domingo, diciembre 28, 2008

A buen axioma, mejor ejemplo.

¿Cómo perder la fé en la justicia de la vida
si los sueños de los que duermen sobre plumas
no son más hermosos
que los sueños de quienes duermen sobre la tierra?

G. K. Gibrán: "Arena y espuma"


"No hace falta describir la dulzura de un buen sueño, entre risas y caricias todos hemos despertado con aquella sensación de haber besado a una bella mujer, de haber sentido el poder de viajar por los aires con el simple poder de nuestra mente, de haber gozado de los placeres más íntimos de la piel, haber tenido un banquete espléndido lleno de manjares, y en la mente retorcida de alguno que otro desequilibrado, el de haber matado a algún animal enfermo o el haber retorcido el pescuezo de alguna estrella del deporte, pero al fin y al cabo los placeres individuales son eso, personales, únicos e íntimos, así que cada quien pude soñar y gozar lo que se le de la gana, y despertar con un buen sabor de boca y siempre con la vaga e irónica sensación de bienestar y la impúdica frustración del saber que tan solo fue eso, un sueño."

Juan Carlos Bonilla: Revista Razón y Palabra, nº 40. año 2004



sábado, diciembre 27, 2008

Una modesta proposición: Una tal vez nueva conexión entre lo que llamamos "el mundo de los sueños" y lo que llamamos "el mundo del sexo".

+.- los sueños, ¿tienen una finalidad?
*.-¿tiene el impulso erótico alguna función?
¡Sí, hombre, sí!,- responde la afición vociferando.

_-La reproducción de la especie, I supose,- les contesto-, siempre, claro, que consideremos que "el sexo está ahí; la reproducción está ahí, ergo... la una está ahí para que la otra esté ahí, o lo que es lo mismo: la función de la una es hacer posible que suceda la otra". En fín, es una forma de ver las cosas... Pero no iba a por esto; en absoluto.
el impulso erótico ha sido considerado como muchos aspectos diferentes. Veamos: como acto de amor. Como conducta reproductiva. Como fuente de inspiración. Como falta contra Dios. Como motivo de segregación; de sumisión; de desacato. Como algo místico, instintivo, divertido. Como señal de fidelidad, de humillación, de propiedad, de atoafirmación, de seducción. Como algo ligado al dinero, al poder, al honor.

Los sueños han sido abordados en busca, también ellos, de tesoros muy distintos. Se ha buscado en ellos aprendizaje: siempre. Y también: el conocimiento del porvenir -y, dos mil años después, el conocimiento del pasado-; el mapa de riquezas escondidas. La voz de los muertos, señales oraculares, viajar a mundos paralelos. Y también: orientación existencial. poder personal acrecentado, encuentros con arquetipos asentados en las más arcaicas de las estructuras
que nos configuran. Vaticinios. Y también pruebas, pruebas que avalen la culpa que estamos haciendo caer sobre nosotros; la vergüenza que nos producen nuestros deseos, el viento de alegría del hecho de vivir, la idea muda de que todo importa nada y que somos tan solo espíritus libres.

jueves, diciembre 25, 2008

¡Esto es el Paraiso!




Era el Paraiso...
Soñaba yo que me había matriculado en 1º de Geología, en un nuevo centro universitario que había abierto sus puertas en Santa Cruz de Campezo. ( es decir, en Álava; el primer pueblo saliendo de Navarra)
Las instalaciones ocupaban una casa en el campo. Una casa, no un bloque de pisos, no : una gran casa de piedra. Yo llegaba un poquito retrasado, el segundo día, un martes.. Así que tuve que subir
a las habitaciones cuando los otros ya estaban instalados. Me tocaba en un dormitorio corrido, con doce o catorce camas más.
Iba descubriendo, paso a paso, las condiciones de esta nueva vida: Hay muchos alumnos, jóvenes en su mayoría. Enseguida me ponen al día: ayer empezaron con la primera zona de estudio, el Monte Ararat, en tierras turco-caucásicas. Un tema estupendo, pienso.
Unos profesores se han ausentado, y han dejado instrucciones: “Id respirando”, han dicho.
Y los compañeros se quejan de que no entienden bien en qué consiste tal cosa, qué han de hacer; y yo me siento contento, porque de eso, precisamente, sé un rato por mi profesión de psicoterapeuta; y aunque empiezo a explicarlo a algunos y no concito demasiada atención,
no me importa: Tengo por delante todo el curso para aprovechar mis conocimientos y, con ellos, abrirme un lugar entre todos.
Mi madre me ha acompañado este primer día. Con ella hago balance: “claro, digo, dejo a Ana y los críos en casa el lunes y me vengo aquí hasta el jueves... y encima, trabajo dando cursos algunos fines de semana... así que me voy a ver poco con ellos... pero, aquí, voy a tener vida en el campo, nuevos compañeros, vida de estudiante, relaciones por descubrir, ¡excursiones y búsqueda de piedras y antigüedades! Mira, ¡Yo me quedo! Aunque solo sea por este primer año. Aquí, ahora, me siento tan motivado, tan contento..."

...la tarde está llegando con niebla. Me pongo un cálido anorak, y me siento en las escaleras de delante de la casa, unas escaleras hechas para eso para sentarse y ver pasar el día. La niebla baja y nos rodea; huele a fogata, y la casa, iluminada, se parece a una acogedora chabola en Urbasa,
y ofrece el más apetecible de los cobijos. Un grupo de chicas, riéndose, me rodea: ¿Jugaremos este año a ---”Bombay”?, me dicen. Primero, me desconcierto, sin entender qué me están proponiendo, y enseguida me echo a reir, y les digo que sí, que jugaremos a lo que sea;
todavía no las conozco, pero ahí, en ese gesto suyo está todo lo que puede venir, todas las aventuras, las complicidades, los juegos, toda la excitación..

Eso sí, me digo “la otra carrera”, la que llevo arrastrando desde hace años y que nunca -en mis sueños- termino, esa, la dejo. Fuera culpas, fuera vergüenzas. ¡No es fácil poder con todo al mismo tiempo, el trabajo, la librería, la carrera... Aquí me quedo...
¡Esto- me decía en el sueño- es el Paraíso”.
"¿Y lo de volverte a poner a estudiar, cómo se te hacía?" -me preguntaba una amiga con quien compartí ese episodio soñado-
"Era estupendo, como todo lo demás que me sucedía", le contesté.

Y, a través de ese corto diálogo, ví un contenido de este sueño que, al principio, me había pasado inadvertido: Lo ví como un sueño de vuelta a un pasado personal mítico-feliz
Es un sueño de vuelta a la infancia.
El campo, la niebla, los amigos, los profesores, los fósiles, el anorak, los estudios... Hay en este cuadro retazos de vivencias infantiles y otras de mis años mozos, y entre todos me muestran en una situación en la que no tengo otra cosa que hacer que seguir mis impulsos. No tengo que cuidarme de mi familia, ni de mis clientes; todas mis necesidades serán atendidas por manos ajenas, que me darán de comer, me dirán qué hacer y cómo, me señalarán normas en cuyo seno me moveré con la libertad de quien todavía no ha entrado en los compromisos que lleva consigo el ser autónomo.

