... me contaron...
"en un nuevo sueño, mi actuación reviste gran importancia: coordino, dirijo, una agrupación trascendente. Del papel que me toca jugar dependen asuntos de extraordinaria importancia.
Soy plenamente consciente de ello: Sé que me encuentro en una situación que me era inesperada, y que es una prueba de madurez que el destino me ha puesto delante.
Entonces, actúo con serenidad.
Me acoplo a lo que ve sucediendo, y me resitúo respecto de ello a medida que van llegando nuevas situaciones.
Me porto estupendamente. Hago frente a situaciones inéditas.
¿Me toca? Pues me toca!
Acepto el mando que me es encomendado. Y estoy satisfecho conmigo mismo.
Mas tarde, ya despierto, recuerdo la sensación del sueño: era de seriedad, de calma.
Advierto que, en contraste con lo que es mi vida diaria, no había nada de tormentos
interiores: ni crítica, ni desprestigio; ni coartadas ni agobios...
Corolario: Yo - vivo - en un estado de nerviosidad y descentramiento usualmente de día;
y en un estado de sabiduría y mando de noche;. Lo uno, a menudo; lo otro, más raramente;
pero soy Yo en ambos casos, soy Yo el sujeto de la experiencia.
Re-corolario: Intentar poder ingresar a voluntad en ambas parcelas de Mí es un objetivo potencialmente suculento... adiestrarme en entrar y salir ...Pregunta: ¿En los dos?
¿Por qué no sólo en el de "mando", por qué no eliminar de mi vida ese incómodo
Yo neurótico?
Contestación: Un Yo compuesto únicamente por la sustancia de uno de los extremos de
cierto comportamiento, a más de ser inverosímil, sería un Yo desequilibado. Yang sin Yin,
Yin sin Yang, vuelco inmediato. Lo sé, sucesivos intentos me han hecho aprender.
"Entrégate tanto al Placer como al Displacer: No restrinjas tu percatarte". Eso no es un mandato moral: viene en el apartado "Mantenimiento" de mi manual de instrucciones.
Y, además, Yo sólo he dicho que "Intentarlo es Potencialmente suculento":
Desconozco si el hecho de intentar tal cosa pueda hacer que tal cosa se logre.
Tal vez lo que valga sea el trabajo de ponerse a intentarlo...
¿empezar cuando estoy nervioso o empezar cuando estoy aplomado?
(-¡me late que es lo mismo...!")
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1 comentario:
El tono narrativo del sueño es como si a uno de los protagonistas de Kafka le salieran bien las cosas, en principio la actitud de estos personajes es similar a la tuya en el sueño, trabajadores responsables que intentan conducirse con pulcritud, pero luego resulta que se las están viendo con un entorno de coordenadas abyectas, una auténtica escabechina del sentido.
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