jueves, octubre 30, 2008

ESTE 29 DE OCTUBRE

29 de Octubre. Mi madre, Aurora Ana Maria del Puy Montoya Jimenez falleció hace un año.
Estos 365 días han mostrado que su familia llegamos a su muerte tan extenuados como ella.
Sólo ahora me sucede llegar por la noche a casa y sorprenderme pensando en llamar a Pamplona , saludarle, contarle; escucharle .

Apenas recuerdo haberle visto en sueños: un par de veces; o en ensueños, otro par: en cada caso, le veía en sus últimas fases: andando por el pasillo, encorvada, sin rumbo, sin ritmo, sin expresión. Todavía no me viene su imagen más vivaz; por lo que me cuentan los demás, sé que llegará...


29 de Octubre de 2008; el amigo Goyo ha pasado por el quirófano para que le extirpen un riñón. No es que se sintiese mal, sino que un cólico oportuno llevó
a hacerle una revisión a fondo, que descubrió algo en el órgano, que...
Ahora está en la UCI y con dolores.


29 de Octubre de 1949. En Paris, rodeado de discípulos, muere un hombre enigmático. Mira a los ojos de algunos de ellos y dice sus últimas palabras en su francés macarrónico:

"je vous laisse dans de beaux draps!", "¡en menuda embarcada os dejo!"
Era Monsieur Gurdjieff, Georges Ivanovitch de nombre, El Heraldo del Bien que Vendrá. Aunque yo nací cuatro años después de su muerte, es, tal vez, la persona a quien más crédito he concedido, la que más ha influido en mi determinación de vida.



Enciendo tres velas: una, para tí, mamá: siempre preferías luz a oscuridad. Tal vez todavía estés por ahí, reponiéndote de tanta paliza. Por si necesitas una candela; esta, no te faltará.

Una para tí, Goyo: así soborno a las potencias celestes e infernales para que contribuyan con sus artes a cuidarte, a velarte, a reponerte y a resarcirte por este riñón de menos.

Una para tí, G., maestro feroz, sin piedad... para con la idiotez. Que sepas que me propongo seguir ahondando en esa "embarcada" en la que dejaste al mundo tras tu tránsito: al fin y al cabo, todavía no he logrado entender -lo que se dice
e-n-t-e-n-d-e-r - ni siquiera adonde se supone que me estoy dirigiendo... Con toda mi gratitud.

Y un par de cantares de Machado, no por conocidos menos pertinentes:

Ayer soñe que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía…
Después soñé que soñaba.

Anoche soñé que oía
a Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego era Dios quien dormía,
y yo gritaba: ¡Despierta!!

1 comentario:

Katy dijo...

TREMENDAMENTE EMOTIVO