Había leído a menudo de soñadores que se dirigían hacia el pasado en busca de una magia perdida, (“En busca de la ciudad del sol poniente", de Lovecraft, es el ejemplo más acabado que recuerdo)- pero, que yo sepa, es la primera vez que tal cosa me ha ocurrido a mí.
Es un sueño de nostalgia, pero está lleno de alegría y de dinamismo.

miércoles, diciembre 17, 2008

Una viñeta

-----------en un sueño:

He tomado la decisión de poner en contacto a una persona que acabade solicitar mi ayuda con un centro especializado donde creo que podrá ser atendido como necesita.
Tomo el teléfono, marco. Una voz femenina me contesta.
Le expongo: soy tal y tal, y quiero confirmar si dirección para dársela a una persona que deseo derivar a ustedes. ("derivar", en la jerga de mi gremio, significa reconducir a alguien).
La voz contesta "¡Pues búsquese una escusa mejor!".
Me quedo sorprendidísimo. ¡Qué corte me acaba de soltar! Lo que le he dicho -pienso-, no puede tener una lectura maliciosa... ¿Porqué me ha contestado así? ¿Se habrá confundido al entenderme? Pero, no hay vuelta de hoja: lo que he dicho es sencillo y claro...
He pasado dos segundos en estos pensamientos. Decido no darme por enterado de la tosca respuesta recibida y volver a explicar el asunto, algo más lentamente, más prolijamente. Y comienzo a hacerlo. Hablo despacio, con grandes vocales, con pausas perceptibles entre cada palabra y entre cada frase. Internamente, sigo enfadado y también extrañado. Mi volumen de voz es voluntariamente constante; mi ritmo, lento pero arrollador. Me preparo para cualquier posible interrupción, dispuesto a no tenerla en cuenta: Voy a soltar mi discurso de principio a fin y esa tía no me lo va a impedir. Me va a escuchar, lo quiera o no. FIN DE LA VIÑETA.
Duración total estimada: entre medio minuto y un minuto.

Instancias actuando: la que llamaré "yo que habla", la que llamaré "Yo que habla en pensamientos" y la telefonista al otro lado del hilo.
"Yo que habla" escenifica: normalidad y firme determinación sostenida por la irritación.
"Yo que habla en pensamientos" escenifica: Sorpresa, enojo, alerta, cálculo estratégico.
"La telefonista" escenifica: Insulto, silencio indescifrable.
Autor, director, productor, actor principal, actores secundarios: Yo.
Cae el telón.

...yyyy el Ganador del Oscar al mejor actriz es...... ¡¡¡YO!!!, en el papel de "La telefonista!. Por una actuación inesperada, vigorosa, cortante como un cuchillo, capaz de imprimir por sí sola un rumbo a toda la acción. Misss YO, ni siquiera parece estar actuando. Su respuesta deja fuera de cuadro a todo el resto del reparto.
-¿Podría decirnos cómo lo hizo?
"Me limité a ser Yo misma, querida"!
-"pero su actuación pilló por sorpresa a todo el mundo. Nadie esperaba tal cosa de usted tras la confortablemente cotidiana entrada de "YO que habla". Si sólo fuese "ser usted misma", ¿No cree que la sorpresa conseguida hubiese sido mucho menor?
"De ningún modo. Lo que pasa es que ... ni yo misma termino nunca de conocerme....¿ vale, encanto?

...yyy el Ganador del Oscar al mejor Guionista es.... ¡¡¡YO!!! Por un guión que se sale de lo en él acostumbrado, con la irrupción de la figura de la Telefonista Sobrecogedora, con el que aborda un registro dramático inédito, "et pour tout dire, inesperé":
- ¿Cómo lo hizo?
"Como dicen que decía el filósofo Friedlaender, por lo demás maestro reconocido de Fritz Perls, remoto inspirador de aquí el Blog, "es que soy un ilusionsta, y en cada momento meto la mano en la chistera, y cada vez me saco a mí en vez de sacar un conejo, ¡ y nunca sé qué Yo va a salir!"

.

Poema "Sueño De Las Dos Ciervas" de Damaso Alonso

¡Oh terso claroscuro del durmiente!
Derribadas las lindes, fluyó el sueño.
Sólo el espacio.

Luz y sombra, dos ciervas velocísimas,
huyen hacia la hontana de aguas frescas,
centro de todo.

¿Vivir no es más que el roce de su viento?
Fuga del viento, angustia, luz y sombra:
forma de todo.

Y las ciervas, las ciervas incansables,
flechas emparejadas hacia el hito,
huyen y huyen.

El árbol del espacio. (Duerme el hombre…)
Al fin de cada rama hay una estrella.
Noche: los siglos.

Duerme y se agita con terror: comprende.
Ha comprendido, y se le eriza el alma.¡
Gélido sueño!

Huye el gran árbol que florece estrellas,
huyen las ciervas de los pies veloces,
huye la fuente.

¿Por qué nos huyes, Dios, por qué nos huyes?
Tu veste en rastro, tu cabello en cauda,
¿dónde se anegan?

¿Hay un hondón, bocana del espacio,
negra rotura hacia la nada, donde
viertes tu aliento?

Ay, nunca formas llegarán a esencia,
nunca ciervas a fuente fugitiva.
¡Ay, nunca, nunca!

lunes, diciembre 15, 2008

¡¡¡COMO PABERNOS MATAU!!

Recibo, emitido por el pseudónimo "Bruma" el siguiente Comentario a la Escena III, Acto IV "Bruma dijo...
y..¿qué podria ser, señor del blog, si usted se duerme o se aletarga y su contertulio, ese del libro, se da cuenta?"

Chulo como soy, me tomo el comentario como un desafío, y replico desde aquï:

"¿Ah, quiere usted liarme con eso de si el uno se duerme y que qué pasa con el otro? Pues lecontesto con un relato chino precedido por una frase china en chino pronunciada por algún chino en algún lugar, en algún momento:

"Conque ¿me quiele lial? Ja! ¡Selé yo quien le líe; quien líe el último, lía mejol"".



Un hombre de Zheng solía buscar leña en el bosque. Un día se tropezó con un ciervo en fuga; lo persiguió y lo mató. Para que nadie lo descubriera, escondió el cuerpo del animal en un hoyo que cubrió con ramas. No cabía en sí de alegría.
Mas resulta que olvidó el lugar donde lo había escondido, y empezó a pensar que todo había sido un sueño.

Prosiguiendo su camino relató el suceso; uno que por allí pasaba le oyó y guiándose por lo contado encontró el ciervo.
Cuando llegó a casa, dijo a su mujer: “Un leñador soñó que cazaba un ciervo y luego olvidaba el sitio donde lo había escondido; pero yo lo he encontrado, así que su sueño ha resultado ser verdad".
Su mujer le argumentó: “¿No serás tu el que ha soñado con un leñador y que de este modo encontrabas un ciervo? ¿Existe acaso tal leñador? De todas formas, en la realidad has encontrado un ciervo, así que tu sueño ha resultado ser verdadero”. Él añadió: “El caso es que he encontrado un ciervo, ¡qué más da saber si he sido yo o ha sido otro el que ha soñado!”
Por su parte, el leñador volvió a casa desilusionado por la pérdida del ciervo. Aquella misma noche vió en sueños el lugar donde lo había escondido y al que lo había encontrado. Al día siguiente, guiándose por su sueño, le fue a ver y le reclamó el ciervo; se suscitó una disputa entre los dos que acabó ante el juez. Este dijo al leñador: “Una de dos: o tú has encontrado realmente un ciervo y luego, equivocadamente, has creido que era un sueño; o verdaderamente has soñado que habías encontrado un ciervo y ahora te equivocas cuando sostienes que, en la realidad, lo habías encontrado. ¿Te ha robado el otro en realidad ese ciervo que ahora le reclamas? Tu mujer llega incluso a afirmar que tú habías visto en sueños a ese hombre y al ciervo, y que nadie lo había encontrado. En todo caso, aquí realmente hay un ciervo. Pido que lo partan en dos y que se consulte al soberano de Zheng.
El soberano de Zheng dijo “¡Vaya! El juez debe haber soñado que ha hecho partir en dos el ciervo de esa gente” Y consultó a su ministro. Éste le dijo: “Vuestro vasallo se ve incapaz de discernir si ha sido un sueño o no lo ha sido. Haría falta recurrir a Huang di o a Confucio para distinguir un sueño de la realidad; pero uno y otro ya no están entre nosotros. ¿Quién podría distinguirlos? Lo mejor será seguir el dictamen del juez”.

