domingo, octubre 25, 2009

dialogos con mi paredro .- 3 (con una cita de Lautreamont)

*.- ¡Gilgamesh, oiga, Gilgamesh! ¡Héroe sumerio, año 2.560 antes de Jesu-Cristo! ¡Tablillas cuneiformes! ¡Sueños proféticos! ¿No se le abre el apetito?
+.- ....pfffff...
*.- Pero, ¿será posible?, ¡está usted verdaderamente celoso! ¡Celoso de Tatana! ¡He ahí -bueno, mejor dicho, ¡he aquí- la razón de ese pique monstruoso que se trae! ¡Pero bueno, habráse visto, mi AlterEgo muerto de celos, y ¿por quién? ¡Eh? ¿Por quién? ¿Eh? ¿Por...?
+.- ¡Vale, Basta, suficiente! No es que esté celoso: ¡Estoy envidioso! Porque usted me margina. Me ignora. Me aleja. ¡Me escotomiza!!, Me depone, me sustituye, me obvia, me hace desaparecer!!! ¡No son celos, es puro y maltrecho instinto de supervivencia, coño!
*.- Pero, si ella y usted son uno mismo... ¿no lo entiende? Compruébelo. Llámele con voz estentórea. ¡Venga!
+.- ¡¡¡TARTANA, TARTANA!!! ¡¡¡Que me llamo Tatana, sucio residuo capitalista!!!
*.- ¿Vé? Cuando usted le llama, ¡es usted mismo quien le contesta!!!
+.- Vaya, vaya, es impresionante. ¡Es cierto! Soy yo mismo, pero sin ser yo mismo al mismo tiempo, ¡más o menos como ese Augusto Monterroso y ese Eduardo Torres del que hablábamos usted y yo recientemente! Pero, entonces, ¿porqué ha recurrido usted a ella y no a mí?
*.- Porque siendo el mismo Y/o, tienen distinto campo de expresión. Con usted, discuto: ante ella, tiemblo
+.- ...será de frío...
*.- también, también, pero no solo. Vea, le voy a convocar. Tatana, Tatana, ¿Qué son los sueños?
=.- ¿QUE QUÉ SON LOS SUEÑOS? ¡ES QUE NO SABE PLANTEAR USÍA OTRA PREGUNTA? ¿cómo podeis los pálidos y friolientos europeses dedicar vuestro impermanente tiempo vital a enunciar interrogantes tan necios como el que qué cosa sean los sueños? ¡Los sueños, antepenúltimo neófito, son como los mosquitos, ¡lo que son! ¡Un sueño es un sueño, el cual a su vez es un sueño, mequetrefe sin ilustración! ¡Ni el más atolondrado de los bachibuzucs dedica ni un segundo de su vida a tal pregunta! Vosotros os pasáis la vida atados a una bolsa que cuando está rellena de monedas flota y asciende y cuando está vacía tira de vosotros hacia abajo. Habéis acabado con el tiempo libre como acabasteis con los rebecos del pirineo. Hacéis parir a vuestras mujeres con cesárea. Les metéis un tijeretazo en el perineo y las forzáis a volver al trabajo a las seis semanas de dar a luz, ¡al trabajo, a ocho horas de separación de sus bebés! ¡Y os creéis la guinda del pastel de la civilización! Pasáis en las escuelas no menos de quince años, ¡y salís sin saber cómo dirigiros a vuestro prójimo, sin saber hacer un fuego ni cómo apagarlo! ¡Y hacéis como que pensáis, poniéndoos como sumo ejercicio intelectual el dilucidar qué cosa es un sueño!
"He visto a los hombres de cabeza fea y ojos terribles hundidos en las oscuras órbitas, todos a la vez, con el puño más robusto dirigido hacia el cielo, como el de un niño ya perverso contra su madre, probable­mente excitados por algún espíritu infernal, con los ojos recargados de un remordimiento punzante y al mismo tiempo vengativo, en un silencio glacial, sin atre­verse a manifestar las vastas e ingratas meditaciones que encubría su seno -tan llenas estaban de injusticia ~y horror-, y entristecer así de compasión al Dios mi­sericordioso; otras veces, a cada momento del día, desde el comienzo de la infancia hasta el fin de la vejez, diseminando increibles anatemas, que no tenían el sentido común, contra todo lo que respira, contra ellos mismos y contra la Providencia, prostituir a las muje­res y a los niños, y deshonrar así las partes del cuerpo consagradas al pudor. Entonces las madres levantan sus aguas, sumergen en sus abismos los maderos; los huracanes y los temblores de tierra derriban las casas; la peste y la diversas enfermedades diezman a las familias suplicantes. Pero los hombres no lo perciben".
¡Escuchad, pagüetos, escuchad lo que nos dice el mundo!:
¡Viento que resoplas entre las gargantas del Don, ¿qué es un sueño?
Lengüecilla del fuego, que brotas de la punta de los cuernos de la vieja osamenta, ¿Qué es un sueño?
Incesante arroyillo, ¿qué es un sueño?
Miríada de moscas del estiércol, ¿qué es un sueño?
¿Escucháis? ¿Escucháis? ¿Escucháis? ¿Escucháis? ¿Qué contestan?
¡¡¡¡NADA!!!! ¡¡¡¡NADA!!!!
Nada contestan, y, ¿sabéis porqué? ¡Porque solo contestan a preguntas verdaderas!
...verdaderamente... me voy a seguir amontonando boñigas...


*.- ¿Ve, vé usted qué elementa está hecha la Tatana? Por esto tiemblo cuando la convoco. Con usted no tiemblo nada: rifirafeo que es un primor, y eso me ayuda a no oxidarme. Y con ella, agacho la cabeza y tiemblo. Vaya tranquilo: no soy nadie sin usted. Y lo de Tatana finalizará. De hecho, estoy terminando de pergeñar otro tipo: Uno que me ayudará a indagar en las relaciones entre los sueños y el mundo de la creación, del arte y eso. Se va a llamar Donatien Alphonse François de la Rêve Gauche, y habitará Lutecia. Y ahora, le voy a desactivar a usted temporalmente y a seguir con Gilgamesh.

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