domingo, noviembre 14, 2010

una parrafadita

+- Bueno, a ver si retomamos nuestros diálogos. ¿qué es lo que decíamos ayer?
-. Que nada hay tal que de ello pueda decirse que si, ni que no, ni que sí y no, ni que ni sí ni no.

+- pues una vez esto proclamado, a ello. Y antes que nada, quiero, inestimable conversador, que hablemos acerca de la lectura de este "El mundo bajo los párpados"
-. No sin antes haber, una vez más, descubierto nuestras cabezas ante el sepulcro donde quiera que reposen os restos, o las cenizas de los restos, o lo que quiera que sea...

+- ...pelos, uñas, dientes y pequeñas bolitas tornasoladas, probablemente, bajo un arco iris impermanente fulgurando en plena noche... vamos, digo yo...
-. ... de Carlos Edmundo de Ory. Como tengo sus libros en el taller, que es donde puedo echarles mano, hasta mañana no podré hacer en ellos una selección a modo... Pero, en fin, si algo puedo por ensalzar su querida memoria, lo haré, ¡lo juro! ¿Qué tal una serie de fotos de piedras, para responder a aquello de "¡dame una piedra!"?

+- ¡Hecho!. Y, del libro, ¿qué? Le pregunto en tanto que: a) lector empedernido; b) onirólogo aficionado; c) bloguero de tema soñativo...
.- Pues satisfecho y contento, de que tal libro exista y de su lectura. Es un buen libro acerca del soñar pero... no es mi libro acerca del soñar. Gran alivio: ya sabe usted que cada vez que veo algo así, se me contraen las arterias: según mi traumatólogo,de miedo y de envidia . Bien, la envidia sí que se me ha activado...

+- ¿envidia de qué?
-. del caudal de conocimientos; del saber. De la educación del autor. De su manejo de las claves contemporáneas del ensayo. Toda la editorial Atalanta y mucho de la Siruela participa de cierta posición ¿cómo decirlo? Cultural-político-filosófico-qué sé yo... ¿Ha leido usted Patrick Harpur, o ese "Pan y la pesadila", de James Hilman, o el mismísimo Cox Miller... ? Yo voy poco a poco, pero basta con mirar los títulos de lo que me falta -("la fuga de Atalanta" de Michael Maier, o "Cosmos y Psique", o "la pasión de la mente occidental", de Richard Tarnas, o "en los oscuros lugares del saber", de Peter Kingsley.....)

+- ya veo, ya. Envidia-envidia, de la de siempre jamás.
.- Pues sí, de esa. Pero, al mismo tiempo, fíjese usted que el libro me reconcilia un poquito más con esta obra-blog que vengo dejando por el camino... Me explico: allá por la página 144, Jacobo nos presenta a Saint-Denys, un autor francés nacido en 1822 en París. ¿Había usted escuchado hablar de él?

+- lo cierto es que no, o no me lo parece...¿Saint-Denys, dice? ¿así con ygriega?
.- No se esfuerce: Yo no lo conocía de nada, así que usted, que es yo, tampoco. Bueno, pues
de este señor de quien nada sabía yo habla él durante 40 páginas. Y son un filón. Resulta que era el tal un verdadero surfeador por los dominios de la conciencia; un as del soñar lúcido;
un investigador sistemático de los fenómenos oníricos. Propuso tres principios superinteresantes, y se desafió con exquisita exigencia a realizar experimentos durante años
y años, y su manera de estudiar se caracterizó siempre por procurar ser tan riguroso cuanto le fuese posible. Un tiazo. Y para mí un filón; una nueva especie de simio, una isla por explorar.
Y, al mismo tiempo, hay tópicos del mundo onírico que yo, desde este luminoso Blog de Bloggers, he localizado, estudiado y expuesto que Jacobo Siruela ni cita ni toca. El caso de los Senoi, o el del Somni de Bernat Metge, o el de Raymond Roussel y su lucha por no soñar, o ...
Pues bien: ¿Se resiente este libro por aquello que no alcanza a decir?


