, la busca del conocimiento que transforma, la identidad entre judíos, cristianos y musulmanes, la providencia que cabalga en los sueños... ¿Casualidades? ¿Causalidades?


Una tercera opción: son mantras, incesantemente repetidos por la humanidad entera en cada lengua y en cada alma, tanto que aunque inaudibles al oido resultan ineludibles; lanzados al viento desde las cumbres más altas donde los viajeros depositan lajas de piedra, banderolas, restos de basura, por las laderas donde los repiten las órdenes de los pastores, hasta las ciudades, los campos y las playas, donde sus armónicos resuenan con cada parto, con cada abuso, con cada mimo, con cada cancioncilla, con cada pérdida de fé: Om Nama Shivaya, Bishmillah Ar-Rahman Ar-Rahim , Cristo ten piedad.


miércoles, noviembre 05, 2008

Dos Preguntas



¿De qué va este Blog?
Va de dos preguntas


La una, ¿"quién soy Yo"?
¿Qué es "Yo"?, la segunda.


La primera pregunta responde -qué atrevida!-
a que no puedo parar
de intentar
hacerme,
y acertar.


La segunda, a la sed
de esa sed de la que dice la jota
"y dame un poco de sed /que m´estoy muriendo di´agua"
de conocer y de ser
que, siendo solo lo que sea que ya soy,
espero que se sacie.

Así leo lo que los otros, Heráclito o Gaussen, dicen: como si ellos estuviesen regidos por estas dos mismas preguntas.
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Cuando -por ejemplo- me encuentro en mí tres o cuatro voluntades superpuestas y simultáneas, como en las "Rebelión a Bordo",
me siento como si hubiese conseguido una carambola a tres bandas:
sí, algo que me describe a "mí" y algo que me permite asomarme a "eso" que es así.
Pero como si supiese que son "chiripas", suerte pura, atisbos con el rabillo del ojo que, vistos de frente aparecen como fragmentos sin sentido de cualquier cosa, de nada en absoluto.
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"Una fortaleza almenada, una alma azulada, perfección espiritual" , nos contaron en "Las criaturas". Roberto Bolaño (por cortesía de Lourdes) también tiene algo que contar.


"Volví en sueños al pais de la infancia. En el cielo
había una espada azul. Una gran espada azul sobrevolando
los tejados marrones y rojos de Quilpué.
Entré caminando, con las manos en los bolsillos, y busqué
las viejas películas: el riachuelo, el caballo, la plaza
cubierta de hojas, el porche de mi casa. No vi
a nadie. Hasta el Duque había desaparecido.
de alguna manera intuí que el pueblo había entrado
en una suerte de operación geométrica sin fin. La espada
se reproducía en el cielo, mas siempre era una e indivisible".
(Busco Quilpué, y encuentro esta imagen. Ni los tejados rojos quedan ya; la espada que ahora es blanca, allí sigue.)





lunes, noviembre 03, 2008

El albergue de las criaturas



Dí hace algún tiempo con una capilla virtual que se titula "El albergue de las criaturas", y me carteé un poco con alguien que contestaba desde allí, y todavía no se ha cortado ese contacto. Pero el lugar está cerrado. Y da pistas de una -o varias- historias de amor y desencuentros...


En sus años de estar abierto, recibió más de medio millón de visitas; y proporciona cantidad de enlaces que vale la pena rastrear.


Incluyo aquí la entrada suya que me puso sobre su pista, como homenaje, como agradecimiento y porque, en sí, es una reflexión que vale la pena leer. La ilustración acompañaba al texto.
Este era el estilo -en parte erudito, totalmente individual- del Blog


durmiendo un sueño confiado entre unos brazos?

Octubre 2, 2006, 12:33 pm Archivado en: .K.A.O.T.I.C.A.-∑-., Mágico & Místico & Esotérico, Sueños & Pesadillas

Entre los naskapi, indios cazadores del Canada, el alma es una sombra, una chispa o una llamita que sale por la boca. Para los bantú del Kasai, el alma se separa del cuerpo durante el sueño; los sueños que son las reseñas de sus viajes les habrán sido comunicados por los muertos con los cuales han conversado..
Cuando a mí me mostraron mi alma me encontraba en las almenas de una fortaleza. Y la fortaleza es el símbolo del refugio interior del hombre, el lugar privilegiado entre el alma y ”la divinidad” o lo Absoluto. La fortaleza era blanco azulada, mi alma también lo era, sólo que más etérea. Las fortalezas, los castillos son un símbolo de protección. Amanecer en esas almenas … Y la fortaleza blanca, el castillo blanco es un símbolo del cumplimiento de un destino perfectamente realizado, de la perfección espiritual.
El sueño como dijo Fréderic Gaussen es también el símbolo de la aventura individual.
Alojado tan profundamente en la intimidad de la conciencia que escapa de su propio creador. El sueño se nos aparece como la expresión más secreta y más impúdica de nosotros mismos.
La interpretación del sueño, como el descifrante del símbolo, no responden solamente a una curiosidad de la mente. Elevan a un grado superior las relaciones entre el inconsciente y el consciente y mejoran sus redes de comunicación.
Aunque sólo fuera en ese sentido y en el plano del psiquismo más normal, el análisis onírico o simbólico es una de las vías de la integración de la personalidad. Un hombre más lúcido y equilibrado tiende a sustituir al hombre cuarteado entre sus deseos, sus aspiraciones, y sus dudas y que no se comprende a si mismo.
Y como dijo Heráclito… En estado de vigilia el mundo es uno y común pero cuando se cae en el sueño, cada uno se dirige al suyo propio.

