jueves, octubre 23, 2008

Rebelión a bordo

... me contaron



" me sucedió que un sueño mío llegaba a un momento en que la situación se ponía complicada para mí. Estaba en una especie de vestuarios, extensos, alicatados con baldosas blancas por el suelo y por las paredes, y quienes habían sido mis acompañantes, dos mozos y un barbudo fuerte y adulto, decidían perseguirme.

En aquel momento, mi sueño no debía de ser muy profundo. Lo digo porque me desperté y me levanté pocos minutos después, y también porque, cierta forma de conciencia me acompañaba.

El caso es que yo empezaba a notar la amenaza y aceleraba mi paso. Pero mis calzados resbalaban en aquella superficie y no conseguía despegarme de mis perseguidores.

Algo en mí decidió el rumbo del juego: si me persiguen y yo me resbalo, es justo que me alcancen", me dije; y, sin dejar de intentar escapar, me dispuse a ser inevitablemente atrapado.

Pero no era ese, por lo visto, el tema que el sueño arrastraba. Al mismo tiempo que yo me resignaba a ser cogido, mis perseguidores empezaron a resbalarse tal y como yo, y la distancia entre nosotros no se reducía.

Me dí cuenta, soñando, de lo curioso de la situación, pero me dije que sería cuestión de tiempo, que seguro que yo me resbalaría, que ya faltaba poco... y giré una esquina para seguir corriendo

...y desemboqué en una nueva sala ¡llena de reproducciones mías corriendo de un lado a otro! Así que, con esa confusión, mis perseguidores se extraviaban inmediatamente, no podían seguirme.


Me desperté riéndome.




¡cuantas veces soñamos que nos da alcance quien no queremos! Pero es la primera vez, que yo recuerde, que mi sueño se rebela contra mí y me dice que no, que lo que hoy me toca aprender es que, de esta, salgo ileso!"

1 comentario:

andante dijo...

Hola, tu blog me está alimentando,
De ilesos va el asunto para mí también

Yo tengo este sueño:
Hay 3 chinos conmigo y llevan un cuchillo pequeño como una navaja. y uno de ellos me avisa, te vamos a clavar el cuchillo para arrancarte el corazón y comérnoslo.
Y yo tengo miedo
La cosa es que me dicen que les sujete el cuchillo un momentito, y yo me las arreglo para clavarles el cuchillo a los 3 y salir ilesa,
pero no se mueren los jodíos. Entonces pienso en los asesinos que se ensañan con su víctima y les atestan varias puñaladas, pero al fin me digo: es mejor una muerte dulce. Asi les hago un corte en el cuello para que se desangren poco a poco. Mientras se desangran se comen su corazón para salvar su alma. Me despierto sobresaltada.
Y me pregunto ¿porqué tanto afán en comerme el corazón propio o ajeno? ¿es acaso mi alimento?

Si salgo ilesa ¿por qué me empeño en matar o morir? En dejarme comer el corazón o comerlo yo?

Ay bendita ilesión!!! y bendito aprendizaje el que me queda de alimentarme sin devorar!