martes, abril 28, 2009

Sonata de alvaro cunqueiro: Comer, navegar, fornicar.





. En el Año 1981 la editorial Tusquets publicó -en la Colección “Los 5 Sentidos”, que dirigía el pantagruélico Xavier Domingo, con aquel pelo y aquellas gafas que tenía...- “La Cocina Cristiana de Occidente”, un libro tan bueno, tan instructivo, tan entretenido, tan almacenador de lo mejor de la cultura... que hasta en la pasta que lo encuadernaba se nota (al deslizar una uña sobre la cubierta, chirría suave, da la impresión de ser de seda). En las solapas, con legítimo orgullo se dice que “Dos semanas antes de que Alvaro Cunqueiro nos abandonara para siempre recibimos el contrato firmado para la reedición de este libro, que había sido publicado en 1969 en ediciones Taber... Dificilmente encontrará el lector curioso más anécdotas entretenidas y lectura más amena y sugerente que esta y pocas veces un libro ha podido aunar tanta erudicción, tanto humor y tanto gozo”.

Obra cumbre, es decir: Non Plus Ultra. Una perla de la mítica Editorial Taber, incluída en la colección “Estética del Gusto”, que dirigía Joan Perucho. Mi ejemplar todavía luce la etiqueta de la librería: “Paradiso libros, Luis Power 18, tel 4474310, deusto, Bilbao: Distribuidora Les Punxes. Fecha, 9/7/81. Precio, 600 pesetas.”


Non Plus Ultra es eso: no se puede no ya pedir más, sino que ni siquiera dar más. Tusquets publicó al año siguiente “Fábulas y leyendas de la mar”, edición a cargo de Nestor Lujan, el número 74 de la colección Marginales. Y claro, no supera a “la cocina”, pero es algo estupendo.
(Nestor Luján escribió “El libro de los Vermouths, los Bitters y las Tapas” que le editó Martini Rossi (y yo no lo conservo!!) , y el antes citado y tercer mosquetero Joan Perucho, una “Historia del Café” que Nestlé le encargó y le publicó.
En esos encagos se aprecia sin prisas lo que es la maestría en el escribir... Eran los tres los mejores amigos del mundo y no solo se citaban; consta que Don Álvaro se fué en tren desde su Mondoñedo hasta Barcelona con un rodaballo enorme para que se lo cocinasen para aquella cuadrilla; y en aquellos tiempos, en aquellos trenes...
Dice don Nestor que Cunqueiro hizo en su mundo con su obra “como quien, en cabaña de monte nevado, conserva el tesoro del fuego”. En fin...
En fin: Luján se sabía tan bien a Cunqueiro que, pegando artículos aparecidos a lo largo de veinte años en revistas y pregones, hizo un libro de Cunqueiro que es talmente un libro de Cunqueiro. Hay en él más sonrisas, diría yo, y un áttimo menos de fatum, de destino que en "La Cocina". Pero si aquel es un bosque caduco reverdeciendo en primavera, este es un jardín en todo su esplendor. No hay papel de seda en la portada, pero es un libro útil e insustituible, como un buen misal.

En 1991 Tusquets da a la prensa una nueva obra con la firma de Don Álvaro: “La bella del dragón: De amores, sabores y fornicios, edición a cargo de César Antonio Molina, colección Marginales, número 117.” Otros 4 títulos han ido apareciendo entretanto, y este cierra la serie. Los artículos provienen de dos revistas de la época: Bazaar y Primera Plana. El tema, ya viene dicho en el subtítulo.
No es una obra cumbre, ni el milagroso collage hecho por el íntimo. Son artículos que traslucen... desgaste. Lo abrí ayer y ya enseguida me empecé a quejar y a entristecer -que son dos actividades a las que me entrego fácilmente al día de hoy-. Son artículos que repiten anécdotas, que repiten recursos; suenan a sabidos... Y, más que nada, parecen hechos para sobrevivir.

