Sueño de Doña Alda
En París está doña Alda,/ la esposa de don Roldán,
trescientas damas con ella/ para la acompañar;
…………………….
Al son de los instrumentos/ doña Alda dormido se ha;
ensoñado había un sueño,/ un sueño de gran pesar.
Recordó despavorida/ y con un pavor muy grande;
los gritos daba tan grandes/ que se oían en la ciudad.
Allí hablaron sus doncellas,/ bien oiréis lo que dirán:
-¿Qué es aquesto, mi señora?/ ¿Quién es el que os hizo mal?
-Un sueño soñé, doncellas,/ que me ha dado gran pesar:
que me veía en un monte/ en un desierto lugar:
do so los montes muy altos,/ un azor vide volar,
tras d'él viene un aguililla/ que lo ahínca muy mal;
el azor con grande cuita,/ metióse so mi brial:
el águililla con grande ira,/ de allí lo iba a sacar.
Con las uñas lo despluma,/ con el pico lo deshace.-
Allí habló su camarera,/ bien oiréis lo que dirá:
-Aquese sueño, señora,/ bien os lo entiendo soltar:
el azor es vuestro esposo,/ que viene de allén la mar;
el águila sodes vos,/ con la cual ha de casar,
y aquel monte es la iglesia/ donde os han de velar.
-Si así es, mi camarera,/ bien te lo entiendo pagar.
-Otro día de mañana/ cartas de fuera le traen;
tintas venían de dentro,/ de fuera escritas con sangre:
que su Roldán era muerto/ en la caza de Roncesvalles.
A veces se llama a los sueños con una de esas imágenes que Boges nos enseñó que se llamaban Kenningär: "La sombra de las alas de los buitres", los mensajeros de la desgracia. En este romance, "la mala hora" aparece en toda su grandeza.
Y aparece también ese elemento que subraya la tragedia: la acompañanta auxiliadora,
que lee el sueño como portador de buen augurio de aires de boda.
¡Ójala acierte!, nos decimos todos, pero íntimamente sabiendo que no,
que lo que se cierne "desde el alto´el pirineo" no son campanas de boda,
y que la aguililla porta malas noticias.
1 comentario:
Francis, ¿Como haces para que no se pueda acceder a algunas de las imagenes de tu blog?
Publicar un comentario