Lie Zi, el libro de la perfecta vacuidad. &Trad. de Iñaki Preciado. Edit Kairós.

viernes, diciembre 12, 2008

Solo en casa III




La mañana se estrena, deslumbrante de frío.
¿Adonde han ido todos? ¿Desde cuando estoy solo?
¡Se ha vuelto ilimitada mi parcela!.

Latidos sucesivos arriban y retornan
-como respiraciones- a una playa desierta.
¡En ayunas aún y ya empachado!.



Desde algún aeroplano esparcen octavillas
con nombres de pronombres y adverbios nominales.
¡Silenciar al silencio es imposible!.

Un cangrejo. Una pluma. Una cama deshecha.
La ausencia de la madre. El cangrejo recula.
¡Me está cayendo encima una lluvia de sol!

“No se puede encontrar lo que no se ha perdido”
La codicia no existe. Allí sigue la pluma.
...Vivir es cosa mía, y hace bueno..
.

Escena IV cuadro III

(continúa...)

*:- ¿por qué dice usted que quien da los cursos de sueños en base a técnicas gestálticas soy YO y no USTË? ¿Eh?

+.- Desde luego, yo no soy. Yo soy “el del Blog”. Escribo a deshoras, aborto cualquier didactismo, mezclo chorras con merinas. Ya ve usted cual es mi especialidad: la acumulación caótica. ¿Diría usted que con esa herramienta estoy en condiciones para ir dando cursos?
*.- Sí, claro que sí, por supuesto que sí. Yo suelo asistirle a usted con mi actitud crítica; y es verdad que a veces le indico que se pasa usted de espontaneista y de antiorganizacional, pero creo en sus capacidades, me fío de sus saberes...

+.- No hablo de capacidades, no. Hablo de actitud. De la actitud que se requiere para trazar líneas rectas, para arar, que es lo que se hace cuando se enseña. Yo rindo culto a la línea quebreda! No, amigo, de mí no salen esos cursos. En cambio, usted... usted es cortés y ponderado, y amante de lo secuencial y lo ordenado, y es infinitamente más serio que yo. En cada ocasión, quien se presenta ante el público y da un curso es usted. Así que, si alguien escribirá un libro alguna vez, será usted.
*.- No me venga con paradojas. Usted sabe muy bien que yo...

+.- ¿que usté...?
*.-que yo tengo demasiado miedo, ea. ¿Por qué sé que no soy yo quien da los cursos? Porque soy serio, de acuerdo, pero nunca creo saber lo bastante. Además, ponerme ante la gente... La posibilidad de meter la pata, de caer en el ridículo me aterra. Usted, con su descaro, con esa soltura medio loca que esgrime en el blog, usted es el que se pone delante de la gente y se pone a improvisar. Usted no tiene reparo en echar mano de lo que sea para ir adonde haya que ir. Yo tengo ideas, pero, ¿ve?, no las escribo. Usted, actitud, pero, ¿ve? No para de escribir.

(Súbito, todo se aquieta; de pronto, todo se detiene: suave viento, grato sonido, insecto caminador, nuestros protagonistas. Cabalgando en un corcel de color verde botella, dos espectros ocupan la escena. Son Florián y Fortún, abuelos de nustros protagonistas. Se comunican enre sí mediante impulsos cuánticos arbitrarios en castellano.Portan un mando a distancia en el que han pulsado la tecla “Pause”; de ahí la detención espaciotemporal que domina la escena.
Cada uno de ambos lo sabe todo: del otro y de Todo. No obstante, cosa de matar el tiempo en las Eternas Prederas, conversan así):


Florián: ¿Dilecto consuegro, qué hacen esos dos?

Fortún: Ahí andan, don Curro Perrodearriba y Panchito Perrodeabajo, como siempre: bailando al agarrao. Ellos son felices así!
Florián: Espectáculo curioso como hay pocos, esto de ver en vivo y en directo a un nieto propio escindido en subpersonalidades...

Fortún: Y eso sin hablar de la caja de Kleenex...
Florián: ¡Insólita propiedad, la de partirse y oponerse uno mismo en su mismo seno a la menor señal de frustración! ¿Para qué lo hacen?

Fortún: Lo hacen: les es inevitable, son así. Ante cualquier disyuntiva, atascarse y dividirse son una misma y contemporánea cosa. A fuerza de observarlos, voy concluyendo que se trata de una estrategia: Antes de optar entre esto y aquello, se envían a sí mismos como prospectores por las posibles bifurcaciones a que darían lugar cada una de sus decisiones..
Florián : Así que el Curro está explorando las ventajas y desventajas de ponerse en serio a escribir eso que le motiva escribir, y Panchito las ventajas y desventajas de mentenerse incólume en su rol de bohemio ilustrado... ¿Y no les convendría más optar y aunar sus fuerzas en pro de cualquiera de ambas opciones?

Fortún: Inviable, por el momento: solo son humanos vivos... Pero vámonos, pariente: dejémosles sopesar sus cosas y veamos cómo termina todo esto. No te olvides de darle al Play a la realidad .

(Desvanécense y la escena cobra de nuevo vida).

+.- ¿Sabe la razón real de por qué no me pongo a escribir? Porque escribir lleva tiempo. Y yo no dispongo de eso que llamamos “tiempo libre”. Para dedicarme a escribir, tendría que dejar de lado algo de lo que al día de hoy hago. Y de todo cuanto hago, lo que debería abandonar sería... precisamente... el Blog. Que me lleva un tiempo, entre que recopilo, que decido, que redacto y que taquimecanografío. Este Blog, que es mi alivio, mi gimnasia y mi sesión de baile. Me resisto a dejarlo. Oiga, ahora en serio: ¿dispone usted de tiempo como para escribir?
*.- Yo es que dispongo de poco tiempo para vivir: el ritmo de usted es renético, y, honestamente, entre o que hace y las apreturas a que me somete su incesante ansiedad, vivo estrujado, aparezco poco y en cuanto a tiempo, ni sé, de veras, si lo tengo. Y además, le conaré un secreto: Para mí es diez veces más fácil trabajar junto a otros, y diez veces más difícil acerlo a solas. Si tuvese un socio...

+.- ¿Le serviría yo? Al fin y al cabo, de sueños, algo voy sabiendo... A mí me falta tiempo, y a usted empuje. Yo no puedo dar todo mi tiempo; ahora bien: algo, un poco, un tanto... imagino que sí... Pero usted tiene que pringarse, que comprometerse
*.- ¿Y si lo dejamos correr? Al fin y al cabo, un libro más en este mundo sublunar, ¿de qué servirá? Usted se expresa, y yo , cuando lo necesito, me asomo a su Blog y digo lo que quiero.