El tema carnal, el Rijo, la Lujuria, en manos de Cunqueiro, qué sé yo...Aquello que tan bien se le dió a Cela -que todavía provoca sonrojo en el adulto- es inexistente en Cunqueiro. Y no es que no haya frote y fornicio en él, que muy a menudo deja viñetas y frases pícaras, y los pechos de las mozas están pero que muy presentes y lozanos, y en las camas de sus gallegos se pasan noches y noches de invierno fornicando con toda seriedad; pero definitivamente no es su timbre.
Dice, menciona, pero, ¿y qué? Se ve que desde que comenzó contando la vida de San Gonzalo,
lo suyo es la vida toda entera y sin desmenuzar. El sexo está en sus personajes, claro, no menos que la perfumería, la ropa, la misma cocina. Es cordial, consensuado; sus diablos -sus muchisísimos diablos- fornican, claro que sí; y uno de los esqueletos que viajan con su Sochantre por Bretaña no pudo contenerse y desvirgó y mató a una de trece años -y por ello fué prontamente ajusticiado-; pero... Digamos que el título promete un libro “verde” y que no es en absoluto un libro “verde”.
Así que, si es un libro con un tema forzado, escrito cansadamente, ¿No vale nada?
Pues no, pues no: sí que vale. Y se sabe que vale cuando se lee a su debido tempo.
Se debe leer artículo por artículo: el ritmo adecuado es el de un artículo por semana. Así resulta que o que uno lee -lo que uno escucha mientras lee- es un viejo, experto músico interpretando distintas versiones de un mismo tema. Un minuetto, qué sé yo. Lo toca, calla, escucha el eco, y una semana después, vuelve y lo replantea, y aún una tercera vez, y si le parece bien una cuarta. Ya no tiene que demostrar nada; escribe como forma de entrenamiento, para no perder la destreza. Y, claro, quien le escucha, empieza a oir el deleite del tempo y de la melodía, y queda sumido en ella; a veces, lentamente, a veces, medio bailando. Así harían el viejo Bach, el viejo Pau Casals, cualquiera de aquellos viejos maestros, a solas, para un príncipe despistado que todavía no ha aprendido a escucharle...

Y, ¿qué tiene que ver todo esto con los sueños? Pues que ayer, al abrir este “La Bella del Dragón”, me contó a su manera don Álvaro que “en el Ciclo de Alrode” -que debe ser un Ciclo de literatura céltica, por lo que dicen- se cuenta de un mozo que soñó que mataba a su padre y podía huir luego con la más joven de sus mujeres -porque el Ciclo se compuso en el contexto de una cultura poligámica- , escondiéndose para el coito bajo un sombrero mágico.
Pasaron así la primera noche y, a la mañana, el mozo se puso en la cabeza el sombrero, con su amiga dentro, y cabalgó las sesenta leguas en las que el fantasma de los padres muertos por sus hijos pueden ejercer legítimamente su venganza; y ya pasada la invisible frontera, se sacó el sombrero, encontrándose con la sorpresa mayúscula de que ella había ya parido un niño.
Tras seis razones irrefutables que ella esgrimió, él quedó convencido de ser el padre.

Así soñó aquel mozo. Bueno, así pero con más detalle. Por ejemplo: lavó la sangre que había derramado en su padre con la su sangre propia, que se sacó del muslo derecho, porque bien sabía que solo la sangre limpia la sangre; y que su encuentro con la que iba a ser su amante se dió en el patio, a la luz de una hoguera, una fogata que el padre había mandado prender para con ella calentar el agua para que su joven esposa, la que aquella noche le apetecía tanto, se diese un baño y le llegase limpia y tibia... Pero era todo un sueño, y como todo sueño finalizó y el mozo se despertó.

