miércoles, abril 22, 2009

me contaron... y les conté.

...el caso es que me encuentro con Rafa, "aquel Rafa". Está irreconocible, pero es él. Luce un peinado afro y un chaleco y unas gafas de lo más hippie. Me quedo con él, continuando el parloteo que me vengo trayendo con unos y otros; ahora rememoramos tiempos pasados juntos... ¿te acuerdas de...?

Ah, he llegado aquí tras haber estado buscando un buen local para encuentros grupales.
He encontrado uno muy apropiado: está en una casa tranquila, y dispone de un montón de espacios diferentes, todos hermosos y de dimensiones generosas: hasta en los servicios se podrían dar clases de Yoga, me explican. Por lo visto se construyó como sede de cierta Institución que llegada su hora traspasó los locales.

Me gusta. Me voy con el recado hecho. Y cuando salgo de allí, no tengo certeza -lo que se dice “certeza” - de donde estoy exactamente... ni de donde está mi casa. Pero, bueno, tengo confianza en que, a medida que me vaya acercando, reconoceré el lugar, ¿no? Así que bajo -siempre cuesta abajo- entre corriendo y saltando, bastante contento y con ese curioso agujero en la cabeza que corresponde al “pero ¿donde vivo?”.
"¿Donde vivo?" Pues nada, que continúo corriendo y brincando y sigo sin encontrar mi casa. Encuentro una cuesta arriba, medio reconocible, y una plaza porticada allí donde imaginaba que podría estar mi casa. Pero o, no está aquí. Tampoco me preocupa demasiado, la verdad.

Entonces es cuando me topo con Rafa.

Charlamos, y me informa de que va a acudir el sábado a cierto Retiro de Meditación, obra de un grupo esotérico que “garantiza resultados”. Así me lo está contando, y por ponerse cómodo, se sienta en una barandilla que tiene tras de sí, y echa atrás las manos, hasta agarrarse a los barrotes de un balconcillo, y se balancea y se resbala... y queda colgando sobre una caída de quince o veinte metros en la que no había reparado.

¿Qué hacer? Salgo corriendo, acudo al portal, llamo a todos los timbres, consigo que me abran, explico a gritos que mi amigo necesita ayuda... y ya, dejo la suerte de Rafa en manos de aquellos habitantes (total, yo, ¿qué voy a hacer? ) y echo a correr de nuevo. ¡Vaya por Dios, estoy sin pantalones! ¡Vaya marrón!. Pero, ¿qué pinto yo desnudo? ¿Y, ¿por qué no voy a estar desnudo? ¿es que no está permitido o qué? Porque sí que está permitido, aunque algo desaconsejado,


pero... en fin, seguiré corriendo...

¡Cómo es esto de los sueños!, me digo, porque mi falta de pantalones me ha hecho caer en la cuenta de que cuando estoy así, desnudo o semidesnudo por la calle, es cuando estoy soñando.

Me encuentro con los amigos de Unai. Me quedo entre ellos. Me meto en la conversación.
Empiezo a contarles que vengo de tener un sueño, un sueño muy curioso, en el que he dejado a Rafa -¡a Rafa, con pinta de hippie!- colgando de un balcón; pero no consigo la atención de nadie; en cuanto pueden, se desmarcan de mí y se desentienden. El lugar en el que estamos es un local muy grande, generoso de dimensiones; parece que fué sede de cierta Organización, y ahora lo tienen para alquilar salas a grupos. Nadie me hace caso: pues me tendré que ir a casa. Pero "¿Donde vivo yo? ¿donde está mi casa...exactamente? "


Entonces es cuando me despierto: estoy en Arnedillo, en el Balneario, de vacaciones con Ana y los chavales. Lo voy entendiendo paulatinamente. Ah, pero, ¿ donde vivo?. Todavía me viene cierta bruma como respuesta, una bruma, hasta que por fin se abre para dejarme ver con toda nitidez la puerta de casa. Al fin lo recuerdo todo.
Y me echo a reir. ¡Vaya, un sueño en el que quiero explicar a personajes del sueño ese mismo sueño!

¡Bien se merece ilustrarse con un Escher! ¿Qué tal "Galería de grabados"? Aquí está... y encima, deliciosamente expuesto por Bruno Ernst!.
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://juegosdeingenio.org/grafica/escher-galeriadegrabados.jpg&imgrefurl=http://juegosdeingenio.org/castrovalva&usg=__ZAS2a8T7JXA3iZ7lm8EgDOML24g=&h=389&w=400&sz=105&hl=es&start=13&tbnid=vl7Da_44kzgRNM:&tbnh=121&tbnw=124&prev=/images%3Fq%3Descher%26gbv%3D2%26hl%3Des%26sa%3DG

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece un sueño con elementos muy comunes (¿universales a nuestra cultura?) el de encontrarse de pronto desnudo o el de perder la ¿memoria? el ¿recuerdo? de dónde vive Uno.
Lo bueno es el sentido del humor que le pones con que lo cuentas; me lo paso bomba!