+.- Pero a usted le hace ilusión ver nuestro nombre impreso en el lomo de un tocho
*.- Pero usted prefiere su Blog

+.- Pero eso ya lo tengo
*.- pero...

(la tarde, mansamente, se cae. Un solitario esófago asciende aprovechando las corrientes térmicas que producen las almas de ambos sujetos en el momento en que se miran a lo hondo de los ojos y entienden que lo que más quieren en esta vida es el bien común. La brisa hace aletear el penúltimo kleenex. Atrás quedan los meses de Septiembre, Octubre y Noviembre. Cabeza con cabeza, los contrincantes echan al aire una coplilla perfectamente adecuada al momento y al lugar:

No me preguntes de donde vengo,
mi origen es muy lejano.
¿Por qué vagabundear tan lejos?
Por los pájaros que vuelan,por el arroyo que fluye en el valle,
por las vastas praderas,
pero sobre todo, sobre todo,
por el olivo de mis sueños.
Al olivo, al olivo/ ,al olivo subì.
Por coger una rama /del olivo caí.
Del olivo caí,/ quién me levantará? /Una gachí morena/ que la mano me da.
Que la mano me da,/ que la mano me dio,/ una gachí morena/ que es la que quiero yo.
Que es la que quiero yo/ que es la que he de querer,/
una gachí morena que ha de ser mi mujer.
Que ha de ser mi mujer/ que ha de ser y será/ esta gachí morena/ que la mano me da...

jueves, diciembre 11, 2008

Escena IV, Subescena 2ª


*.- (continuación) ..usté, usté...

+.- No me permite respirar!
*.- ¡Ni falta que le hace! ¡Abusador, bebe-sin-sed, robaperas, ser insidioso, satanás!

+.- ¡Tampoco será para tanto!
*.- (¿Qué me dice este tío? ¿Que tampoco será para tanto? ¿Qué he de hacer tras escuchar tal predicado? ¿Atemperar mi butal irritación o redoblar en mi paroxismo? ...”%4/$0)?3"=&...voy a atemperar...): Levántese, ande: va usted a cesar de ser zarandeado por mí; al menos por el momento. Levántese, apóyese en el venerable tronco de olivo y escuche sin desmayo mis retahilas.

+.- ¿No tendrá un ... qué sé yo, un cafelito, un cigarrito...?
*.- No, pero si quiere un Kleenex (le acerca a ubicua caja de Klines). A ver, suénese y escuche:
“Recibí de su mano la carta que cerraba la polémica
y quedé como pocho, el ánimo abatido y taciturno.
Decía usted allí contradictorias y sesudas cosas:
de un lado me decía que tenía yo razones de gran peso
para ser como soy; y hasta me parecía
que en algunos momentos usted me comprendía y me apreciaba.
Y al mismo tiempo, simultáneamente
me venía a llamar desorganizadito, algo flojo, cobarde,
rácano, temeroso y andador de tan solo las sendas conocidas,
y de modo sutil me encasquetaba un reto:
“Bien que presenta usted enseñanza en talleres de Gestalt,
¿Porqué no escribe, en orden, las cosas que allí explica?.”
¿Voy bién?

+.- Supongo...
*.- Pues sigo:
“Al escuchar aquello, quedé cual pajarillo
enredado en la liga que el diestro pajarero
preparó. La sutil alabanza
actuó de somnífero y adormeció mi instinto
y así me tragué entero el anzuelo fatal que usted me echó enseguida
“Escribe un libro, un libro”. Igual que una ponzoña,
como tósigo frío que en la oreja se vierte llegó a mi corazón
y ennegreció mi juicio; ¡y me he pasau tres días
dando vueltas, inquieto! ... ¡Y todo por su culpa!!!!

(Pierde el autocontrol y se abalanza de nuevo sobre el inerme vecino, y allí es una riada de puñetazos, y una avalancha de arañazos, y escupitajos incontables, y aún , tapándole los orificios nasales, ensaya una rudimentaria forma de estrangulamiento. Horas después, la furia remite y de nuevo levanta al adversario, le ayuda a sentarse cabe el olivo, ofrece un Kleenex
y le obliga, cortesmente, a seguir sus razonamientos).
“Sólo una súbita revelación me sacó de aquel corsé de mediocridad. ¡Ahí estaba el punto sobre a jota!. Sígame: Yo me veía impelido a aceptar como bueno y razonable su planteamiento. ¿Por qué?
1) Porque lo formuló usted con un lenguaje cortés y persuasivo. Y ahora vea: A medida que leía su misiva me iba irritando, pero entonces viejos condicionamientos me advirtieron así: "Él, se dirige a tí cortesmente, y tú le contestas destamplado. ¿Cual comportamiento de los dos está bien y cual mal? ¿eh? Ya lo sabes: Su comportamiento es el aceptable; y el tuyo es doblemente desacertado, por gruñón y por desconsiderado con los demás". . Así que una vieja sensación de culpa se impuso sobre la espontánea pero indefensa de desagrado.
2) Porque su canto de sirena me decía que "yo enseño", que "doy cursos", y así me llamaba “sabio”; y yo no supe reconocer como ponzoñoso aquello que a mi oreja sonaba a deleitoso.
3) Porque apeló a mi “responsabilidad” como adulto, cosa a la que apenas sé contestar con un "No"
4) Porque rodeó todo ello con el almibar de la paciencia.


Con ello y todo, anduve arrastrando mis zapatos
atónito ante el hecho de que algo que podía ser una buena idea
-parir libro- me tuviese sórdido y depre, hasta que lo ví claro todo.
Y ahora, adversario derrotado, pregúnteme qué es lo que ví claro”.

+:- ya que insiste, qué vió claro
*.- ¡Con más ahinco, por favor, o me desmadro!

+.- ¡QUE QUÉ ES LO QUE USTED VIO CLARO!
*. - Ví claro que... tachán tachán... que no soy yo quien da esos cursos.

+.- ah, ¿no? .. ehhh, ¿AH; NO?
*.- No. Los da usted.

(continuará)

Dialogo: ESCENA IV

(Un espacioso lugar. Un olivo frondoso ocupa la izquierda del escenario. El suelo es acogedor
y permite sentarse e incluso tumbarse y revolcarse en él sin que se eche a perder la ropa.
Ya el sol se asomaba en el Poniente. Al fondo, una cajita de cartón con la leyenda “Kleenex”. Al alzarse el telón, la escena está desierta de humanos. Al poco, entra por la derecha el Autor (del Blog)).

*.- Eeehhh! ... Eeeehhh! (va dando voces mientras se desplaza por el escenario, ora hacia aquí, ora hacia allí) Eeeehhh! ¡Oigaaaa! ... ¡Oiga...! ¡Venga,... por favor, que tengo que hablar con Usté!!! (solo el silencio le contesta: Silencio y más silencio) ¡EEEHHHH, OOIGAAA!!!, ¡Nada!, Nada!... No viene. No vendrá, no vendrá... (su mirada se hace vidriosa, sus gestos pierden impulso; su lenguaje corporal denota cansancio, preocupación, desaliento y cierta decepción fatalista). ¿Ehhhh? ¡Holaaaaa!, Nada, nada. (Se detiene y se termina por sentar bajo el olivo) Nada, ya me parecía a mí (musita, más que dice) si con eso de la carta que me escribió... ññsrgtfggbllmtnegdf... (de puro musitar, no se le entiende lo que dice). ¡Ay, mísero de mí, Ay infelice! ¿Qué hago yo, procurando que me escuche/ quien tiene corazón de dura piedra/ y nada le conmueve, sino...