Total que el muchacho se entusiasmó con aquel sueño y se decidió a convertirlo en realidad. Pero como el sueño incluía crimen, su propósito no fué bendecido: él está impuro, no encuentra el camin de la casa paterna, se pierde en la selva de Llinfair y allí, anocheciendo, se encuentra con una manada de lobos que lo devoran a él y a su caballo.
En las páginas 103 a 105 está todo lo demás. El quién hiciera aquel sombrero, y de qué color, y cuales fueron las seis razones que ella le dió, y a cómo se cotizaban en aquellas tierras inexistentes tan inmateriales tesoros... Suena tranquilo, preciso, emocionado: el bajo continuo del viejo maestro tocando a solas, escribiendo a solas...

lunes, abril 27, 2009

me contaron...

Una noche
soñé que bailaba una danza salvaje y sensual y al terminar
una mujer descontenta con mi baile pidió al Tetrarca de Galilea
mi cabeza en una bandeja, cosa que obtuvo.
La mujer se parecía a Paz Vega.
Un pintor presente en el banquete








pintó la escena, en la que salí muy feo.
Pero mientras miraba el cuadro, la mujer pintada me guiñó el ojo
y me decía:
"que comience la danza
sin tardanza.
Bautista,
¡para nosotros la pista!"
Me desperté y me preparé el desayuno............

viernes, abril 24, 2009

aprendiendo, arriesgando

Sueño: estoy dirigiendo una sesión de grupo terapeútico. Junto a mí hay alguien -una chica, creo- más joven y mucho más inexperta que yo: está aprendiendo, como observadora y cooterapeuta.
La sesión se va desarrollando con toda normalidad y yo me siento tranquilo y seguro. Como ya llevamos tiempo suficiente, decreto una pausa. Los participantes se quedan en la sala, charlando animadamente entre sí, y yo me retiro con mi ayudante a comentar cómo va la cosa.

Ella está muy agitada, exaltada. Se centra en un hombre del grupo, alguien a quien conozco bien. No está nada satisfecha de cómo está trabajando ni de adonde está dirigiéndose.
Para mis adentros le miro paternalmente y suspiro y "¡ay, el ardor de la juventud!", me digo. "Ay, qué prisas en cambiarlo todo, en conseguirlo todo, qué tiempos aquellos en los que yo creía que lo esencial de la terapia consistía en que Yo "viese" algo en el paciente, "detectase", como un detective de película, y que el paciente tenía la obligación de generar en sí mismo inmediatamente el cambio que yo había detectado y que, lleno de fuego, le estaba transmitiendo!" "Ya, pero ¿y las resistencias? ¿o es que no hay que tomar en cuenta las resistencias?" ...¡bueno..."

Así rumio mientras hago como que le escucho, pero ella está tan enfadada, tan segura, que logra que preste atención a lo que dice...
"¡está completamente supeditado a su madre" "Y mientras lo siga estando, ¡es imposible que cambie!. Ahí está , tranquilizado, dócil, sin ansiedad, seguro y seductor, pero ¿es eso lo que realmente necesita? ¿es ese el cambio real ? Tiene treinta años y sigue absolutamente dependiente con su madre, y así mismo es con cada persona que se encuentra: no se entrega a nadie para no tener que enfrentarse a separarse de su madre, y al mismo tiempo parece que se entrega a cualquiera porque repite ese esquema de subordinación que practica con ella. ¿Es que va a pasar toda su vida sin afrontar las aventuras de la independencia????"

Me siento absolutamente concernido por lo que estoy escuchando. Siento que es absolutamente cierto.
Veo con claridad a ese hombre y le veo sin desarrollarse; sólo sosegado, sólo inofensivo
Siento como cobardía por mi parte lo que estaba tomando por prudencia.
Y siento la llamada de la aventura.
Siento la sangre circulando por mi pecho y por mis brazos; siento aquel fuego de antaño, pero ahora mismo.
Me siento re-comprometido con ese hombre, a quien había ayudado vivamente al principio para retirarme prematuramente de la tutela que él demanda de mí. Siento que tengo que retirarle las muletas.
Siento que quiero acompañarle a esa terra incógnita

