domingo, mayo 24, 2009

Desperté del primer sueño y recogí fresco fresco el material que me traía. Un paseo, un festejo, tomaba un rumbo indeseado: que me quedase, que participase, que total, que no fastidiase, me decían. Y como era un jueguito, como no quería pasar por un rancio, pues me quedaba. Y la cosa duraba tanto que, al final, no sabía donde estaba la cría. Y a buscarla: Nerea, Nerea, llegaba Ana, le explicaba, donde está la cría.

Claro, me enfadaba con el pelma que me había comprometido, pero era un tío muy gallito y no se dejaba avasallar.

Y no es que yo estuviese asustado. Nerea iba a aparecer -solo un remotísimo temor a la catástrofe, pero ese mismo que nunca me abandono, nunca, y que imagino que todo quisque alberga-. Seguro que iba a aparecer. Solo era que estaba muy molesto y muy enfadado.

si, ¿y con quién? ¿con aquellos? ¿o conmigo?



Volví a dormirme.





Ya estábamos todos juntos. A la mesa, a comer, a pasar un uen domingo. A ver si va ahora todo bien...
¡pero bueno, si estoy completamente desnudo! ¡Joé, coño, otra vez con lo mismo, ¡pero cómo puedo ser tan ineducado! Nadie de la mesa me va a decir nada, ya lo sé, pero hombre, ¡no es porque no me riñan, es por ellos, por el prójimo, para que nadie se pueda sentir molesto!
. Me levanto, voy raudo a los baños y allí el espejo me devuelve que no, que estoy adecuadamente vestido, con la ropa que creía haberme puesto: Gran alivio.
Vuelvo hacia la mesa diciéndome que "menos mal que a mí,de raro, a estas alturas, con mi bien ganada fama se me consiente cualquier cosa y no tengo ni porqué dar explicaciones de nada de lo que hago... y en el trayecto veo en los suelos un mosaico extendidísimo que no calculaba que pudiese estar allí. Con extrañeza lo cruzo, ¡vaya rabajo!, me digo, miro atrás y veo que apenas era cuatro dibujitos, que yo había multiplicado sin fin creando así el efecto de mosaico. ¡"vaya, estoy alucinando!" ¡"vaya, ando medio loco!"


Volvemos a casa, Ana, Nerea y yo, que conduzco el coche. De pronto, derrapo, ierdo el control y el coche sale por los aires; y nosotros salimos despedidos del vehículo; y el conjunto nos precipitamos contra una pared de hormigón; y el movimiento se lentifica, se congela, nos permite caer de pies en una cornisa. Y no me lo creo. Pienso que nos hemos matado. Que estamos destrozados. Que si el movimiento, que si no podría decelerar de esa forma, que seguro que esto ha sido el fin. Ahí estoy, vestido de blanco, sobre una repisa, asombrado.

Son las 7.30, media hora antes de la prevista para despertarme. Me despierto, despejado y con clara sensación de qué y cómo hacer en el trabajo grupal que ayer se quedó en un cierto impasse y me espera esa mañana `para que lo culmine.



No alcanzo a explicar, ni quiero explicarme, me vale con la certeza y la tranquilidad que la acompaña. Pero blogueo acerca de sueños y no me resisto a interpelarme: ¿Qué información he proporcionado yo para que yo me haya respondido con tales sueños?

Hoy hace un año me encontraba en la misma ciudad, atendiendo a una idéntica invitación.
Cosas que pasan: fué el comienzo de un episodio de confusión y malestar que se prolongó
durante meses, tiempo de miedo. Un tiempo de niebla.

Hace muchos años que en un sueño me precipitaba pendiente abajo, acelerendo sin frenos,
pero me frené, me detuve justo al llegar al muro contra el que me iba a estrellar.
Aquel sueño fué sencillamente determinante en mi vida. ¿Será este otro una cita a aquel sueño que me dió una respuesta a la sombra de San Juan de Ortega?
El caso es que hay descarrilamientos -pocos, muchos, - que no desembocan en fallecimientos, sino en milagros. Cosa de aprovecharlos!!!

No quiero sacar conclusiones, pero bien puedo reflexionar acerca de que no he de permitirme decir que sí cuando, por lo que sea, deseo decir que no. Y es que no puedo en absoluto impedir que en unas y otras ocasiones tíos pelmas y bobadas sin cuento me tienten. Solo puedo impedir el dejarme enredar.

No quiero deducir ni interpretar, pero puedo sorprenderme y sonreirme viendo que posiblemente estoy algo loco. Pero también que no lo estaré tanto que no sea capaz de verlo.

2 comentarios:

yo mesmo dijo...

http://anochecuandodormia.blogspot.com/2008/08/la-tanda-4-un-sueo.html

Anónimo dijo...

tu mesmo
il mesmo
nous mesmos
vous mesmos
ells mesmos