DEL OUTRO LADO DAS MONTAÑAS
Alguen dixo que había cidades para soñar
Del outro lado das montañas
No dijo si estaban suspendidas en el aire, sumergidas en las lagunas
O perdidas en el corazón del bosque.
Los que allá fueron nada encontraron,
Ni altas torres ni jardines
Ni mujeres hilando en el atrio,
Nin un rapaz aprendendo a tocar a gaita.
Sólo yo traje algo para seguir soñando
Algo visto y no visto en la niebla de la mañana,
Algo que era una flor o un mirlo de oro
O un pe descalzo de muller,
Un sueño de otro que se ponía a dormir en mí,
Echado en mis ojos,
Pidiéndome que lo soñase más allá de las montañas,
Onde no hai cidades pra soñar.
E agora ando soñando por oficio, y no sé
Si soy yo quien sueño, o es que por mí sueñan
Campos, miradas azules, palomas que juegan con un neno
O una mano pequeña y fría que me acaricia el corazón
Alguen dixo que había cidades para soñar
Del outro lado das montañas
No dijo si estaban suspendidas en el aire, sumergidas en las lagunas
O perdidas en el corazón del bosque.
Los que allá fueron nada encontraron,
Ni altas torres ni jardines
Ni mujeres hilando en el atrio,
Nin un rapaz aprendendo a tocar a gaita.
Sólo yo traje algo para seguir soñando
Algo visto y no visto en la niebla de la mañana,
Algo que era una flor o un mirlo de oro
O un pe descalzo de muller,
Un sueño de otro que se ponía a dormir en mí,
Echado en mis ojos,
Pidiéndome que lo soñase más allá de las montañas,
Onde no hai cidades pra soñar.
E agora ando soñando por oficio, y no sé
Si soy yo quien sueño, o es que por mí sueñan
Campos, miradas azules, palomas que juegan con un neno
O una mano pequeña y fría que me acaricia el corazón
De Don Alvaro Cunqueiro´con un apaño.