En ese estado, vuelvo a la sala. Por la ventana entra volando un bicho. Grande, grueso, anómalo. ¡Pero si es un alacrán! ¡Un alacrán volador!, pero, claro, torpísimo volador: va dando tumbos. Pero la gente no se alarma. ¡No saben ni iquiera lo que es!. Se lo digo, ¡"es un alacrán!", pero no les suena a nada, no les parece peligroso: solo yo veo su cola atizando a ciegas y sé de su veneno.
Me voy en busca de una zapatilla con la que intentar matarlo y el bicho me sigue. Por el pasillo, me sigue. Más salta que vuela, siempre torpemente, pero está claro que me ha elegido como víctima. Yo alcanzo una bota y lo localizo: en el suelo, a dos metros . Desconfío de mi tino lanzando piedras, y solo tengo una bota para atacarle, lo que me pondrá en apuros si fallo, pero apunto y disparo, y la bota le alcanza, quizás no con ejemplar elegancia ni de lleno, pero lo alcanza; cuando me acerco a mirar el resultado, encuentro al alacrán casi partido en dos y desde luego, agonizante.

Hago de este sueño un mensaje a tener en cuenta.

jueves, abril 23, 2009

La Lotería onírica

Ismail Kadaré explica la creencia en la que se basan la existencia misma, el propósito y el funcionamiento del "Palacio de los Sueños" de su novela homónima.



“Alá lanza un sueño premonitorio sobre la superficie del globo terráqueo
con idéntico descuido
con que arroja una estrella o un rayo,
o acerca de pronto a nosotros un cometa
extraído de quién sabe qué ignotas profundidades del cosmos.




Así pues, Él arroja su señal sobre la tierra
sin fijarse
donde acaba yendo a parar,
pues desde las alturas donde Él se encuentra
no presta atención a esos detalles
que para nosotros resultan trascendentales.




Es tarea nuestra
-de los servidores del Palacio de los Sueños-
vigilar
dónde viene a parar ese sueño,
buscarlo entre los millones y miles de millones de otros sueños,
tal como se busca
una perla extraviada en un desierto de arena.

Porque descifrar ese sueño,
caído como una chispa extraviada en el cerebro
de una entre los millones de personas dormidas,
puede
prevenir la desgracia del Estado,
evitar la guerra,
o la peste,
...hacer que germinen ideas nuevas...
(p. 29).

miércoles, abril 22, 2009

me contaron... y les conté.

...el caso es que me encuentro con Rafa, "aquel Rafa". Está irreconocible, pero es él. Luce un peinado afro y un chaleco y unas gafas de lo más hippie. Me quedo con él, continuando el parloteo que me vengo trayendo con unos y otros; ahora rememoramos tiempos pasados juntos... ¿te acuerdas de...?

Ah, he llegado aquí tras haber estado buscando un buen local para encuentros grupales.
He encontrado uno muy apropiado: está en una casa tranquila, y dispone de un montón de espacios diferentes, todos hermosos y de dimensiones generosas: hasta en los servicios se podrían dar clases de Yoga, me explican. Por lo visto se construyó como sede de cierta Institución que llegada su hora traspasó los locales.

Me gusta. Me voy con el recado hecho. Y cuando salgo de allí, no tengo certeza -lo que se dice “certeza” - de donde estoy exactamente... ni de donde está mi casa. Pero, bueno, tengo confianza en que, a medida que me vaya acercando, reconoceré el lugar, ¿no? Así que bajo -siempre cuesta abajo- entre corriendo y saltando, bastante contento y con ese curioso agujero en la cabeza que corresponde al “pero ¿donde vivo?”.
"¿Donde vivo?" Pues nada, que continúo corriendo y brincando y sigo sin encontrar mi casa. Encuentro una cuesta arriba, medio reconocible, y una plaza porticada allí donde imaginaba que podría estar mi casa. Pero o, no está aquí. Tampoco me preocupa demasiado, la verdad.

