miércoles, junio 21, 2006

el mundo que yo no viva



El mundo que yo no viva/ lo soñé como cosa extraña,
como arca de maravilla,
¡Ay de mi vida!

Allí ¿sonará la lluvia /junto al fuego en las noches frías?
¿Tendrá Agosto en el río barcas?/ ¿Y tú la gentil sonrisa?
¿Durará en el papel que siembro/ la negra flor de la tinta?
¡Ay de mi vida!

¿Será posible que vengan/ los amigos y "que era" digan
" era un hombre, y te quiso mucho"/, y "mucho" llorando digas?
Es el mundo que no conozco/ Atlántida sumergida,
¡Ay de mi vida!.

Allí las palmeras echan/ esmeraldas. Allí las crías
del delfín esmeraldas pacen/. Allí no hay noche ni día:
cuando ordeñan a los rebaños/, de púrpura el mar se agría,
¡Ay de mi vida!.

Más limpio que agua de oro/ es el mundo que yo no viva:
no hay naves de arar espumas/ ni arado para las viñas;
el gran árbol le da su fruto/ al que el nombre del fruto diga,
¡Ay de mi vida!.



Ese mundo no es el mío: /
es el tuyo: el que en tus pupilas
hundido está desde siempre
y no lo alcanza mi vista.

¡A ese mundo quisiera entrar, /
antes que suene la hora- ¡ay! - de mi vida!.

(Amancio Prada, Chicho Sanchez Ferlosio, Maria Dolores Pradera, cantan este no-sueño de Agustín García Calvo).

lunes, junio 19, 2006

Dos creadores



FRITZ PERLS, QUIEN DESCUBRIÓ LA MANERA DE ABORDAR EL SUEÑO DEL PUENTE



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FRANZ KAFKA, QUIEN LO SOÑÓ

Un sueño de Fritz K.

( Veamos un ejemplo de sesión trabajando con una instrucción propia a la Terapia Gestalt )


-Terapeuta: Bien, ya hemos escuchado su sueño. Ahora quiero darle algunas directrices para irlo trabajando.
La primera es que hable en primera persona del singular, así: “yo soy”, “yo era”, “yo... ¿De acuerdo? Bien.
La segunda, que escoja un elemento de entre los que aparecen en su sueño. Le propongo, más concretamente, que opte por un elemento inanimado; no, por ahora, por uno de los personajes.
¿Entendido? ¿Escoje el puente? Bien: ahora, comience a contarnos el sueño “siendo usted mismo el puente”. Adelante.

-Paciente: “Yo era un puente ...”

-Terapeuta: Una cosa más: le invito a que pruebe a narrarlo en tiempo presente, “yo soy un puente...”

-“Yo soy un puente. Soy un puente, y estoy tendido sobre un barranco. Soy rígido y frío...

Con los pies a un extremo y los dedos de las manos crispados en el otro, me enraízo solidamente en el barro movedizo...

Los faldones de mi casaca flotan a los lados. Y muy por debajo de mí ruge el torrente helado...
Ningún turista se aventura desde hace tiempo por aquí; no vengo señalizado en ningún mapa.


Así que estoy tendido y espero, no puedo hacer otra cosa que esperar. A no ser que me desplome, soy un puente y solo puedo ser un puente...

Y entonces, un día, no: una tarde, de verano, oigo pasos humanos. ¡Alguien viene hacia aquí, hacia mi! Me apresto: “!Ténsate, prepárate a soportar el peso del viajero que se confía a ti! Si su paso es inseguro, tranquilízale, sin intervenir; pero si pierde el equilibrio, demuéstrale cual es tu temple, y, como un Dios de la montaña, llévale al otro lado, hasta la tierra firme!” ...Está llegando: llega, me tantea con la punta de hierro de su bastón...

La hunde en mi, en lo que es mi cabellera, y la deja allí hincada, se olvida de mi. Mira a su alrededor con mirada salvaje. De repente salta y cae sobre mí con sus dos pies; siento un violento dolor, no entiendo nada...

Me pregunto ¿Quién es este que se porta así, un niño, un sueño, un viajero, un suicida? Y quiero mirarle, así que me giro, me retuerzo para mirarle...

Y entonces siento que le tiro, que se cae, que me caigo con él, que las rocas del fondo me reciben, me golpean...en un instante soy desgarrado y traspasado por las rocas que siempre me habían contemplado tranquilamente desde abajo a través del curso de la corriente.