+.-¿ Qué pasa aquí? ¿Qué está pasando aquí? A ver, ¿qué le está pasando, hombre de Dios? (entra por la derecha “El otro”. Viste ropajes negros, levita refulgente, botines adamascados y tricornio bruñido. Sus severas facciones están distorsionadas por la impaciencia: su aliento repugnante, ofende. Caen, con sus palabras, fluidos amarillos de entre sus rojos caninos. Como metro setenta. Ver fig 1)
*.- ¡Nadanadanadanada, no me passsa nadanada nada. De nada. (inseguro y tiritando). (fig 1)
+.- ¿Pero ne me estaba USTË llamando hace un momentito? ¡Venga, que le he oído! Que vengo porque quiero, oiga, que no se avergüence de haberme invocado, venga, que para eso estamos... a ver, ¿Qué le ocurre
*.- ¿A mí? ¿ocurrirme? ¿ a mí? (brotan entrecortadas estas sentencias y promueven un repentino y escandaloso ataque de llanto. ) SNIFFF, BUAAA! ¡BDËHJEMMME EN PAAAAZ! BUAAAÄ, SNIFFFF! (rueda por los suelos, las piernas incapaces de sostener tal desparrame).
+:_ ¡Pero hombre! A ver, a ver, venga usted aquí. A ver, a ver, cuénteme, cuénteme, ¿Qué le está pasando? ¡Tiene algo que ver con la cartita que le dejé hace poco? ¿tiene que ver con lo que le dije de un libro?
*.- gnssfff... sih, sih, con e libdo, murfff, guajjj..
+.- Vaya, joé, cómo se me ha puesto usté, ... Un momento, un momento (se dirige al fondo del escenario, toma la cajita de Kleenex y la acerca solícito al yacente, junto al que se sienta). ¿Quiere un klines?
*.- (De pronto, el autor del Blog sufre una auténtica metamorfosis. Atrapa con mano de hierro el pescuezo del otro y, con la ayuda de una explosiva llave de jiujitsu lanza a su adversario 'por encima de sí y, tras una doble pirueta a la derecha, cae sobre él con las rodillas hincadas en las vencidas mejillas de su oponente. Rayos de energía irradian de su rostro; su cuerpo vence curvas imposibles mientras se elonga y se arquea en una inesperada longitud. Adelgaza. Echa pelo. Aparece como recién duchado. Como metro setenta. Ver fig. a la izquierda ) ¡aquí te quería yo, perillán! ¡Jajajajajaja!
+.- Pero, ¿qué hace?!!!
*.- Calle, calle, bicho, más que bicho!.- ¡Casi me pilla con sus sermones y sus reflexiones y sus puñetas, mecagüenla! ¡Casi entro en una espiral de vergüenza y sobreesfuerzo! ¡Que escriba un libro, me dice el Tío!!!! Pues, ¿sabe lo qué le digo? ¿Sabe lo que le digo? ¿Eh, eh, eh? ¿Sabe lo que le digo??? ¡Que lo escriba usté! ¡Que lo escriba usté... si es capaz! ¡Vamos, hombre!

(continuará)

miércoles, diciembre 10, 2008

Misterio: Despertar.


Los que sueñan que están bebiendo en un banquete,
al amanecer lloran de pena.

Al contrario, los que sueñan que están llorando,
al amanecer se encuentran que están divirtiéndose
en una cacería en el campo.

Cuando sueñan no saben que sueñan.

En el mismo sueño tratan de interpretar y comprender sus sueños.
Al despertarse ven que no ha sido más que un sueño.

Solo con un gran despertar se puede comprender el gran sueño que vivimos.
Los estúpidos se creen despiertos.
Presumen ser una vez reyes y otra pastores.

Ciertamente amigo: Confucio, y tu con él, los dos estais soñando.

Y yo que digo que vosotros soñais, sueño tambien.

Esto tiene por nombre "misterio".

Chuang Tzu, Monte Avila Editores, traducido en 1967 por Carmelo Elorduy.

Una cosa es una cosa... y otra cosa es otra cosa

REIVINDICACION DEL INTERPRETE DE SUEÑOS

(Todo lo dicho por) fisiognomistas, profetas que adivinan por los dados,
el queso, los cedazos, las formas o figuras,
la palma de la mano, los platos, así como lo dicho por los nigromantes,
debe ser considerado falso y engañoso.


Pues las artes de esos hombres son totalmente espaciosas
y ellos mismos no tienen el menor conocimiento de la adivinación.

Más bien, estafan, engañan y despojan a aquellos con los que se tropiezan.


Las únicas cosas verdaderas

son las palabras de los sacrificadores,

augures que utilizan aves,

astrólogos, observadores de fenómenos extraños,

intérpretes de sueños

y adivinos que examinan los hígados.


ARTEMIDORO. en Cox Miller, pg. 326.

sábado, diciembre 06, 2008

Punto Final unilateral al diálogo


Querido Usted:
me decido a aprovechar esa pausa que ha decretado el corazón para darme media vuelta y replegarme rumbo a mis cuarteles de invierno.
Prefiero escribirle esta carta. Así sé que dejaré dicho lo que quiero decirle, “sin mermas ni aumentos”, en la jerga del I Ching.

Aprecio la sinceridad y la entrega de su parte correspondiente en el reciente diálogo.
¿Aprecia usted lo mismo en mí?
No puedo estar seguro de que su defensa, necesariamente vehemente, le dejó la suficiente claridad como para escuchar lo que le dije.

Ante todo: sepa con toda certeza que yo no soy ajeno a sus planteamientos.
Pensé en cómo hacerle entender esto, y opté por leer el libro de Chatwin hasta poder imaginarme el paisaje en el que transcurría. Cuando creí haberlo logrado, cerré los ojos y me trasladé a una seca ladera, cubierta de matorrales; ascendía yo por ella a lo largo de un sendero. Dí rienda suelta a mi imaginación y , mirando al suelo, vi una pluma. Me agaché y la recogí. Segundos después, estaba en una tranquila habitación, rodeado de enciclopedias y provisto de lupa y microscopio. Así que pude ir descubriendo el mundo partiendo de aquella pluma.

Era una pluma parda, de pequeño tamaño, manchada de barro, comida por el sol y con los bordes de las barbas estropeados. Un chocíhn, concluí; un Troglodytes monticola, joven. Puesto que los chochines se aparean en otoño, deduje que aquel habría nacido el pasado Enero. El barro que lo manchaba requería de lluvias para haber salpicado así la pluma; una ojeada a las tablas metereológicas locales me informó de que en Mayo fueron las últimas lluvias en aquel territorio: aquella pluma estaba en el suelo desde antes de esa fecha... y así sucesivamente. Por otra parte, la lupa reveló larvas de mosca, y el microscopiolas colonias de ácaros, que me informaron... y así sucesivamente de nuevo... hasta obtener una suerte de onda creciente en el estanque terrestre, que abarcaba la comida que el dueño de aquella pluma ingirió durante el tiempo que pasaron juntos, y por lo tanto el ambiente en el que vivió, y la vegetación, y los insectos, y la composición de los suelos, y la historia zoológica y geológica, y la separación de Australia del continente original, y...