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domingo, noviembre 02, 2008

Rebelion a bordo 2


En este sueño, por lo visto, tenía que extraviarme.

Algo me lo venía diciendo... por eso, al ir ascendiendo el monte, me fijaba bien en la ruta,
echando la vista atrás a menudo. Por lo demás, conocía sobradamente aquel paraje;
desde la infancia. Habría subido allí más de veinte veces. El día era claro. Y estaba en compañía de amigos.

Al coronar ( se tuerce tras un espolón rocoso de unos metros de alto y se llega a una pequeña pradera de altura adornada por algunas otras rocas), sentí la inminencia de eso, de que iba
a quedarme solo y aislado en un momento. Y algo, una forma ligera de conciencia,
decidió por mí -pero, estoy seguro, totalmente de acuerdo “conmigo”-, que no, que no tenía ningun deseo de quedarme solo. Y me hizo mirar hacia el camino, el tan conocido camino
por donde había venido, y a mis acompañantes, y me dije confiado que perderme
era algo que no me iba a ocurrir.

Y entonces, llegada de mi mismísima máquina de generar imágenes oníricas, llegó una tormenta. Con nieve. ¿ Con insuficiente nieve, acaso? Pues con más nieve!. Y como pensé
por un segundo que la nieve solo cambiaba el aspecto del paraje pero no me impedía orientarme, llegó una niebla furiosa; y por pensar en mis acompañantes, la nieve se los tragó; y por si fuera poco, una ventisca desmesurada creó en un momento farallones de nieve allí donde los había de roca, y ya entonces admití que no tenía salida: estaba extraviado y solo.




Así que, en cierta forma, me eché, en mi sueño, a reir... y me refugié en la oscura gruta que, oportunamente, había yo habilitado a tal efecto.

Después, nada sucedió de extraño. Encontraba leña y lumbre, encendía una fogata que daba calor sin deslumbrarme, descansaba allí adentro largo rato, y pasado el lapsus necesario, me incorporaba y me disponía a irme, y al hacerlo metía ruido y mis compañeros, que estaban -sorpresa- durmiendo en camas al fondo de la misma gruta se enfadaban conmigo por ruidoso y desconsiderado.

He aquí un sueño de la misma tribu que el que referí en "Rebelión a bordo". *Sé que algo va a suceder .* Continúo haciendo lo que estaba haciendo, con ese "saber" incrustado en mi mente. *Opto por cambiar el final. *Algo también opta solo que por lo contrario . *Viendo la jugada, me admiro y me sonrío, y sigo el juego.

¿Cuantas instancias funcionando simultáneamente puedo ver en estos quehaceres? A ver: Una que tiene una fuerza de fondo: la que decide que voy a extraviarme -y en el otro sueño, que voy a salir indemne-. Otra que interviene con una intención reactiva -no me perderé, me atraparán-. Otra que observa la actividad y se encarga de retenerla. Es suficiente: con estas tres, ya me vale para obtener la sensación de estratos mentales. De las tres, la última me parece la que menos conciencia tiene de su propia actividad, y sin embargo, es la que abarca la situación con un ángulo mayor.

Antes de largarme, recordé que había levantado la pira sobre un taburete viejo de madera que, palpando, había encontrado. Lo hice allí por no manchar el suelo de la cueva (!!!) y para evitar que la humedad del piso hiciese que la fogata tirase mal. El taburetillo debía ser de muy buena madera, porque el fuego apenas le había afectado. Algún trocito ardía, pero en general aguantaba perfectamente.

Soy un taburete de madera. Me encuentro en una gruta que es un refugio en la montaña /Soy una montaña familiar. Tengo 360º de panorámica. Soy Montejurra. Tengo en mi cumbre una gruta que puede muy bien acoger -sin frío, sin apenas humedad- a quien busque cobijo./ Soy un taburete. Llevo aquí largo tiempo. Mi madera está como nueva: tablas de un dedo de grosor, pulidos los bordes; no destaco; cumplo con creces mi función: quien se siente sobre mí puede estar tranquilo, que le daré cómodo y seguro asiento. / Me han tomado en la oscuridad, han puesto sobre mí ramas y les han dado fuego; y se han ido a dormir. / Aquí estoy, bajo la lena ignición. El calor es mucho, pero así es la cosa. Zonas de mi cuerpo ascienden tanto de temperatura que entran en combustión. Mi madera se incendia extremadamente despacio: primero se calienta, luego cede sus jugos, luego se tuesta; finalmente, el exremo exterior de una astilla enra en llama azul./ Se va a ir, pero me mira, barre las ascuas que quedan, me limpia, me mira: Aguanto. Estoy bonito, con mis quemaduras zonales y mis tostaduras. ¿Sigo vsliendo para lo mío? Sí: pequeño, robusto, compacto. Todavía seguiré aquí. Espero que me conserven...