domingo, enero 03, 2010

¡ Feliz Año 2010!,

os estaba deseando, cuando un pequeño yo gramatical se hizo oir en mí y me exigió:
"¡Define "Feliz"!
Y después de seiscientos intentos desastrosos de definir "Feliz",
decidí copiar/pegar el cuentito de Bernardo Atxaga que sigue más abajo. Así que:

¡FELIZ AÑO 2010! (queriendo "feliz" decir lo que este cuentito expresa...)

"Enfermó Adán el primer invierno después de su salida del paraíso y asustado con los síntomas, la tos, la fiebre, el dolor de cabeza, se echó a llorar igual que años más tarde lo haría María Magdalena, y dirigiéndose a Eva, "no sé qué me ocurre" gritó, "tengo miedo" "amor mío, ven aquí, creo que ha llegado la hora de mi muerte".

Eva se sorprendió mucho al oír aquellas palabras, amor, miedo, muerte y le pareció que pertenecían a una lengua extraña, ajena al paradisiaqués, y anduvo con ellas en la boca, masticándolas como pepitas, como raíces, hasta que creyó, amor, miedo, muerte, comprender enteramente su sentido. Para entonces Adán ya se había repuesto, y volvía a sentirse feliz, o casi.

Fue sólo, aquel hecho extraparadisiaco, el primero de una larga serie, de modo que Adán y Eva siguieron, por así decir, recibiendo clases intensivas de la lengua que decía amor, miedo, muerte, aprendiendo palabras como cansancio, sudor, carcajada, carcaj, carcamal, canción, caricia o cárcel; a medida que crecía su vocabulario, las arrugas de su piel aumentaban.

La hora de la muerte, la verdadera, le llegó a Adán siendo ya muy viejo, y quiso entonces transmitir a Eva lo que había aprendido, su última verdad. "¿Sabes, Eva?", le dijo, "la pérdida
del paraíso no fue en realidad una desgracia. A pesar de los trabajos, a pesar de lo del pobre Abel y todos los demás conflictos, hemos conocido lo único que, noblemente hablando, puede llamarse vida".

Sobre la tumba de Adán se derramaron lágrimas corrientes, de agua y sal, que cayeron a tierra y no criaron jacintos, ni rosas, ni flores de ninguna clase, y de todos ellos fue Caín el que, paradójicamente, con más desgarro lloró; Luego Eva recordó con cariño el susto de Adán cuando su primera gripe, y todos se calmaron, y se fueron, y tomaron algo, y comieron un bollo".

3 comentarios:

proyecto safora dijo...

hoy he vuelto a tener un sueño, uno que se ha repetido dos veces en la noche. me angustió el final del primero asi que me fui a dormir de nuevo a ver si lo arreglaba pero no hubo manera. El contenido del sueño era el mismo:
Estoy en un edificio derruido con una niña en brazos (un bebé en el segundo sueño) y estoy asomada a una ventana y veo como se acerca un tsunami. Trato de escapar 8la primera vez por un ascensor, la segunda me voy a otra habitación). Las personas que tengo a mi alrrededor están muy tranquilas, como si dijeran esto es lo que hay. yo trato de detener de alguna forma la corriente. Que el tsunami no me atrape. Es inevitable.En los dos sueños me despierto antes de morir arrastrada por el agua.

Me he de dejar llevar por la corriente? o empezar a ser corriente para arrastrar-me?

Besos feliz año, feliz sueño
amor

yo mesmo dijo...

Probemos contemplando la escena entera, antes de entrar a cada elemento. ¿cómo sería? Lo voy a intentar; corrígeme si me confundo:

El paisaje abarca el mar y la costa, y en la costa, un edificio, derruido y habitado. El mar recibe la energía de un terremoto submarino y reacciona levantándose en tsunami. En la casa, hay gente que viene y va, sin hacer mayor caso de lo que viene. Entre ellos, una mujer lleve consigo a una niña pequeña, que tampoco se altera. la mujer sí que se altera; va y viene, trata de escapar.

Diríase que si sale afuera, la ola le pillará con mayor fuerza. Tal vez los muros que quedan de la construcción hayan sido modelados por sucesivos ataques del mar.

Sería: ser la mar henchida de fuerza sin descargar, ser el esqueleto de la casa, ser la gente tranquila que sigue con su vida, ser la niña, frágil y dependiente, ser la mujer aterrorizada, todo al mismo tiempo.

Entonces: puedes probar a ser la ola y dejarte descargar contra la costa, inocente, poderosa; también a ser la mujer, y tal vez haga el gesto de Moisés y logre separar las Aguas del Mar Rojo; o los habitantes, que dicen como unos andaluces en un poema de José Hierro, que estaban en la más lóbrega cárcel de concentración de los años 40 en Santoña y sólo decían "¡ojú, que frío!"; o contemplar desde un lugar cómo llega la ola a la costa y qué queda tras su paso... O la niña, cuyo mundo no va más allá de los ojos de quien en ese momento la tiene en brazos...

eso sí: algo parece que necesita aliviarse de su cargamento...

Tú dirás...
por cierto, ¿das tu permiso para que publique el sueño /y la respuesta?

¿Cómo estás?
Estuve charlando con Enrique y me entraron ganas de Madrid... Un gran beso

Raquelitis dijo...

Hola Francis,
Compartí no hace mucho un taller contigo en Valencia, y no puedo dejar de escribir ya que al leer el sueño de proyecto safora se me ha pintado un sonrisa comlice, ya que en ese taller trabajé un sueño tan similar que me entra la risa y la emoción por imaginar qué sentiras Proyecto safora.
Me quedo del sueño con la frase: "Las personas que tengo a mi alrrededor están muy tranquilas, como si dijeran esto es lo que hay."
Y añado una pregunta: ¿Qué te salvaría del tsunami que en el sueño no encuentras?

Besos a ambos.