Entiendo que rodear cuidadosamente, insistentemente lo que se pretende describir es un eficaz método de descripción de la cosa en sí (el espacio de Oteiza, ¿no tiene algo que ver con esto?) Y comparto su admiración por los extraños seres oblicuos que intentan mil veces conocerlo todo a base de negarlo todo, de Chuang Tzu hasta el día de hoy. No discuto con usted sobre esto. No pienso distinto.
Me refiero a otra cosa.

Usted da cursos, ¿verdad? Y, algunos de esos cursos versan acerca de los sueños, de los sueños en la psicoteraopia, ¿verdad?
¿Cómo ve el escribir en un libro lo que enseña en esos cursos?
No quiero, de veras, que Enuncie Verdades Definitivas. Tranquilícese. De hecho, ni le creo capaz ni le creo capacitado para ello; eso sin siquiera considerar que está sencillamente desmotivado. Pero, poner ordenadamente, por escrito, aquello que sabe y enseña, ¿por qué no?
Para esto sí le creo capacitado. Está por ver si lo hará -lo que le convertiría en “capaz de hacerlo”-.
Ante esto sí que sopeso el que esté usted agarrotado por el miedo. O a punto de estarlo...
¿Va a decirme que nunca ha pensado en esto? ¿Está seguro de que nunca se ha visto a sí mismo -¿cómo decía Chatwin de Strehlow?- ¿ como “un autodidacta que anhelaba, simultáneamente la soledad y el reconocimiento público”? ¿No tendrá esto que ver, de alguna rara manera, con esa "sequía de espontaneidad" que en ocasiones siente usted que le está ganando?

Reserve para el Blog el sistema que se le ponga... allí. Considere la posibilidad de someterse a cierta disciplina y escribir un libro. Y escribir un libro. Y escribir un libro. Y escribir... un libro.

Decirle que sólo miro por su salud y por su bienestar es superfluo. Bien pensado, también es mentira. Deseo que usted me haga famoso, me forre los bolsillos de euros vendiendo libros y dando conferencias, y gane para mí una parcela de inmortalidad. Quiero que se luzca, que luzca y que yo me pueda lucir gracias a sus lucimientos. Y quiero regalarle, para estas navidadesn este reto, un reto duro, jodido, una cumbre que usted no ha hollado. Ese es el libro que quiero que usted escriba.
Como siempre, cuenta usted con todo mi desprecio...
Yo.
(PD: El pajarillo de la foto no es el mentado chochín. Es una Urpila. Vive en argentina y es símbolo de mansa soledad. Lo he hecho queriendo.)

viernes, diciembre 05, 2008

El Corazón, Árbitro en el diálogo, impone un INTERMEDIO POETICO. Y lo que dice el corazón, va a misa.


37 preguntas al único contacto que tengo más allá de la frontera


Dime, ¿es feliz la gente allá al otro lado de la frontera?
¿Encuentra su amor respuesta en un veinte o veintidós por ciento de los casos,
o como aquí
son mudos los teléfonos, corazones desiertos noche tras noche
corazones desiertos en la última habitación del laberinto?

¿Hay en vuestro reino, entre vuestros territorios, algún lugar
llamado Greenland o Groenlandia? ¿Son sombríos sus valles?
¿Hay gasolineras de la compañía Shell?
¿Se acercan las mariposas hasta las conchas amarillas?
¿Ni aun en invierno?
¿Nunca existió allí un espía llamado Cenizas?


Dime, ¿es feliz la gente allá al otro lado de la frontera?
¿Nunca soñáis con cangrejos? ¿Y con niños ciegos?
¿Os acordáis alguna vez del ciclista Tom Simpson, de cómo se asfixió en el Aubisque?
¿Qué me decís de la imagen de su maillot
como una tabla de ajedrez rota sobre la gravilla? Al otro lado de la frontera,
¿protege la hoja al fruto?
¿Hay fresas?


¿Tienen los peces abisales presentimientos
acerca del sol? ¿Saben distinguir la palabra Luz de la palabra Sombra?
Aquellos que al tomar el tren, desaparecieron en la transparencia de la tarde,
¿hasta cuándo conservaron la ilusión de que podían quedarse?

Se me ha dicho que para los pájaros no hay otro destino que el viento
y que hay barcos que jamás alcanzan un puerto.
Cuando vosotros habláis del destino ¿a qué os referís exactamente?
¿A las ventajas de un trabajo seguro?
¿Quizá a lo que se come con salsa de naranja?
¿Nunca rezáis por las caravanas del desierto?


¿Son muchos, sois muchos los habitantes del otro lado de la frontera?
Esta gente que veo todos los días por la calle, ¿vive allá?


BERNARDO ATXAGA.

Un diálogo 2

+.- Prosigamos: Le entiendo, ¿sabe usted?, le entiendo.

*.- ¿pero?
+.- ...pero... pero por muy entendible que sea, si me permito hacerle esta observación,
si me permito hacérsela de nuevo es porque, mi querido usted, algo huele a charca estancada en su blog.

*.- ah, eso me interesa. ¿es cierto que se nota un tufillo a estancado?
+.- no sé decirle con certeza pero, usted, ¿no nota usted mismo un tufillo a fórmula desgastándose a base de ser reutilizada y reutilizada y reutilizada? A ver: un sueñito, un poemita, un "no se puede saber; un sueñito, un poemita, ¡hombre, una ilustración curiosa!, un...

*.- me pilla con la guardia baja: lo cierto es que tengo mis dudas. Metafísicas, claro, pero... dudas... temo estar cruzando una etapa, ¿cómo decirlo? ¿algo yerma?
+.- ........

*.- sí, como si la frescura no estuviese ahora sobre mí. Como si estuviese en riesgo de convertirme en un “corta/pega”, y de convertir esta aventura del Blog en un gesto para (¿para qué galería?), para la galería... Pero no sabía que se me notase desde fuera.
+.- ya sabe que Yo, es casi como si fuese Usted. Incluso, a veces, soy más Usted que usted mismo, si me comprende lo que quiero decir...

*.- no, en absoluto, pero tampoco me termina de importar... Lo cierto es que lo que le respondí en el artículo anterior es rigurosamente cierto: No, no me siento cobarde ante el emitir una hipótesis, sino que, según ésta me está naciendo, cierto órgano mío la reduce a polvo, y sólo me quedo tranquilo en ese “no es eso, no es eso”.
+.- Pero usted tiene sus teorías preferidas: sus filias y sus fobias, se siente más cerca de aquí que de allí...

*.- ¿En lo tocante a los sueños? Pues no, la verdad es que no. Por ejemplos: a Jung, no le entiendo lo que dice: no sé ponerme allí donde él indica que vale la pena situarse. Se me hace elitista, y demasiado dado a darse la razón en todo lo que se le pasa por el magín. A Freud, no puedo decir que le haya leído en serio, y lo que de él he leido no me ha dejado huella perdurable, y lo que me ha dejado huella, como las leyes de la asociación de los contenidos mentales, era ya viejos cuando él lo recogió. A Perls...
+.- Eso, a Perls, sí, ¿no?

