jueves, octubre 09, 2008

Así fué aquel sueño

Una cuartilla se desliza ajustadamente

por la ranura precisa allí dispuesta;

vagones de turistas veteranos

se acurrucan huyendo de la arena;


los pulmones se muestran a la vista

y son un solo submarino asmático.

Y surge, de entre el caos vagabundo

una comunidad joven y franca

viviendo en la floresta brasileña.


Y allí que traen a su sacerdota,

con raciones de cafés alucinógenos.

joven, linda, bulliciosa,

toda vestida de blanco,

dura, sin contemplaciones


"La hemos traído", me dicen al oído,

"montada a lomos de rinoceronte".


(Nicolás Guillén: "Sensemayá el rinoceronte".)

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