+- Usted dirá
.- No. Nada. En ningún momento me ha pedido mi ánimo como lector algo que aquí o allí echase en falta. Es suficiente en sí mismo. Es equilibrado. Es un libro de ensayos. Y punto.
Y hay más: inevitablemente el conjunto de elementos que aborda este libro y el de los que aborda este Blog se intersecan


+- ¿mandee?
.- deje, deje, que son matemáticas modernas de cuando crío... Que coincidimos, vamos. ¿Que en qué? Pues en mucho: ya dije que en Perpetua, por ejemplo; en Borges, en Dunne, en la ilustración de Hipnos, en Girolamo Cardano, en el Tiempo del Sueño de los australianos... Pero, y ahí está lo bonito, el sonido que él extrae de esos instrumentos es distinto del sonido que yo les saco.

+- ¿Y cómo es cada uno de los dos sonidos? Espérese, calle, calle, que le rompo el saque, dicho en jerga tenística: yo contestaré esta vez. Usted suena como una trompeta, o como una prototrompeta, mejor dicho: un "añafil", un antiguo oboe, una bocina de cobre, estruendoso, agudo y con continuos problemas de desafinación. Y él suena concienzudo, sabihondo y algo anquilosado. A él, a veces, le pueden las frases...
.- ¿Y a mí, me pueden?

+- A usted no le pueden, no: ¡siempre les noquea usted antes! Y así andan ellas, las pobres, por el suelo y de tumbo en tumbo, de tanto ser forzadas y derrotadas... Usted un mequetrefe y él un estirado, así me suenan ustedes

.- ¿Lo dice por el estilo o por el contenido?
+- por ambas cosas, por ambas. Cultiva usted el desmadejamiento en la forma y la obstinación en el pensamiento. Dice usted algo, y ya está maquinando cómo desdecirse. ¿Es usted consciente de cual es la frase más repetida en este Blog?

+- ""Buenos días", tal vez?
.- "No se sabe". Esa es la frase más repetida, con sus variantes "nada puede decirse", "ni que sí ni que no" y " ¿Yo que sé?"

+- ¿Y la del de Siruela?
.- Siruela, afuerza de no quererse repetir, lo consigue, y quitando la palabra "psicopompo", que destaca algo debido a su divertida sonoridad, es distinto a sí mismo todo el tiempo. Pero igualmente es insistente: "extraiga usted sus propias conclusiones", dice y dice y dice

+- Alabo tal actitud
.- es usted muy dueño.

+- Ahora soy yo quien rompo el servicio y retomo la frase larga, dejándole a usted con el magro monosílabo entre interrogantes: Yo me meto en el terreno de la psicoterapia porque de allí provengo; él se mete en el de la muerte, que siento que es, no sé a título de qué, muy suyo. A él le gusta asombrarse; a mí, ponerme lírico y de cuando en cuando, enfurecerme. Ambos nos paramos ante el hecho humano a partir del soñar. Él maneja la belleza, y yo la desesperanza. Él parece más de Leopardi, y yo de García Calvo. Pero uno de los centros secretos de este Blog está cimentado en escritos de Italo Calvino, y ya sabe usted quién editó a Calvino y cuando y cómo...
Así pues, caben tranquilamente su libro y mi sempieternamente no-libro, y alguno disfrutará escuchando nuestras dos interpretaciones de la canción que no termina.

.- Pues continuemos con otros temas
+- No antes sin decir las últimas cosas. Una: yo me impongo mis leyes para escribir aquí, en
el Blog: No echar mano de fuentes para mí excesivamente obvias como el Libro de sueños, de borges, o el Sueños, existencias, de Jung, y unas cuantas más. Que en su libro esté ausente Jodorovsky -cuando hay todo un capítulo dedicado al sueño lúcido-, o que la fuente de su Vibia Perpetua no sea el Cox Miller, me hacen imaginar que también él se pone sus propias fronteras a la hora de escribir. Como se debe.
Ahora, yo estoy ante un dilema: ¿incorporo o no incorporo este libro a mis fuentes de fuentes?
Me parece que de algunas cosas, como de eso Saint-Denys, sí que echaré mano; y que, por otra parte, procuraré ser muy comedido a la hora de usarlo y fusilarlo. Me doy todo el permiso para citar a Artemidoro, porque está ahí, a mano, para todos nosotros; pero con un contemporáneo... me setiría como un saqueador... Y, al fin y al cabo, lo bonito de lo que hacemos es que es personal, muy personal, ¿no?


.- ¡Y yo que sé!

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