*.- Con Perls, o mejor dicho, con las prácticas que él utilizaba, o mejor todavía, con la formulación que aprendí con Claudio Naranjo de aquellas prácticas, me siento cómodo, y creo que entiendo lo que dice como al 60%, que ya es mucho... Pero lo dicho por Perls, dicho quedó, y de ninguna manera hubiese dicho yo tales cosas. Había que ser Perls... para ser Perls... Y de lo demás, ni le cuento. Así que...
+.- ¿¿¿

*.- Pues eso, que no veo yo que la salida de este indefinido turrutal en el que tal vez me hallo vaya a venir por escribir “Los Cantos del Sueño: decimoenésima tentativa de llegar a lo hondo a través de signos externos, Por Francis Elizalde. ”. Y no es que desprecie tales intentos: sabe usted muy bien de mi afición, ¿qué digo?, de mi incurable adición a los autores y las obras de
tal género. ¿Qué son , si no, mi adorada “La Diosa Blanca” de Robert Graves? ¿Qué, si no, “El origen musical de los animales-símbolos en la mitología y la escultura antiguas” de Marius Schneider? ¿Qué ... en fin, qué ese mismo “Los trazos de la canción” de Bruce Chatwin que tanto juego nos está dando? Pero, oiga, quiero pedirle algo.
+.- ¿mande?

*.- Le pido que me conceda por un ratito la iniciativa de este diálogo, porque quiero hacerle ver lo que quiero decir precisamente con el libro de Chatwin. ¿Cómo lo ve?
+.- Pues vea: tanta cortesía de su parte me parece vomitiva. O superflua. O, san Tiburcio no lo quiera, indicio de prematura senilidad. ¿Por qué no toma la p... palabra de una p... vez a su p... aire en vez de andarme tocando los p... cojones?

*.- pues puede que sí, que sea una cortesía excesiva, o una...
+.- ¡QUE DIGA LO QUE TENGA QUE DECIR DE UNA PUTA V...!

*.- Glup!. Pues que este libro, una vez que uno se adentra en él, es uno de esos textos autoempotrados. Chatwin va a Australia a completar sus viajes con los nómadas de este mundo. Chatwin se enamoró en Sudán del nomadeo; a Sudán le llevó una ceguera histérica que contrajo siendo jovencísimo experto de arte en la casa Christie´s de Londres. Curó de su mal y descubrió a la Gente Que no se Detiene, y ya no se detuvo. Así que llegó a Australia, con una pila de cuadernos Moleskine llenos de apuntes tomados entre pigmeos y patagones diversos. Y escribió este texto, en el que habla, como ya dije, de Strehlow y su intento de explicar el mundo a través de... los caminos y los caminantes aborígenes. ¿Vamos bien?
+.- ¡usté, siga!

*.- Chatwin hace en el libro lo que en el libro cuenta que hacen los aborígenes: da cuenta del nombre, de la historia, de los antepasados y de los itinerarios vitales de todos aquellos que encuentra en su caminar; crea, por así decirlo, sus propios “trazos de la canción”.
+.- ¿qué son los “trazos de la canción”?

*.- relatos cantados que se ajustan al terreno que se va recorriendo y a los avatares del caminar y que se memorizan en tanto que mitos y en tanto que precisos mapas topográficos que permiten a los cantantes orientarse a través de cientos de kilómetros de desierto uniforme.
+.-¡toma!

*.- Chatwin habla pues de “los trazos de la canción” utilizando la gramática propia a “los trazos de la canción”. Y persigue entender lo humano, y nos habla de un autor que hizo lo mismo y que, como él, se quedó en puro intento; valiente, pero intento.
Pero hay más: a medio libro, Chatwin abre sus cuadernillos y nos muestra... su Blog. Es decir, sus sucesivas y aparentemente inconexas notas que buscan delimitar un terreno en el que mirar para entender lo humano.

+.- ¿Seguro? ¿no serán cosas suyas?

*.- ¡Pues claro que serán cosas mías! ¡No te fá! ¡Pero eso no les resta valor ninguno!. ¡Me baso en hechos, miriápodo antediluviano! Lea, lea: en un capítulo anterior, se dedica a hablar de su entrevista con aquel Konrad Lorenz que patentó la etología y escribió “sobre la agresión, el pretendido mal”, y poco después se nos va al Kalahari, tras las huellas de los fósiles sudafricanos, para primero presentar y luego refutar a Raymond Dart, el descubridor del Niño de Taung y sanguinario pensador evolucionista. Y tratando de orientarse en qué rasgos nos hicieron humanos, se pregunta por las formas de enfrentamiento, y sigue con las castas parias de cazadores de Mauritania, con la Ética de Espinoza, con “Las cositas de piedra” del Gilgamesh, y cita y vuelve a citar a Rimbaud, a Anatole France, a Pascal y deja marcando el camino chinchetas tan escuetas como esta:
“Djang, Camerún: En Djang hay dos hoteles: El hotel Windsor y, en la acera de enfrente, el hotel Anti-Windsor” (p.195).

¿Qué?, ¿no le suena, ... no sé cómo decirlo... a Blog????
+.- ¡Caray, y cómo recupera usted el resuello, jodío moribundo!

*.- Y para que no queden dudas, nos cuenta que intentó superponer, a ver qué pasaba la historia del Che Guevara con la de Beowulf, así como hizo Strehlow con aborígenes y escandinavos, y que le quedó de lo más aparente. Chatwin lo intenta, lo intentó... pero lo intentó a la manera del Blog.
+.- ¿Y qué si lo hizo así?

*.- pues que, el mismo libro que usted utiliza para recomendarme un cambio de actitud en mis intentos blogeros , es un ejemplo fragante, bellísimo del sistema que procuro cultivar. Y, ¡espere, espere, ya termino, de verdad, enseguida le devuelvo el mando, no abusaré, seré moderado, modesto, frugal, lo último!! Vea, vea lo que dice "su" Chatwin en este su libro dedicado a los nómadas, en la mismísima Página 211:

“Es inútil pedirle al vagabundo
consejo para la construcción de una casa.
El trabajo no se completará nunca".
Después de leer este texto del Libro de las Odas chino, comprendí hasta qué punto era absurdo intentar escribir un libro sobre los nómadas”.


un diálogo 1

+.- ¿Ha leido lo de Chatwin?.

*.- Sí, lo he leido. Me ha gustado. ¿Sabe?, el sistema que llaman “El tiempo del Ensueño” me atrae desde antiguo, pero nunca he podido ligar los suficientes fragmentos como para sentir que entiendo qué significa.
+.- Pues este es, me parece, un buen libro para empezar a entenderlo... pero espere, tengo interés en un asunto diferente

*.- ¿¿¿???
+.- Sí. He leido los artículos dedicados a Solaris y, francamente, ...hay algo que me parece flojo. Concretamente, ese final de “ no se sabe, no se sabe”. ¿Sabe? Ese “no se sabe”... me sabe a sabido.

*.- ¿¿¿???
+.- Escuche: este Blog comenzó hace un par de años como un experimento sin rumbo, sin apenas finalidad, y en distintas ocasiones me hice yo presente para discutir, bueno, para discurrir con usted acerca del rumbo que le iba dando. Y, ya sabe, ¿no?, en cada ocasión se enrocó usted en que, acerca de lo onírico, es mejor no afirmar nada categórico porque no hay nada categórico que afirmar.

*.- ¿jode, eh?
+.- Pasaré tal cutrez por alto, e incluso, por bajo. Pero mi rumbo está tomado y no voy a desviarme: ¿ha leido, repito, lo de Chatwin?

