-…"en aquella ocasión, -continuó ella-, mi sueño parecía un concierto a piano para cuatro manos. Había una estrecha colaboración entre mi discurso mental, que decía la melodía, y las imágenes que la ilustraban, que respondían al solista, pero que no solamente respondían... Cómo podría decirlo: entraban en diálogo, no sólo seguían servilmente a la frase principal. Las imágenes que yo misma disponía me hacían pensar, y ese pensar daba a su vez lugar a imágenes nuevas... ¿Se me entiende?"
-"Estoy segura de que unos cuantos ejemplos me ayudarán a saber realmente si te estoy entendiendo o no", replicó su amiga.-
-"A ver: se trataba de algo así como una excursión. Una cita, un rendez-vous, al que estábamos invitados una verdadera muchedumbre. Yo veía los comportamientos de los demás y con cada uno de ellos estaba ligeramente en desacuerdo. Así que me replegaba e iba por mi lado hacia ese destino común".
"Eso, si te fijas, es muy tuyo..."
"Sí, sí, en fin... el caso es que si los demás estaban algo entorpecidos, yo no lo estaba menos.
Poco a poco empezaba a sumar errores y atolondramientos: en un momento estropeaba
toda una caja de tabletas de limpiar lentillas... Y me sentía impaciente, pero al mismo tiempo envidiosa al ver la tranquilidad con la que los demás se iban, en cuadrilla, a tomar unos vermouths. Mi estado de ánimo, entretanto, se iba calmando y no excitando como hubiese sido lógico en mí. . Mis preguntas no despertaban interés, ni mi impaciencia encontraba eco alguno, los errores y las arbitrariedades de los demás se anulaban mutua y automáticamente, y cada toma de postura que lograba adoptar quedaba enseguida reducida a un papelito caduco arrastrado por el vértigo del ahora"
-"Inusualmente literaria te me estás poniendo..."
-"Espera, déjame que termine!. Entonces comenzó a ganar en mí una sensación de que lo verdaderamente importante, lo inédito, lo aprovechable de todo aquello era que
tantas personas, tantos ritmos, tantas voluntades estuviesen aunadas en una sola finalidad.
¿Que cual? En el sueño era la de llegar a la cita y ejecutar aquello para lo que hubiésemos sido invitados, pero parecía tratarse de una información generalizable a otras situaciones.
Entonces, mi punto de vista, mi pensamiento, por muy opuesto al de los demás que pareciese, era un punto de vista enfocando en algo preciso, y todos los demás enfocaban al mismo punto,
de manera que aquello que uno solo con su agudeza podría alcanzar se veía mansamente pero ampliamente sobrepasado por lo que muchos, muchos, agudos y romos, alcanzarían,
y estaban ya de hecho alcanzando.
Y todo ello respondía a esa necesidad que te vengo contando estos días atrás de obtener una nueva congruencia para así marcar un rumbo, no ya a mi vida, sino a lo más inmediato, a mi simple quehacer cotidiano. La respuesta era clara: Se necesitaba una Masa Crítica de conciencia, antes que una especial clarividencia o un especial vigor… “
"Sí que creo que te estaba entendiendo", dijo pensativa
"Y una cosa más: era claro para mí que al decir muchos era “muchos Yoes” lo que quería decir; la sensación era congruente con que todos los personajes del sueño fuesen yo mismo,
e incongruente con que tuviesen existencia independiente. El sueño era al mismo tiempo
una respuesta y una medición, porque señalaba la necesidad de concentrar mucho interés
en un punto y al mismo tiempo informaba de que eso precisamente
era lo que estaba ocurriendo”.
“Fabián Tuño y Joan Perucho: “Les appellations controllés du livre sacrée Kama-Sutra”
Editorial Taber, Rosellón 164, Barcelona.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario