"Une semaine de bonté" , obra sin par de Max Ernst, una de la cumbres (no, uno de los abismos sulfurosos, mejor) del surrealismo más ácido y más onírico, se editó en su día en la editorial Gustavo Gili, y me acompañó durante años. De allí saqué inspiración... -qué coño: de allí copié descaradamente ilustraciones que encabezaron congresos de psicología-, y allí volví mil veces cuando quería hartarme de imágenes morbosas, desazonantes, evocadoras, bellísimas...
No quisiéramos que mamá -o papá- nos sorprendiesen mientras lo miramos, ¿verdad que no?
No es un libro apropiado para estar en las manos de las señoritas,
pero ¿qué ocurre en los lacrimales de los despiadados cuando sus ojos surcan estas páginas?
Es libro de estampas, un primo cercano de los libros de vidas de santos. Max Ernst, en tiempos de guerra, tenía de los santos esta idea peculiar.
Google nos lo pone ahora, enterito, gratis, inmediato, a nuestra entera disposición. No es lo mismo que cuando está impresa en papel, -algo desgastado, sin reflejos, pudiendo pasar las páginas y llevárnoslo al más oculto de nuestros retretes-, pero está en
y, además, hasta el 31 de mayo, están los originales expuestos en la fundación Mapfre. ¿Donde está la fundación Mapfre? No me da la gana de mirarlo, ya que no es en este Bilbao que mancillo con mi presencia. Pero si alguien sí que lo sabe y le pilla a mano, que se piense el no visitarlo: He leído que son la refostia, que Ernsrt consiguió tal calidad en sus collages que hizo "desparecer las tijeras y la cola ". Así dicen.
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