La mañana se estrena, deslumbrante de frío.
¿Adonde han ido todos? ¿Desde cuando estoy solo?
¡Se ha vuelto ilimitada mi parcela!.
Latidos sucesivos arriban y retornan
-como respiraciones- a una playa desierta.
¡En ayunas aún y ya empachado!.
Desde algún aeroplano esparcen octavillas
con nombres de pronombres y adverbios nominales.
¡Silenciar al silencio es imposible!.
Un cangrejo. Una pluma. Una cama deshecha.
La ausencia de la madre. El cangrejo recula.
¡Me está cayendo encima una lluvia de sol!
“No se puede encontrar lo que no se ha perdido”
La codicia no existe. Allí sigue la pluma.
...Vivir es cosa mía, y hace bueno..
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