Anoche, mientras dormía
Del cansancio fatigado
No sé que sueño dorado
cruzó por la mente mía
Soñaba que te veía
Y que me estabas mirando
Y yo te estaba contando
Mi vida triste, muy triste
Y que desapareciste
Al despertarme llorando
Hay un cañaveral. (o ¡Ay!, ¡Un cañaveral!)
¡ Ya no hay remedio
Para mi mal!
Mayte Martín canta (ella dice:"canto sin cantar") en ese disco estupendo titulado Querencia que se vende por ocho euros en un montón de tiendas de remate. Vale su peso en besos, que se sepa.
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