*.- Que sí...
+.- pues escuche lo que cuenta acerca del intento de cierto patoso llamado Strehlow. Lo que quiero que escuche es que ese hombre se arriesgó.

*.- ¿¿¿???
+.- se arriesgó, y emitió una hipótesis -que los trazos de la canción pudiesen sen leidos como signos constituyentes de lo Humano-. Para Chatwin resultó un trabajo inspirador. Y, y, y, antes de que me plante otras tres ¿ y otras tres ?, le diré que deseo que revise su sempieterno soniquete de “del sueño, no se sabe, no se sabe, no se sabe”.

*.- y quiere usted que yo...
+.- que usted corra riesgos. Que se moje. Que emita una hipótesis. Que sea tan modesto como esos miles, esos millones de pioneros que se arriesgaron emitiendo hipótesis. Como un tal Freud, como un tal Jung, como un tal Perls, como un tal Strehlow. Que salga de la cómoda indefinición. Que se arriesgue a ser tenido por un chiflado, por un patoso, por un tonto, por un chiflado, pero intente abarcar lo que observa en una hipótesis global...

*.- ..................................
+.- ¿¿¿¿¿¿¿¿¿????????????

*.- ...............
+.- ¿¿¿¿????

*.- es que... es que a veces, también yo me tambaleo borrachamente entre tanto y tanto “no se puede decir nada”. A veces, más a menudo de lo que piensa, me planteo eso mismo.
+.- ¿con qué resultado?

*.- Sin ningún resultado en absoluto.
+.- Pues, ¡decídase y plantee una hipótesis, señor!

*.- Imposible. Me resulta intrínsecamente imposible. De verdad. Lo planeo, lo intento, me expongo ante mí cuanto veo y digo y me conmino a hallar un punto de vista que englobe y maride todo aquello, y nada de nada: nada de nada. No se me ocurre nada nuevo que decir acerca de la naturaleza del soñar, ni acerca del papel de lo onírico en los equilibrios psíquicos. Acepto con gusto los trabajos de quienes emitieron hipótesis, opto con gusto entre ellos, pero nada nace en mí. No tengo esa visión de Strehlow. La envidio, para serle sincero. Pero no me nace nada. O sí, sí que me nace algo
+.- ¿Qué?

*.- El mantenerme al pié del paraje y repetir, como aquel indio de Calvino: “No hagan caso, nada se sabe”. No se sabe. No tomen “lo que se dice” por “lo que es”. Tómenlo como descripciones momentáneas de las sombras que, a lo largo de todo un día, según se mueve el sol, proyectan los materiales soñados sobre nuestra incierta mente vigil. Atrévanse a decir “No sé”; si logran decirlo cientos, millones de veces, tal vez acoten un espacio donde poder mirar si es que queremos de verdad ver “lo que es”. Eso me viene. Vez tras vez. Y por eso lo digo y lo repito vez tras vez.

miércoles, diciembre 03, 2008

A veces se lo llama "El Tiempo del Sueño".


Leído en “Los trazos de la canción”, de Bruce Chatwin, Muchnik editores, S.A.


Pasé la mayor parte del día leyendo “Songs of Central Australia”, de Strehlow.
Era un libro patoso, discursivo e increiblemente largo, y Strehlow, desde todo punto de vista,
era asimismo un tío patoso... un autodidacta que anhelaba, simultáneamente
la soledad y el reconocimiento público.

Su primer libro, “Aranda Traditions”, postuló que el intelecto del “nativo” no era en modo alguno inferior al del hombre moderno. Luego, en las postrimerías de su edad intermedia, Strehlow lo apostó todo a una gran idea. Quiso demostrar que todos los aspectos de la canción aborigen australiana tenían su gemelo en hebreo, griego antiguo, escandinavo antiguo o inglés antiguo: las literaturas que reconocemos como propias.
Después de captar el vínculo entre la canción y la tierra, quiso llegar a las raices de la canción propiamente dicha: descubrir en la canción una clave que permitiera desentrañar el misterio de la condición humana. Era una empresa imposible. Nadie le agradeció sus desvelos.

Alguna vez, Strehlow comparó el estudio de los mitos aborígenes con el hecho de entrar en un “laberinto de incontables corredores y pasajes”, todos los cuales estaban misteriosamente interconectados mediante un sistema que desconcertaba por su complejidad.
"Lo que hace que la canción aborigen sea tan difícil de valorar es la acumulación interminable de detalles. A pesar de lo cual, incluso el lector superficial puede tener el vislumbre de un universo mral -tan moral como el Nuevo Testamento- donde las estructuras de parentesco abarcan a todos los hombres vivos, a todas las hermanas criaturas y a los ríos, las rocas y los árboles".

Al leer los “Songs”, tuve la impresión de hallarme ante la obra de un hombre que había entrado en aquel mundo secreto por la puerta trasera; que había tenido la visión de una composición mental capaz de dejar reducidos los logros materiales del hombre a la categoría de un montón
de basura... y que, quién sabe por qué, eludía toda posibilidad de descripción.

Estoy convencido de que fué un pensador muy original. Sus libros son formidables y solitarios."

martes, diciembre 02, 2008

Un despertar

"Una vez más, recomiendo sueños. Vivimos y sentimos tan bien en sueños como en estado
de vigilia, y ambos son igual de buenos. Entre los privilegios del ser humano se encuentra el de soñar y saber que sueña. Por desgracia, no se ha hecho buen uso de esto. El sueño es una vida que, sumada al resto de nuestra existencia, forma lo que denominamos vida humana.
Los sueños se van diluyendo paulatinamente en el estado de vigilia, y no se sabe dónde comienza el estado de vigilia de un hombre" (G.C.Lichtenberg, en Ed. Valdemar.)


En ese tránsito entre soñar y despertarse -todavía soñando y ya despiertos- se han volcado los poetas -y los técnicos del alma-. Lourdes me hace llegar este ejercicio de Octavio Paz (miré hacia dentro... y Yo no estaba...)


UN DESPERTAR



Dentro de un sueño estaba emparedado.
Sus muros no tenían consistencia
ni peso: su vacío era su peso.
Los muros eran horas y las horas
fija y acumulada pesadumbre.
El tiempo de esas horas no era tiempo.



Salté por una brecha: eran las cuatro
en este mundo. El cuarto era mi cuarto
y en cada cosa estaba mi fantasma.
Yo no estaba. Miré por la ventana:
bajo la luz eléctrica ni un alma.

Reverberos en vela, nieve sucia,
casas y autos dormidos, el insomnio
de una lámpara, el roble que habla solo,
el viento y sus navajas, la escritura
de las constelaciones, ilegible.



En sí mismas las cosas se abismaban
y mis ojos de carne las veían
abrumadas de estar, realidades
desnudas de sus nombres. Mis dos ojos
eran almas en pena por el mundo.
En la calle sin nadie la presencia
pasaba sin pasar, desvanecida
en sus hechuras, fija en sus mudanzas,
ya vuelta casas, robles, nieve, tiempo.
Vida y muerte fluían confundidas.



Mirar deshabitado, la presencia
con los ojos de nadie me miraba:
haz de reflejos sobre precipicios.
Miré hacia adentro: el cuarto era mi cuarto
y yo no estaba. Al ser nada le falta
-siempre lleno de sí, jamás el mismo-
aunque nosotros ya no estemos... Fuera,
todavía indecisas, claridades:
el alba entre confusas azoteas.
Ya las constelaciones se borraban.