*.-Sabe usted, se discute mucho lo de la manzana que Eva le ofrece a Adan en el paraíso.
=.- ¿Qué me dice?
*.-Pues que parece ser que el fruto del árbol prohibido no era manzana, sino una fruta de hueso. En la época en la que fueron redactados los primeros capítulos del Génesis, no se conocían las manzanas en el Oriente Próximo.
=¿Y eso, si no es molestia, qué tiene que ver con los Sueños?
*.- Pues que soñar con manzanas, que es prueba del deseo sexual, con las mayores urgencias, según los intérpretes alejandrinos y bizantinos de sueños, no sería cosa de los descendientes de Abraham retornando a la tierra prometida, quienes soñarían con ciruelas, por ejemplo.
= .- ¿Y por qué ciruelas, ahora que las menciona?
*.- Pues digo ciruelas porque los melocotones aparecieron mucho más tarde y procedentes de China, pasando por los huertos del rey Janiska y de los persas. Y de ahí ese nombre de Albérchigos, es decir, alpérsicos, de las Persias. Pero volviendo a las manzanas, eso sí: soñar con ellas, tanto hombre como mujer, se tomaba como prueba de un despierto apetito carnal
=.- ¿Cómo extensión de la escena del Paraíso y nuestros primeros padres?
*.- Con toda seguridad. Con tanta que nos permite apercibir una de las leyes eternas de los interpretadores de sueños: buscar un antecedente universalmente conocido y atribuir su significado a aquellos sueños en los que aparece. Y las manzanas se ponen eróticas muy a menudo. ¿Recuerdas qué fruta debía conceder Paris a la más seductora de las tres diosas desnudas que intentaban ser la por él elegida?
=.- No
*.- Pues lea y entérese. Pero déjeme continuar un poco más: oler manzanas al atardecer era un preparativo para felices noches. La manzana no tenía la culpa. El que se ponía a oler un par de manzanas, teniendo cada una en su mano, a la anochecida, recostado sobre muelles almohadones, y de paso pensaba en Pepita, en la calidad y abundancia de los posibles encuentros carnales, se preparaba psicológicamente y no corporalmente; afinaba su apetito, lo aumentaba rememorando si ya había habido primeras partes, e imaginando si era la ocasión nueva con moza hasta ahora nunca usada. Llegaría una hora en la que estaría, el que olía la manzana, impaciente e incontinente, deseando echarse sobre la Pepita, pero por lo soñado e imaginado, que no por lo olido.
=.- Oiga, y ¿de donde saca usted todas estas cosas tan…?
*.- Pues lo acabo de fusilar de un artículo titulado “El comedor de pepitas de manzana”, del libro, publicado por Tusquets “La Bella y el Dragón, De amores, sabores y fornicios” de…
=.- Espérese, espérese, déjeme que piense, a ver si atino..
*De todas formas, y mientras lo piensa, voy a mirar en distintas fuentes, a ver qué valor dan al símbolo Manzana en su sistema de interpretación. Veamos…1) símbolos de fertilidad, prosperidad, pero también “una dimensión bíblica que puede sugerir amor prohibido, deseos reprimidos y tentaciones dulces”. 2) Comerlas dulces, alegría o placer, especialmente para las mujeres y las jóvenes. Ácidas, disputa. 3) Comer manzanas significa envidia, rivalidad o celos entre los miembros de la familia. Soñar un manzano lleno de frutos es señal de amistad y numerosas compañías. 4) La manzana, el higo y la granada simbolizan sexualidad. 5) Smboliza la totalidad, los placeres terrenales, el conocimiento y la necesidad de escoger. Y si la comemos madura y sabrosa, es que escogemos goces materiales; si verde,..
=.-¡Ya, ya: Don Álvaro Cunqueiro!
*Así es. Y estas versiones, aquí y allí en Internet.