¿Cómo, en qué estado interno, acudimos -o no acudimos- al intérprete de sueños?... me han preguntado-.
Y me llega un comentario al relato anterior que dice: "¿no tendrá usted sabio anciano un sueño de esperanza con el que mirar el presente?".
Y yo me digo: Y este fulano, ¿por qué me llama "anciano"? Lo de sabio ya se vé que es para hacerme la pelota, así que está bien. Pero, ¡¿lo de "anciano?! Porque, una de dos, o es que no me conoce, que vaya imagen de mí se trae el tío, o me conoce, y entonces, ¡horror! ¿Parezco un "anciano?
Pero bueno, vuelvo a lo nuestro: ¿en qué circunstancias volvemos nuestra mirada hacia algún sueño? El corresponsal pésimamente informado al que me acabo de referir acude , vamos a ver cómo acude... desesperado aquí y ahora. Se ve derrotado. Le faltan ánimos. Le flojean las fuerzas. Pero al mismo tiempo conserva un deje de humor -luego está vivo-,;y no se ha entregado a la negrura, sino que enseña la patita para evitar quedarse solo; y más suspira que gime.
¡Pues no es una mala descripción de cómo-cuando miramos a los sueños! Cuando echamos de menos la esperanza. En la aflicción.
Y también cuando uno tiene sobre todo esperanzas, y se muere por verlas bien fundadas.
La aflicción y la esperanza; y el miedo, claro . A veces nos inquieta de tal manera una experiencia onírica que nos metemos a intentar comprenderla hasta terminar confusos. Y otras veces nos encanta , nos asombra, nos hace reir, nos divierte; la diversión.
Y para acertar la lotería -pero eso es esperanza- y para acumular poder, mirándolos con codicia.
Aflición, esperanza, miedo, diversión, codicia... ¿qué más? Lo sagrado; lo sagrado; cuando se da, se da. ¿qué más... la culpa, -pero la culpa y el miedo... no, no, que sí: la culpa tiene un sitio propio.
La superstición -pero es esperanza, de nuevo-; la magia -poder, codicia, a no ser que sea sagrada... La curiosidad, el desafío del conocimiento, -¿eso es diversión? ¿codicia? -
En cuanto a algún sueño de esperanza con que mirar el presente, habré de contestar a una petición delicada con la mejor de las respuestas: la que a mí me dan cuando les pido lo que usted a mí. Me dicen: "la esperanza y el miedo son una sola y misma cosa: habitan a sus anchas en el pasado y en el futuro, pero no pueden vivir en el presente. Vivir el presente con esperanza es tan imposible como vivir el presente con miedo; no caben en el presente. Vivir "es", más allá del miedo y la esperanza. Prueba a vivir sin esperanza y sabrás lo que es vivir sin miedo. ¿Pero,donde me andas, angelico?"
Así me dicen , y , quitando lo de angelico, es lo que no tengo más remedio que contestarte a tí. Así están las cosas. Tú te quedas sin tu sueño de esperanza, pero yo me quedo como un señor.
Gracias por tu mensaje, que hace mucha ilu...
-(¿hace"? ¿A quién hace, a quién hace?" _ a mí, a mí, me hace a mí, vale, me hace mucha ilu a mí. Punto).
Y yas ves, te he tomado como estímulo para esa reflexión. Gracias también por eso.
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1 comentario:
me gustó y mucho el post... mas me he reído bastante con tus tribulaciones acerca de ser anciano y sabio...de que te conozca o no...pero en realidad anciano y sabio era referidoa los interpretes de sueños de tu historia siria.
gracias por el texto y el contenido. un abrazo coronel!
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