domingo, octubre 28, 2007

IN MEMORIAM Aurora Ana Maria Montoya Jimenez


Aurora Ana Maria del Puy Montoya Jimenez -de todos conocida como Ana Mari-
nacida en Estella el 1 de Julio de 1927
hija de Florian Montoya, natural de Oteiza de la Solana

y de María Jiménez, de Morentin,

la mayor de cinco hermanos: Carmen, Rodolfo, Alicia y Roberto,

casada el 1 de Septiembre del 52 con Francisco Elizalde Goldaraz, de la Calle del Puy,

madre de Francisco Javier en 1953,
de Ana María en 1956,
de Roberto Fortunato en 1959 y de
Gustavo en 1964,

abuela de Ana, Natalia,
Irene, Borja,
Unai, Nerea,
Luan y Aitana,

ha fallecido hoy, lunes 29 de Octubre de 2007
a la una de la tarde
en su domicilio de Pamplona,
aprovechando para dejar de latir y respirar
un momentico en el que cada quien
se afanaba en una cosa que pudiese sosegarle.








Ha sido el mal de Alzheimer el que se ha encargado
de apagar en ella el ánimo de vivir.

Tres años de dulce dejarse llevar
con su Paco al lado todo el tiempo
y al final un brusco desvanecerse
rápido, radical, sin transiciones:
dejó de comer, de tragar y de moverse,
de responder, de mirar y de poder.


(en esta foto está conmigo,
ella satisfecha y yo contento).











Hizo de su familia su bastión, y algo logró por lo visto, que allí hemos estado todos
haciendo corro ante su cama.






Le gustaba la música, y bailar; escuchar las guitarras, los chistes, el buen humor y la concordia.

Fué mucha madre. ¿se nota en la fotorafía, que a lo tonto, a lo tonto, es ella el centro natural de todo el grupo?

Hace un par de horas que se ha marchado. Ten buen viaje, mamá.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Francis.
Recién entro en tu "cuadernico" para mirar en qué andas y me encuentro con esta parte tan tuya que es tu madre y tu familia. Quiero acompañarte en el sentimiento, en el que estés en este momento, te imagino tan lúcido como siempre y tan accesible que hasta en estos momentos te nos muestras. Gracias porque tu testimonio ayuda a ver cómo puede ser una buena despedida de la mujer que te dio la vida y como dice Hellinger, te la dio de una manera perfecta.
Un beso tan grande como tú.
marian

Anónimo dijo...

Te seguí en silencio, ahora puedo decirte que es una cosa hermosa verte junto a tu madre de niño, es una maravilla ver como estás de vivo y eso me recuerda que mantienes tu esencia, has honrado a tu madre y la viste partir.
Todo está bien.
Así lo sentí el dia que anunciaste su partida...
Descanse en paz
y a ti un abrazo
Lola