Terapeuta: Ahora, le invito a volver a empezar, poniendo tu atención en esas emociones que cada instante evoca en usted. A ver: “Soy...

Paciente: “Soy un puente...uno dos orillas...nadie viene...rígido y frío...tanto tiempo...


(-¿Y dice que esta sesión nunca existió?

-No. he transcrito, casi literalmente, un relato póstumo de Kafka . ¿A que parece un sueño?“

-Pues sí. Pues vaya! )

¿Quién es quien sueña?

Se encuentra en una situación que reconoce como familiar. Le rodean aquellos a quienes considera “sus conocidos”, y está llevando a cabo el tipo de actos que son su repertorio habitual, aquellas que, según su propia lógica, deberían procurarle –y casi le procuran- plenitud.
Algo le atenaza. Algo le abraza, le amenaza, y él ejecuta ciertos gestos y se da a sí mismo una sensación de poder, de control; se tranquiliza, se lo cree, se lo toma en serio.




Y vuelve al punto de siempre, al mismo punto de ayer, solo que alguien ha trastocado algo en su ausencia, porque el atajo que tan bien conocía puede esconder ahora una celada, y hay que revisar todos los pactos y poner a prueba todas las fidelidades, porque ni siquiera es viable reconocer con seguridad a los enemigos. Algo, alguien –cómo saberlo, si siempre está a sus espaldas- parece guiarle, o soplarle, o engañarle…

Entonces, se duerme y sueña.

viernes, junio 16, 2006

Mirando a Olentzero arder en Lutxana


Si soñábamos antes de atravesar ese inconcebible proceso que llamamos “humanización” o si empezamos a soñar como uno de los resultados de ese proceso, es algo a lo que nadie que yo sepa ha dado una respuesta definitiva; pero es una acuerdo común el que soñamos desde que somos humanos. Es decir, desde hace 50000 años, o desde hace 800000, que viene a ser lo mismo: una burrada de años.Así que hemos tenido tiempo para relacionarnos con los sueños.

Y, por lo que vemos al leer las trazas de nuestros escritos más antiguos, también hemos tenido interés hacia ellos.
Lo que hoy hacemos con nuestros sueños, no es valioso en tanto que avance, que adelanto en el conocimiento de qué nos dicen los sueños. Hoy, como ayer, como anteanteayer, nos acercamos al mundo onírico impulsados por la curiosidad, por la angustia, por la búsqueda de seguridad; como nos acercamos al fuego, a las piedras preciosas, al mar.


Un chamán genuino le dijo cierta vez a otro chamán mientras miraban un fuego “!No mires como borracho! ¡Aprende del abuelo!” Se lo decía porque no es raro que miremos como borrachos al fuego; y, porqué, por lo visto, se puede aprender algo de él. Si se mira de cierta forma. Pues propongo que el mismo consejo vale para mirar los sueños.

Así que hay dos formas básicas de indagar en el mundo onírico: A) Como borrachos. B) Aprendiendo del abuelo. Ambas son venerables y antiguas formas de buscar el conocimiento, y ambos han sido ejercidos por la humanidad desde sus comienzos.


*¿Existe un criterio para diferenciar ambos tipos de indagación:
= Sí. Los unos pertenecen al grupo A y los otros pertenecen al grupo B.
*¿Existe algún otro criterio, más..., como decirlo, ¡No tan claro!?
= Sí: Los que no pertenecen al grupo B, pertenecen al grupo A. Es decir, los que no incluyen la tares de “aprender”, equivalen a “mirar como borracho”. ¡Y no se admiten más preguntas! Sigamos, “Nos acercamos a los sueños al despertar, cuando entre las imágenes de nuestro alrededor nos sorprenden de pronto vetas de un material asombroso, con paisajes, escenas, palabras que nos hacen volver a nuestra atención hacia ese pasado reciente de nuestro dormir. Y resuenan emociones vivas que no alcanzamos a atribuir a las cosas que nos rodean. Y se desdibujan a medida que nos esforzamos en fijarlas en nuestra memoria, o, como en ocasiones, se abren a nuestro deseo y nos dejan ver un mundo renovado, inédito, inaudito.


* Como el mar, que decía el poeta
:“La mar, la mer,toujours recomencée”
= Como el instante presente que, decía Borges:
“... es eterno,
no esperes otro cielo ni otro infierno”.

lunes, junio 05, 2006

"Y usted que tanto mira, ¿qué leches cree usted?"

