miércoles, mayo 26, 2010

adivinacion, suposición, creencia, V Lo soni II

+.- Permíteme, querido consuegro, que te releve en este punto: has citado Lo Somni, de Bernat Metge, y yo, de tal obra, soy un experto absoluto.
.- ¿Lo eres, en verdad?



+.- Lo soy, y gracias precisamente a los buenos oficios de Martin de Riquer que no otra que esa edición suya he manejado; que desde que el año pasado la adquirí en la Feria del Libro Usado y de Ocasión del Arenal bilbaino, he leído el texto no menos de una vez y el prólogo no menos de tres; todo lo cual me convierte instantáneamente en un experto. Y ahora, ligando habilmente lo que contabas de los sueños usados como herramientas doctrinales con lo que cuenta Martin de Riquer en el prólogo, te voy a iluminar con la siguiente historia:

Corría el siglo XIV por Barcelona ,y corriendo por allí vió nacer a Bernat. Su padre, boticario, pronto murió; su madre contrajo segundas nupcias con Ferrer Sayol, "Protonotario de la reina Leonor, esposa del rey Pedro el Ceremonioso". Influido -bien- por su padrastro, Bernat se hizo experto en lengua latina y, siguiendo su estela, alcanzó el título de Notario, pasando al servicio de la reina, y de su hijo Juan cuando ella falleció. Juan llegó a rey el año 1378 con el nombre de Juan I; y a su séquito más cercano perteneció Bernat hasta el 7 de Diciembre de 1398, cuando el rey murió súbitamente, sin haber alcanzado el consuelo de una última confesión.

Turbios tiempos aquellos, por lo que se cuenta. Nada más morir Juan I, su hijo, Martín I manda encarcelar a toda la camarilla que ha aconsejado a su padre, entre ellos, a Bernat. Las acusaciones: "toda suerte de crímenes, violaciones, robos, estafas, fraudes, cohechos, abusos fiscales, connivencias y confabulaciones..."
.- No sé, no sé, algo de esto que cuentas me suena como a conocido, pero ¿a qué? ¿Marbella, Gürtel, Palma, Lanzarote...?



+.- deja, deja, que me vas a hacer llorar... en fin: tenían razón los acusadores en algunas de estas cosas -que pronto se taparon, porque al fin y al cabo solo eran delitos contra el erario público, y no específicamente contra los intereses de las Empresas y el Capital
.- que si así fuese, otro gallo hubiese cantado...



+... que si así fuese otro gallo hubiese cantado, pero, ¡Ay!, había entre todas una Gran Metida de Pata y una Gran Falta. La Metida de Pata fué que, tiempo atrás, Bernat había dicho en privado perrerías del entonces Duque y ahora nuevo Rey Martín I...
.- Vaya, que le pillaron "off the record", pero "con el micrófono abierto", "como a algunos que yo me sé...

+.- Claro, claro: igualito que a Sarkozy, o a la Sarah Ferguson - o a la Espe Aguirre... pero mejor lo dejamos: Decíamos que había una Gran Falta. Un delito imperdonable. Se acusaba a los conspiradores de que sus fechorías habían dado tal disgusto al Rey, que este había fallecido de la impresión; y había fallecido de sopetón, sin confesarse, con lo cual... tal vez el Rey se había granjeado la Condenación Eterna. Y eso, ser culpables de que el rey ardiese en los infiernos para toda la eternidad, esoera algo que ni se podía olvidar ni se podía perdonar!.
.- es que, ¡hasta ahí podíamos llegar!

+.- Efectivamente; ¡Hasta ahí podríamos llegar! Y de tal delito bien podían seguirse procesos resultantes en sentencias capitales; o, en el mejor de los casos, en no menos que destierros en vida para los culpables. Los cuales eran por educación y por educación cortesanos, y querían volver a serlo prontamente, en la recién constituida nueva Corte. Así que, ¿qué hacer?

El primero de aquellos caídos en desgracia en actuar fué Ramón de Perellós, vizconde de Perellós y Roda. Tras estudiar todas las opciones, escogió la siguiente: acompañado de un "lucido cortejo", viajó hasta Irlanda, y allí buscó la entrada a cierta cueva "que hay en el Lough Derg" (por cierto, ¡vaya lugar!, -véase la foto adjunta-)





que según se creía conduce al Purgatorio. Allí entró, y a la vuelta escribió un relato de su encuentro con las ánimas, y particularmente con el alma de Juan I, quien le contó que se encontraba allí purgando su excesiva afición a la caza.

