viernes, marzo 19, 2010

cansado de decir para no decir nada.

Catalina, ¿me escuchas?


¡qué ganas siento de abandonar todo intento,

de callar y seguir marcando el paso

de ser serio y saber mirar las cosas

como si no tuvieran cara y cruz!



¡qué ganas de pillar el tranvía mientras rueda

y bajar precisamente en la esquina

en la que la peor cafetería

expende su más firme Nescafé



con añadido de agua mantecada



y una nube de leche,



y dar por supuesto que una nube de electrones rige nuestro parpadeo



y solo son mis sueños alteraciones de noradrenalina:

al fin y al cabo, nada que defender, ninguna duda:

hay lo que hay: lo dice el optimista; ni hay ni su contrario: el metafísico:

Mú, el adepto Zen,



Qué ganas de explicar que nada valen

las más expertas de las explicaciones,

ni las menos expertas: que nos vamos de cañas.

que puesto que no entiendo

lo que mugen los maestros al unísono,

callar es la opción válida que queda

y lo demás alpiste, y lo demás veneno.


A ver con qué jeta me levanto mañana, Catalina!

(Nicasio Alvarez de Cienfuegos: Consideraciones absolutamente inmorales de un cantamañanas )

5 comentarios:

Anónimo dijo...

catalina... catalina...
¿no es una estufa?
¿o una canción?
aquella de....
"catalina se fue
buscando el sol en la playa
con su maleta de piel
y su bikini de york
...
chin pon
nadinai
nadanai
pataplan
...
que le voy a hacer
que le voy a hacer
si catalina se fue..."
[¿los brincos?]

Anónimo dijo...

Catalino, que es Eva María la que se fue en busca del Sol

Anónimo dijo...

vaya, vaya...
Ya han vuelto las tórtolas...
!y es que ya es primavera!

Anónimo dijo...

catalina catalina
con tu mirada felina
disipa las entelequias
que nos llevan a la ruina!

Anónimo dijo...

No sabes pero avanzas

todavía y dejas en el suelo las ruinas

que ya no molestan a nadie.



No impones ningún canto

ningún silencio.

Tienes sólo este poema

para acordarte de ti mismo.

Ir al único lado de las cosas

que te sea habitable.


helene dorion