domingo, mayo 16, 2010

otro sueño artúrico más



pag. 170: EL SUEÑO DE EWALACH.

(Lanzarote tuvo un sueño en la página 168. Un oportuno eremita le ofreció su ayuda para poder entender el mensaje que su sueño contenía. Pues bien: mientras le va adoctrinando, el ermitaño nos sorprende contándonos a su vez un sueño: el sueño del Ewalach, viejo rey de la ciudad de Sarraz, que se encontraba en guerra cuando acogió con hospitalidad a un viajero perdido. Aquel viajero era ni más ni menos que José de Arimatea, que había abandonado Jerusalén cuarentaidos años después de la Pasión de Cristo. José, en pago, le dió excelentes consejos, mediante los cuales, Ewalach ganó su contienda. Se convirtió al cristianismo el rey, y también su cuñado, que se llamaba Serofe y cambió su nombre por el de Nascián).


“En aquel tiempo soñó el rey Ewalach que a un sobrino suyo, hijo de Nascián, le salía un gran lago del vientre; de aquel lago manaban nueve ríos, de los cuales ocho eran muy grandes y profundos, pero el noveno era mucho mayor y profundo que todos los demás y era tan rápido y ruidoso que no había nada que lo pudiera soportar. Aquel río era turbio al comienzo, espeso como el barro; a mitad del camino era claro y limpio, y al final era de otra forma, pues era doscientas veces más hermoso y más claro que al principio, y tan dulce de beber que nadie se quedaba saciado. Así era el último de los nueve ríos. Después miró el rey Ewalach y vio venir a un hombre de la parte del cielo, que traía el testimonio y la semejanza de Nuestro Señor, y cuando llegó al lago se lavó las manos y los pies y lo mismo hizo en cada río, pero al llegar al noveno se lavó las manos, los pies y todo el cuerpo.>


En el sentido y el significado del sueño, el sobrino del rey del que salía el lago era Celidón, el hijo de Nascín, el primer rey cristiano que poseyó el Reyno de Escocia, gran maestro en ciencias, conocedor de las estrellas y los planetas y gran siervo de Jesucristo. De él descienden nueve personas, siete reyes y dos caballeros: Los reyes son el rey Narpus; Nascián, que tomó ese nombre del abuelo, Elian el Grande; el rey Isaías; Jonaán, que se casó en las Galias con la hija de Manorex; el primer Lanzarote, que se casó con la hija del rey de Irlanda; y el rey Van. Y los dos caballeros sois tú mismo, Lanzarote y el hijo que engendraste en la hija del Rey Pescador: el fiel Galaad”.

(Demanda del Santo Grial, pag 173)

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