(de una crítica cinematográfica, en "Misterioso objeto al mediodia)
para sustraerse a la linealidad temporal propia de la consciencia y adquirir carácter
premonitorio. Al principio del relato (final de la película), su destino se nos presenta
como predeterminado por la cámara, que la observa desde arriba, la elige y la entrega a la centrifugadora del tiempo mientras ella lee plácidamente sobre la hierba el libro de
J. W. Dunne"...
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