martes, junio 17, 2008

Me contaron: "Habitante de mis habitaciones..."

Me contaron así:

“A veces se dice que los sueños nos habitan
(nosotros seríamos, de alguna forma, una gran habitación que ellos frecuentan y pueblan a su sano antojo)
Pero el sueño aquel, lo habitaba yo. Fué así:

Teníamos casa nueva. ¿Quienes? Mi familia y yo.
Una casa, cómo decirlo, perfecta. Al borde del mar, de un mar asombrosamente hermoso,
Y su fachada lateral daba al Paseo de los Llanos de mi pueblo, como si fuese el Palacio de los Duques de Granada.
Por dentro, no dejaba nada sin atender: Recuerdo una gran parrilla con brasas debajo,
Una sala para reunirnos con grupos,
Una cocina espaciosa, luminosa…

El sueño abarcaba tres días completos. El primer día exploré la casa y su enclave, y me encantó.
El segundo día, me encontré con que la orilla del mar había cambiado, y me ofrecía el más rico
ecosistema de lagunas y charcas, archipoblado de tesoros vivientes. Qué buena decisión tuvo Ana al comprarnos esta casa, pensaba.
El tercero, saliendo de una fecunda sesión de trabajo grupal para darme una vuelta entre los frutales del huerto trasero, tras cruzarme con excelentes amigos que se movían a sus anchas por pasillos y habitaciones,
me pregunté: “Por cierto, ¿Cuánto nos ha costado esta casa?
¡Pues no lo sé. !
¡Qué raro! Debería saberlo. No es un detalle que Ana y yo hubiésemos pasado por alto, sin haberlo hablado antes…
Y, ya que estamos, ¿cómo es que lo vamos a pagar? ¿Nos hemos metido en créditos ? ¿Hipotecarios? ¿Ahora, con lo inestable que está el mercado?
...¡Uy, uy, uy, qué raro es esto de nos saber el precio....! ¿No será que estoy soñando, ¿verdad?"
Y me desperté.


Tan familiar, tan acogedora, tan a mis anchas resultó la casa que me dió lugar, siendo casa soñada, hasta para poderme hacer preguntas que seguían la lógica más cotidiana. Era una estupenda casa. Y yo la poblaba.
¿Qué tranquilo y acogedor y espacioso rincón de mi alma es correlato de ese amable hogar?

Mi alma ha de sentirse colmada para mostrarse bajo esta forma. Aunque no lo recuerde, aunque, en cierto modo, no lo sepa.
¿No cree?

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