Tras acoger a Pomponio Flato, me toca hacer hueco a Luciano de Samósata, que también
ha llamado al teléfono del soñador Aludido acogiéndose a algún turbio "Derecho a Tener Sus Quince Minutos de Bloggloria".
Tengo a mano la edición de Planeta de los Diálogos de Luciano, traducido y anotado por José Alsina. Por él sé que poco es lo que se sabe de este autor. Nombre, Luciano. Ciudad de nacimiento, Samósata, en la actual Siria . Fecha de nacimiento, Año 120. Fecha de deceso, año 192. Escuela literaria a la que se adscribe: Segunda Sofística.l desarrollo y difusión de un nuevo género literario, del que este Blog hace frecuente uso: el Diálogo. Diálogos de los dioses, Diálogos marinos, Diálogos de los muertos, Diálogos de hetairas son otras tantas obras suyas.
Mordaz, lúcido, implacable, lógico, veraz, no muy citado en su tiempo, dejó una estela de influencia a la que se adhirieron gentes de lo más interesante. Le han ido citando y reconociendo como inspiración para su propia obra, entre otros: Luitprando (Siglo X), Hans Sachsw, Wieland, en Alemania; Cyrano de Bergerac (en su Viaje a la Luna) y Fontenelle, en Francia; Boyardo, Aretino y Maquiavelo en Italia. Más tarde, Erasmo de Rotterdam (en su Elogio de la Locura), Maitre François Rabelais (en sus libros de Gargantúa), Johnatan Swift (en sus Viajes de Gulliver), Jean Marie Arouet "Voltaire" (en su Cándido)... Y entre nosotros, Luis Vives, Alfonso de Valdés, Miguel de Cervantes, Mateo Alemán, Luis Velez de Guevara y, last but non least, Don Francisco de Quevedo. Como pa quedarse boquiabierto, ¿no?
Bueno, pues todo empezó con un sueño, y nos lo cuenta el propio autor en obra aparte. "El Sueño, o La Vida de Luciano" es una obrita suya que ganas me dan de copiarla íntegra, pero siendo torpe ante el teclado qwerty,lo glosaré. Por el camino quedarán su estilo y su humor de monologuista de raza.
"Acababa de terminar mis estudios primarios, entrado ya en la pubertad..." y se suscitó en su familia la cuestión de a qué fuera a dedicarse: ¿Oficio manual u oratoria y letras? Que Oficio manual, que daba sestercios desde el primer día y la cosa familiar estaba floja. Que ¿a cual de los oficios manuales? Pues que a uno "que exigiese los menores gastos de instalación, suficientes ganancias y permitiese libertad al hombre". Y como un tío paterno era escultor, y el mismo Luciano tuviese afición a moldear con cera "bueyes, caballos, eincluso, ¡Por Zeus!, figuras humanas, y muy bien hechas, a juicio demi padre", pues al taller del tío que fué Luciano, "considerando que podría presumir delante de sus compañeros cuando me viesen modelando figuras de dioses y pequeñas estatuillas, para mí y para quien yo quisiera".
Después, el desastre: el tío le da una piedra para que la pula, Luciano se pasa de entusiasmo y la casca, el tío se mosquea y le da un palizón, Luciano se refugia en su madre quien pelea con su padre... Y a la cama tras tan histórica jornada. Entonces, nos dice el autor, "tuve un sueño tan claro que en nada difiere de la realidad".
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