lunes, mayo 24, 2010

adivinacion, suposición, creencia 2


La historia de cómo se pasó de la observación y la deducción a la observación y la tentativa de adivinación solo puede entenderse si atendemos a la estructura misma de nuestros órganos del conocimiento, lo que excede del todo los recursos de esta monólogo. Pero a una cosa iba yo:
Hace mucho tiempo, la no-lejanía entre la gente y su universo circundante de la que estaba hablando, hubo de favorecer la ampliación de las pistas mediante las cuales prever el futuro.



De atender el vuelo de las aves y sus migraciones, y la densidad de las poblaciones de animales, y los diferentes vientos, y qué avisos traían, se fué pasando a una desmesurada lista de indicios
a tener en cuenta. Echo mano de las mancias de las que nos quedan ecos, y enumero:

La Aeromancia es la ciencia -o la maña- de adivinar el futuro según los dibujos que creaba
el aire en el agua de una copa; la Alectomancia, interpretando los movimientos de un gallo; la Amniomancia, o adivinación por la placenta; la Apantomancia, que tiene en cuenta los encuentros inesperados; la Aritmomancia que es una forma de numerología geométrica; la Astragalomancia, o adivinación por el juego de tabas. Y la Axiomancia que pronostica mediante el equilibrio de un hacha; la Bibliomancia, en todas sus variantes: lectura de una página al azar de... la Biblia, Homero, Ovidio, Lao Tse...; la Bolomancia, mediante flechas; la Botanomancia, según qué hojas no arrastre el viento; la Capnomancia, que atiende al humo de los sacrificios; la Cartomancia, en sus mil modalidades; la Catoptromancia y la Enoptromancia, practicadas en el templo de Ceres, y que se valían de ojos vendados y luces reflejadas en espejos; la Cledonismancia, por las concordancias sonoras escuchadas accidentalmente; la Cleidomancia, con una llave y una palabra escrita; Coscinomancia, o mediante un cedazo; Cromiomancia, mediante cebollas que van germinando sucesivamente... y seguiríamos con toda la familia de las Geomancias, que atiende a tiradas de ramas de artemisa (I Ching), de conchas caurí (Oráculo Ifa), de caracoles (Buzios brasileiros)...;

Y así continúa, escogiendo el uso como pronósticatorio de la sal (halomancia), de los pies (podomancia), de las varillas (rabdomancia)ncia), de las sombras (sciomancia), del ruido del viento nocturno en las hojas de las higueras (sideromancia), de las cenizas (tefromancia); de la harina, del pan de cebada (Alfitomancia); de los posos de las infusiones; del mirar vasos con agua, gotas de tinta o esferas cristalinas; del fuego, de los rayos y relámpagos, de la cera, de los cristales, de las empanadas y las tortillas (Cristobalomancia), de las sortijas, del laurel, del modo de vestirnos -o de que nos vistan nuestros sirvientes, "estolisomancia"; de las hojas de una rosa y de los pétalos de las margaritas; de las líneas de la mano (quiromancia) y de la constitución física (fisiognomia); de las entrañas de los pescados (Ychtiomancia) o de los animales domésticos terrestres (Hepatoscopia); del relincho de ciertos caballos; del aullido de los perros; del ruido de los guijaros al entrechocarse; de las uñas (onicomancia); de las perlas (margaritomancia), de los inciensos, de las espaldas (omomancia)...

En esta lista asombrosa encuentra su parcelita la Brizomancia, o consulta a Brizo, dios del soñar; un nombre especial de la familia de las Oniromancias, la adivinación por los sueños.

Y además de estas- que son unas pocas de las mancias europeas, y a las que hay que añadir diez veces mas de prácticas adivinatorias nacidas entre los asiáticos, los africanos, los americanos y los australianos, y los isleños, y los navegantes, y los eremitas, y propias a las mujeres todas, y a los marinos, y a los mineros, y......

Y todavía nos queda un campo libre. Es aquel al que recurrimos incesantemente del pálpito, de la corazonada, del augurio, del presentimiento, de todo aquello a lo que otorgamos un valor probatorio por el sencillo procedimiento de meterlo en un core especialísimo en el que hemos escrito, con caligrafía críptica, la inscripción "Intuición".

3 comentarios:

S.M. dijo...

Sr. Elizalde:

Permítame felicitarle por tan arduo trabajo de investigación. Su amplio listado es ciertamente estimulante. Sin embargo, como linguista, hecho en falta la sintasimancia, esto es, estructuras sintacticas propias de determinadas areas geofraficas.En un estudio linguistico hecho al respecto cierto tipo determinado de estructuras eran consideradas "raras" les sonaban mal. Sin embargo esas frases, en otras zonas no llamaban la atencion,pertenecen al acerbolinguistico ya lgunos hablantes las usan con mas insistencia que otros, es por eso que con una aguda observación, se puede inferir de donde es la persona que las emplea.

Un ejemplo de esto se puede observar en las frases siguientes:

Dormir ya duermo!
Soñar ya sueño!

etc etc.

Un saludo,

S.M.

Anónimo dijo...

Es cierto, hay otras frases, como: Alubias ya he comido yo!
Al rey morir ya le he visto yo...etc.
Son propias de un area reducida del norte de la peninsula!

Francis Elizalde dijo...

¡mucho morrofino y mucho tiquismiquis es lo quianda porai!
que siesto, mque silotro...
¿a que no me decís aunde siabla así?