el 11 de diciembre de 1645. Pese a que Takuan no tuviese ninguna enfermedad en particular,
lo cierto es que no se encontraba muy bien. Sus monjes y familiares estaban a su cabecera.
Él les miró y les dijo:
.- "Mi vida parece haber llegado a su fin. Vine solo y regresaré solo. Os lo ruego, no sintáis pena por mi muerte. Cuando haya traspasado el umbral, divertíos con la música y la danza."
Todos estaban más bien sorprendidos. El señor Yagyu Tarima se acercó y dijo:
.- "Maestro, ¿Puedo hacerle una pregunta?"
.- "¿Cuál?"
.- "¿Conoce usted, maestro zen, la hora de su última hora?"
.-"La pasada noche, Buda Amida vino a mí y me dijo: “¿Querrías venir mañana o pasado?” Y yo le prometí: “no quiero ir, pero iré si debo hacerlo. Iré dentro de unos pocos días”. Hoy os veo a todos al pie de mi lecho y me siento feliz. Quiero que haya entretenimiento para todos”.
Luego, los servidores trajeron té y pastas, y cuando Takuan ( a quien sus allegados llamaban Osho) lo vio, dijo:
.- “¡Llevaos esas tonterías y traed sake y pescado! ¡Beber sake y comer pescado es muy saludable: prolonga la vida!. ¡Si ahora tenéis cincuenta años, llegareis a los sesenta”!.
Takuan se lavó él solo y se puso un hábito negro con un manto púrpura por encima.
Se afeitó y después, calmadamente, dispuso:
.- “Cuando haya muerto, enterradme detrás de la montaña, cubridme de tierra y marchaos. No quiero cánticos ni regalos funerarios. No me hagáis una tumba. No esculpáis mi imagen, ni recopiléis mis charlas”.
Su estado estaba empeorando, y el shogun Iemitsu envió un secretario para que recogiera
sus últimas palabras.
.- “No deseo morir”., sentenció Takuan
El enviado quedó tan sorprendido ante estas palabras que dijo:
.- “¿Puede decirme unas palabras más, señor?”
.- “No le diré ninguna mentira. Lo que he dicho es verdad. Realmente, no deseo morir. ¡Que no se vayan las auspiciosas nubes ni se mustien las flores!”.
Y habiendo dicho esto, Takuan trazó con gruesos caracteres la palabra
S U E Ñ O
El 11 de diciembre de 1645 entró en paz en el nirvana. Tenía setenta y tres años de edad.
“La sabiduría inmóvil”, Tabuko Hirose. Trad. Cristina Arman. Edit. Thassalia.
El dibujo es obra del mismo Takuan.
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