Bernat optó por una solución literaria. Era un escritor magnífico, -el primer gran escritor en lengua catalana, creo- y un calígrafo igualmente dotado -mira si no el grabadito que acompaña el post anterior, que reproduce su hermosa letra-. Escribió, estando en la cárcel, un libro, "El sueño", en el que demostraba lo mismo que Ramón en su excursión espeleológica. Partiendo de un día de modorra excepcional, relata que se durmió y recibió así dormido la visita onírica de su benefactor Juan, preocuparse por su alma.

A mí me gusta el cómo lo hace. Cuando ve ante sí al rey -que viene acompañado por dos figuras, Orfeo y Tiresias-, desconfía. ¿Qué es aquello que está viendo, que parace su Rey, estando este como está fallecido? Y esgrime ante el espectro toda una serie de reparos, todos ellos razonables, todos ellos inteligentes para que un difunto pueda tener una vida tras la vida del cuerpo. Y es el propio espectro del Rey quien le va convenciendo de que sus razonamientos son erróneos; de que sí que es el mismo rey; de que existe un alma en cada persona; de que no sucede así en los animales, cuyas ánimas son transitorias y corruptibles... Y así, poco a poco, De esta forma, nuestro autor se pinta como alguien ignorante, y al difunto Rey como al listo de los dos; y a sí mismo como un buen vasallo, y al rey como al sabio que le corresponde ser por su estirpe y su rango.
.- Deseo interumpirte para hacer una apreciación. En el sueño de Perceval que comentaba yo hace poco, el autor nos cuenta lo qué les sucede al caballero y al monje, pero aquí el autor nos cuenta lo que le pasó a sí mismo. Así que escoje bien el rol en la narración; lo escoje en función del lector al que va dirigida la obra entera. Martín de Riquer lo dice así: "Lo somni es una obra que fué escrita desde la primera página hasta la última pensando en un único lector:
El Rey Martín I".

+.- Del todo de acuerdo, aunque en cierto momento mira también hacia la esposa de este, como verás. Bien, el libro entra en temas delicados. "Donde está el alma de su alteza?", pregunta Bernat "En el Purgatorio, en el Purgatorio", le contesta Juan, "por cazador, por demasiado afecto a los músicos y por consultar mucho a los adivinos".
.- ¿Muchas llamadas a teléfonos de tarot?

+.- Algo así. Otra pregunta:"¿Porqué Dios permitió que murieseis así?" "Era necesario, para que a mis leales os acusasen los injustos del oro bando, como así ha sucedido, de manera que vuestra inocencia quede finalmente clara tras ser puesta en duda"
.- Joé, vaya razón le cuela al buen rey para morir!

+.- Impresiona, ¿verdad? En fin, la cosa sigue y Bernat interroga a los dos adivinos acompañantes, y hablan de mujeres...
.- Eso también me suena muy contemporáneo!

+.- Casi todo Es Muy Contemporáneo, consuegro extemporáneo. Casi que te agradeceré que me dejes terminar mi relato, ... ¿si? Vale... Hablan de mujeres, los adivinos echan pestes y Bernat se enoja, y quiere demostrar el valor del mujerío, y trae los ejemplos de aquella reina cuyo notario fué su padre, madre de Juan y de Martín; y de la esposa de Juan I, que tanto afecto le demostró cuando era reina; y de la esposa de Martín I, que ahora le mira con enojo pero que es una dama sabia, inteligente y misericordiosa -y aquí es cuando, por un instante, mira Bernat no solo al rey como lector, sino también a la reina-, ... Y después, profetiza.
.- ¿Sí? ¿Se atreve a profetizar?

+.- Se atreve. Dice: "Pues si me has perdido a mi, que era tu señor, tan bueno y mejor lo has ganado. Él te sacará, a tu honra, de la cárcel en que estás y no tolerará que se te haga injusticia; porque es muy justo y virtuoso y conocerá pronto a mala intención de tus perseguidores, aunque para condescender con ellos, por razón de su nuevo señorío, no te resolverá tan pronto como quisieras y mereces por justicia... Luego, si le sirves, sabrá remunerarte bien. Pero tú no tienes que sorprenderte mucho de ello, pues bien lo conoces".
.- ¿Y se sabe si esa profecía se cumplió?

+.- Al pié de la letra. El 28 de Abril de 1399, Martín I escribió una carta a Bernat pidiéndole una copia de ese libro del que había oído hablar tanto. La copia manuscrita que le envió Bernat fué una bellísima. En 1402 y es secretario vitalicio del nuevo rey.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El rey a muerte.
Salve al rey!

Anónimo dijo...

El Rey a muerto.
Salve al rey!