me contaron...
..."abrí el buzón del portal y subí a casa con los envíos postales.
Entre cartas y tarjetas, había sobres con las consabidas facturas mensuales.
Abrí aquella que venía de la telefónica y me saltó a la vista que me querían cobrar una cantidad obviamente errónea; lo que se llama "un pastizal", un dineral, un Perú!
. Afligido, preocupado, tomé en mis manos el teléfono y marqué el número de la compañía...
Al otro lado del hilo, una correcta voz masculina me preguntó en qué me podía ayudar. Balbuceando, nervioso,
"dí lectura
a la factura".
Mi interlocutor me hizo repetir los datos y me pidió un poco de paciencia mientras iba a comprobar algo; dejó enretanto conectada una musiquilla suave, átona y sin ritmo que me ayudó a irme serenando.
Al poco, volvió a ponerse a la línea y me fué explicando a qué se debía el error -que de inmediato identificó como propio a la compañía- y comenzó a guiarme a través de unas sencillas instrucciones que me ayudarian a corregir de inmediato el desaguisado.
Entonces, sentí una señal de que algo extraño estaba sucediendo. Algo no era nada normal en la
escena que estaba viviendo
¡"No, me dije, esto no es real, ¡esto tiene que ser por fuerza un sueño! ¿De qué, si no, me iban a tratar así de bien ante una reclamación a una compañía telefónica?"
Y, por supuesto, me desperté, bañado en sudor y lágrimas...
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