Tablilla IV, columna ii
A las veinte dobles-leguas / compartieron sus raciones.
Otras treinta dobles-leguas / y plantaron su campamento.
Caminaron cincuenta dobles-leguas / en un día,
¡la distancia que se recorrería / en un mes y quince días!
En tres días llegaron a una montaña
En presencia de Shamash / cavaron un pozo
y erigieron... / un altar.
Subió Gilgamesh / y en la cima del monte
a Shamash hizo su ofrenda / de harina tostada.
“Tráeme, oh montaña, / un sueño favorable!”
Enkidú ejecutó el rito / en favor de Gilgamesh
¡Pasó una tempestad y se alejó!
Lo hizo acostarse /dentro de un círculo...
y él, como la harina, / se ensombreció...
Acurrucado Gilgamesh, / el mentón en las rodillas,
cayó sobre él el sueño / que invade a la gente
A media noche / su sueño se interrumpió;
´él se levantó para contarlo / a su amigo:
“Amigo, ¿no me llamaste? / ¿Porqué estoy despierto?
¿No me sacudiste? / ¿Por qué estoy tan sobresaltado?
¿No ha pasado un espectro? / ¿Porqué me despertó el terror?
Amigo mío, tuve / un tercer sueño
Y el sueño que tuve / es inquietante:
Tronaban los cielos, / la tierra rugía!
¡Tronó entonces un rayo / se produjo un incendio!
Las llamas fulguraban / La muerte llovía.
Las brasas se extinguieron, / el fuego se apagó.
Caían las brasas y se hacían ceniza.
Bajemos pues a la planicie / para poder discernir”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario