Ismail Kadaré explica la creencia en la que se basan la existencia misma, el propósito y el funcionamiento del "Palacio de los Sueños" de su novela homónima.
“Alá lanza un sueño premonitorio sobre la superficie del globo terráqueo
con idéntico descuido
con que arroja una estrella o un rayo,
o acerca de pronto a nosotros un cometa
extraído de quién sabe qué ignotas profundidades del cosmos.
Así pues, Él arroja su señal sobre la tierra
sin fijarse
donde acaba yendo a parar,
pues desde las alturas donde Él se encuentra
no presta atención a esos detalles
que para nosotros resultan trascendentales.
que para nosotros resultan trascendentales.
Es tarea nuestra
-de los servidores del Palacio de los Sueños-
vigilar
dónde viene a parar ese sueño,
buscarlo entre los millones y miles de millones de otros sueños,
tal como se busca
una perla extraviada en un desierto de arena.
Porque descifrar ese sueño,
caído como una chispa extraviada en el cerebro
de una entre los millones de personas dormidas,
puede
prevenir la desgracia del Estado,
evitar la guerra,
o la peste,
...hacer que germinen ideas nuevas...
(p. 29).
1 comentario:
*.- me gusta la exposición de Kadaré.
Me gusta eso de que dios
envía sueños que son mensajes
y que los echa así, ¡a repucha!
y cae , cae... cae a la buena de Dios.
Le toca al que le toca. Sin recomendaciones.
Me gusta. me sugiere
que en ese mundo musulmán del que nos habla
se enseña la humildad.
Como yo y como tú todos pensamos
que somos especiales. Pero Alá
no establece distingos, le da igual
que seamos ancianos que mujeres
que sultanes o niños: a cualquiera
es aquien da su don como depósito.
Joaquin Diaz, en un disco,
canta rogativas para la sequía
"¡danos el agua, señora!,
aunque no la merezcamos!,
que si por merecer fuera,
¡ni aún el suelo que pisamos!"
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