Me contaron...
En el sueño, nos encontrábamos participando en un encuentro grupal, unas convivencias en las que numerosos conocidos y semidesconocidos nos distribuíamos por algún gran caserón para alojarnos durante unos días.
Afuera del sueño, no me encontraba en un momento de ánimo boyante. No es que nada fuese mal, pero me sentía desganado y contrariado, una sensación que se había instalado durante los últimos días. Antes de apagar la luz, lo compartí con mi pareja: "me siento mal: son tiempos de hacer cosas y cosas y más cosas: me parece que entre nosotros nos estamos comunicando sólo a través de las cosas que hacemos, que no hay entre nosotros intimidad. Y así parece que viene el mes de Junio, cargado y sin pausas ni para respirar" y me dormí.
En el sueño cargaba con esa misma sensación. además, aquello estaba abarrotado de gente y ebullendo de tareas.
Pero, pero, alguien, o yo mismo, me daba una clave viendo mi agobio:
"A ver: relaciónate CON CADA COSA EN SINGULAR
Por ejemplo, ¿ves esa cacerola?
Relaciónate con ella como con lo que es, una cacerola. ¿Cómo te relacionas con una cacerola? ¿Qué te pide una cacerola? "Nada, claro"
"Mira ese album de fotos. ¿Te relacionas con ello como con la cacerola?" "No, el album lo miro y lo guardo cuando tengo tiempo, la cacerola la uso, la limpio y la dejo"
"¿Y ese reloj? ¿Y ese periódico? ¿Y esa servilleta? ¿Como te relacionas con cada una de esas cosas? ¿Como te relacionas con aquel bolígrafo?
"La mayor parte del tiempo lo ignoro, y después lo utilizo y me vuelvo a olvidar de él"
"Pues así con cada cosa. Con cada cosa tú te relacionas de una manera. Si solo te acuerdas de eso, si permaneces atento solo a eso, verás cómo te cambia el sentirte. LAS COSAS, así tomadas, parecen sumarse y proponerse abrumarte; pero si las tratas en singuilar, con la sencillez de lo que a cada cosa asignas, ... tú explora, explora. ¿Vamos a probarlo?
Y lo iba probando y, vaya, la sensación se trocaba claramente en una grata calma. Extendía este sencillo mensaje a los compañeros y también a ellos parecía funcionarles. Y lo extendía, por último, al prójimo: con cada cual, en singular.
Me dersperté sosegado, descansado, claramente fuera de aquella nube de melancolía. Por eso lo lamo un Gran sueño, un Pequeño Gran Sueño.
¡Se me pasaba contarle que una de las actividades que realizábamos a medio sueño era buceo, buceo a grandes profundidades! Lo digo por si fuese una metáfora del adonde fuí a buscar un mensaje tan ponderado en medio de una agitación tan desordenada...
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