"El mundo bajo los párpados". Jacobo Siruela. Editorial Atalanta.
En la contraportada de este libro se habla de "literatura fantástica": "Solo el lector podrá juzgar si todo lo que refieren estas páginas es solo un "relato" más o menos literario o el leve rumor de una realidad ignorada".
Es mucho lo que se refiere en las páginas. En la quinta parte hay reflexiones sobre la muerte
y su representación en la mente humana. En la cuarta, sobre la naturaleza de la relidad y muy especialmente acerca del Tiempo. En todas partes hay un acercamiento a problema de lo humano siguiendo diferentes paradigmas culturales.
Y la estructura y los elementos del libro son relatos de vidas de soñadores y de numerosos sueños.
El autor se encarga de hacer como un mago que, tras dejarnos turulatos con un juego de magia, nos sonríe y nos invita a desconfiar un poquito de aquello que creemos haber visto; y entonces despliega un nuevo juego y, con una sonrisa semejante, nos anima a acallar nuestro escepticismo, a entregarnos a la posibilidad de que la realidad sea, efectivamente, más porosa de lo que nos empeñamos en creer.
Y los juegos que trae consigo son, pardiez, espectaculares. Jacobo Siruela ha espigado de entre una suculenta biblioteca y ha extraído casos siempre interesantes. Una virtud a agradecerle es que haya descartado mucho de lo más accesible de la literatura onírica; y es que hay páginas que, a fuerza de repetidas, parecerían obligatorias en todo libro de sueños que se precie. Él monta sus argumentos sobre armazones inéditas. De esta forma, la bibliografía que incluye es un valor añadido.
Hay mucho trabajo tras este libro, y también cierta pasión fría. El autor juega a no dejarse arrebatar , cosa difícil cuando los materiales con los que investiga son, por definición, "del otro lado" , de aquello de Jules Verne: "Il faut prendre des leçons d´abyme", hay que tomar lecciones de abismo. Cuando el sueño y la muerte se miran cara a cara, y cuando tenemos en nuestra mano frutas de la cosecha todavía por venir; cuando un sueño transforma unas llagas en un miembro curado, o un torpe viejo en un poeta inspirado, poner a enfriar la pasión puede parecer una prueba de sano escepticismo, pero también una frivolidad. En esa cuerda floja, entre la obsesión y el dilettantismo, se mueve el estilo de nuestro autor.
La mención a la "literatura fantástica" me parece, al terminar de leerlo, un hallazgo. Me interesa una zona mixta entre el sueño cotidiano y los sueños producidos literariamente. De ambos hay millón de ejemplos. La idea de mirarlos todos desde el punto de vista de la literatura fantástica contribuye a desdibujar las fronteras entre unos y otros, y eso, inesperadamente, enriquece ambas categorías.
La casuística de este volumen está a la altura del "libro de sueños" de Borges editado por Alianza; más, no se puede pedir. El libro es delicioso, con un ritmo en las ilustraciones que me acompañan en la lectura como si tuviese a mi lado un delicioso compañero. Es una herramienta necesaria para los interesados en el soñar. Es un estupendo regalo, para hacer y para que nos lo hagan; palabra de ex-librero.
El autor se encarga de hacer como un mago que, tras dejarnos turulatos con un juego de magia, nos sonríe y nos invita a desconfiar un poquito de aquello que creemos haber visto; y entonces despliega un nuevo juego y, con una sonrisa semejante, nos anima a acallar nuestro escepticismo, a entregarnos a la posibilidad de que la realidad sea, efectivamente, más porosa de lo que nos empeñamos en creer.
Y los juegos que trae consigo son, pardiez, espectaculares. Jacobo Siruela ha espigado de entre una suculenta biblioteca y ha extraído casos siempre interesantes. Una virtud a agradecerle es que haya descartado mucho de lo más accesible de la literatura onírica; y es que hay páginas que, a fuerza de repetidas, parecerían obligatorias en todo libro de sueños que se precie. Él monta sus argumentos sobre armazones inéditas. De esta forma, la bibliografía que incluye es un valor añadido.
Hay mucho trabajo tras este libro, y también cierta pasión fría. El autor juega a no dejarse arrebatar , cosa difícil cuando los materiales con los que investiga son, por definición, "del otro lado" , de aquello de Jules Verne: "Il faut prendre des leçons d´abyme", hay que tomar lecciones de abismo. Cuando el sueño y la muerte se miran cara a cara, y cuando tenemos en nuestra mano frutas de la cosecha todavía por venir; cuando un sueño transforma unas llagas en un miembro curado, o un torpe viejo en un poeta inspirado, poner a enfriar la pasión puede parecer una prueba de sano escepticismo, pero también una frivolidad. En esa cuerda floja, entre la obsesión y el dilettantismo, se mueve el estilo de nuestro autor.
La mención a la "literatura fantástica" me parece, al terminar de leerlo, un hallazgo. Me interesa una zona mixta entre el sueño cotidiano y los sueños producidos literariamente. De ambos hay millón de ejemplos. La idea de mirarlos todos desde el punto de vista de la literatura fantástica contribuye a desdibujar las fronteras entre unos y otros, y eso, inesperadamente, enriquece ambas categorías.
La casuística de este volumen está a la altura del "libro de sueños" de Borges editado por Alianza; más, no se puede pedir. El libro es delicioso, con un ritmo en las ilustraciones que me acompañan en la lectura como si tuviese a mi lado un delicioso compañero. Es una herramienta necesaria para los interesados en el soñar. Es un estupendo regalo, para hacer y para que nos lo hagan; palabra de ex-librero.
2 comentarios:
¿Cuando nos hablarás de los sueños de los aborígenes australianos y de sus mitos de la tierra de los sueños?
ABRAZOS
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