Un hombre, una vez, volvía
en su Citröen montado,
despues de haber presentado
un trabajo sobre el sueño;
y en su casette sonaba
con una dicción perfecta
don Atahualpa Yupanqui
a solas con su guitarra,
cantando a las soledades,
al camino de su vida,
a la injusticia, a la luna,
y a la tierna soledad;
y ya se acababa el viaje,
y ya engullía el garaje
hombre y coche juntamente,
y una estrofa todavía
le quedaba por cantar;
y solo cuando al ratito
quiso callarse el motor,
dejó que su voz dijera
unos versos simplicísimos:
estos que traslado aquí:
Anoche he tenido un sueño
que me ha dado que pensar
soñé que juntabas nieve
cerquita de mi rosal
Ay, pasé la noche entera,
pensando en el sueño aquel:
¡no vuelvas a juntar nieve
que el rosal se va a perder!
Soñar con rosas y nieve...
desdichas suele traer .
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