La procedencia de los sueños ha dado para reflexionar mucho a lo largo de la línea del tiempo. Los sueños, ¿Se originan en algún lugar? ¿Residen en algún sitio? ¿Adonde es que vamos cuando dormimos?

No son tantas las soluciones básicas que se han ido ensayando para esta pregunta que se ha formulado tantas veces, por tantas personas, a lo largo de tantos siglos.
La primera es que no vamos a ninguna parte.
La segunda es que algo nuestro sí que va a alguna parte.
La tercera es que recibimos la visita de algo que viene de alguna parte.


La primera respuesta es la más económica: Los sueños vienen del soñador, no de ninguna localización exterior a él. Vienen de sus condiciones; de sus tripas llenas o vacías; del frío o calor que hace esa noche, de su estado de salud, de satisfacción. Mediante un mecanismo que desconocemos, el soñador convierte los datos sensoriales en imágenes oníricas que él mismo contempla. Los sueños dicen lo que le pasa. Cuando Aristóteles expone ideas semejantes a estas lo hace con la soltura de quien se apoya en una tradición sólida y evidente. Freud es el último eslabón de esta cadena.

Pero no es esta respuesta la única. Los sueños vienen de afuera, viven afuera, en una realidad solo accesible mediante el recurso del dormir; así piensan otros.

Y aún queda la tercera: Soñar significaría abrir unas puertas. Por ellas entrarían mensajes, presencias. O bien, a través de ellas saldría una instancia del soñador con capacidad de viajar, e iría a otras esferas y observaría lo que allí hubiera, volviendo “impresionado” por esa aventura.

Si los sueños se originan en mi interior, soy un creador; de la nada engendro formas .
Si vienen del exterior, soy un medium, con mi cáscara habitada por una entidad ajena.

Ser un creador, parir noche a noche atmósferas, paisajes, arquitecturas,... en fin, ¡Qué poco nos aporta tal capacidad -pensamos altivos-! ¡eso, eso lo hacemos... con los ojos cerrados!.

(Hay quienes dicen, sin embargo, que tomar conciencia de ser el creador puede convertirse en punto de partida. Pero, ¿partida para qué? )

Ser un medium, canalizar entidades extrahumanas a través de mí, ... ¡Eso sí, qué ilusión! Ser un Medium es entrar en la cueva de Alí Babá y adquirir Poder. Poder de codearme con los Misterios Misteriosos: ¿Qué significa el sueño?, eh?, eh?" ¿Qué me va a pasar? ¿Qué enigma de mi pasado revela?. ¿Se va a cumplir lo que he soñado?

Dentro de dos años, el 21 de Noviembre de 2008, un lector Anónimo me escribirá la siguiente nota:

"Leo tu blog y entiendo y vivo la dualidad. Hoy tuve un sueño que deseo que suceda y puede que sea posible pero mi "consciencia" no me deja ver el camino para llegar a el. Preguntas, dudas, lees y sobre todo planteas el como llegar... No sé la clave, igual es el sueño, igual la lectura.... igual el panadero de debajo de mi portal o igual nadie me la puede dar. Creo que hay alguien que me la puede dar y se que está ahi, ¿donde?. Para mi los sueños son eso, claves pero no sabemos ver mas alla de la imagen que recordamos de ellos. No quiero lucidez solo sueño".

Pasen y escojan.

jueves, junio 01, 2006

En La Odisea


AL SUEÑO ENTRAMOS DORMIDOS...
lo cual me trae a la memoria el último viaje de Odiseo, desde el pais de los feacios hasta su Itaca natal:


...cuando hubieron llegado a la nave y al mar,
sus ilustres guías...
tendieron una colcha y una tela de lino sobre las tablas de popa
a fin de que Odiseo pudiese dormir profundamente.
Subió éste y se acostó en silencio.
Los otros se sentaron por orden en sus bancos,
desataron de la piedra agujereada
la amarra del barco, e inclinándose,
azotaron el mar con los remos
mientras caía en los párpados de Odiseo
un sueño profundo, suave, dulcísimo, muy semejante a la muerte...
Llegados al puerto Forcis de Itaca...
sacaron del cóncavo bajel a Odiseo
con la colcha espléndida y la tela de lino,
y lo pusieron en la arena,
entregado todavía al sueño...
y regresaron a su pais.