Entonces es cuando me topo con Rafa.

Charlamos, y me informa de que va a acudir el sábado a cierto Retiro de Meditación, obra de un grupo esotérico que “garantiza resultados”. Así me lo está contando, y por ponerse cómodo, se sienta en una barandilla que tiene tras de sí, y echa atrás las manos, hasta agarrarse a los barrotes de un balconcillo, y se balancea y se resbala... y queda colgando sobre una caída de quince o veinte metros en la que no había reparado.

¿Qué hacer? Salgo corriendo, acudo al portal, llamo a todos los timbres, consigo que me abran, explico a gritos que mi amigo necesita ayuda... y ya, dejo la suerte de Rafa en manos de aquellos habitantes (total, yo, ¿qué voy a hacer? ) y echo a correr de nuevo. ¡Vaya por Dios, estoy sin pantalones! ¡Vaya marrón!. Pero, ¿qué pinto yo desnudo? ¿Y, ¿por qué no voy a estar desnudo? ¿es que no está permitido o qué? Porque sí que está permitido, aunque algo desaconsejado,


pero... en fin, seguiré corriendo...

¡Cómo es esto de los sueños!, me digo, porque mi falta de pantalones me ha hecho caer en la cuenta de que cuando estoy así, desnudo o semidesnudo por la calle, es cuando estoy soñando.

Me encuentro con los amigos de Unai. Me quedo entre ellos. Me meto en la conversación.
Empiezo a contarles que vengo de tener un sueño, un sueño muy curioso, en el que he dejado a Rafa -¡a Rafa, con pinta de hippie!- colgando de un balcón; pero no consigo la atención de nadie; en cuanto pueden, se desmarcan de mí y se desentienden. El lugar en el que estamos es un local muy grande, generoso de dimensiones; parece que fué sede de cierta Organización, y ahora lo tienen para alquilar salas a grupos. Nadie me hace caso: pues me tendré que ir a casa. Pero "¿Donde vivo yo? ¿donde está mi casa...exactamente? "


Entonces es cuando me despierto: estoy en Arnedillo, en el Balneario, de vacaciones con Ana y los chavales. Lo voy entendiendo paulatinamente. Ah, pero, ¿ donde vivo?. Todavía me viene cierta bruma como respuesta, una bruma, hasta que por fin se abre para dejarme ver con toda nitidez la puerta de casa. Al fin lo recuerdo todo.
Y me echo a reir. ¡Vaya, un sueño en el que quiero explicar a personajes del sueño ese mismo sueño!

¡Bien se merece ilustrarse con un Escher! ¿Qué tal "Galería de grabados"? Aquí está... y encima, deliciosamente expuesto por Bruno Ernst!.
http://images.google.es/imgres?imgurl=http://juegosdeingenio.org/grafica/escher-galeriadegrabados.jpg&imgrefurl=http://juegosdeingenio.org/castrovalva&usg=__ZAS2a8T7JXA3iZ7lm8EgDOML24g=&h=389&w=400&sz=105&hl=es&start=13&tbnid=vl7Da_44kzgRNM:&tbnh=121&tbnw=124&prev=/images%3Fq%3Descher%26gbv%3D2%26hl%3Des%26sa%3DG

domingo, abril 19, 2009

Eugenio Salvador Dalí mira y vé




Dice quien lo dice que Dalí presentó la fotografía original a unos cuantos amigos

y hubo quien la reconoció como un Picasso ignoto

y quién como un retrato del marqués de Sade

y todos se divirtieron mucho cuando vieron

que era un poblado africano visto desde el lado incorrecto.
Me sirve para presentaros
y la página
que, si manejase yo mejor el inglés,
sería - me parece- página de cabecera:
Lo humano, los primates, la expresión, el arte, dadá, el surrealismo, el art brut, los petroglifos más antiguos,
lo primitivo...
no se me la pierdan...
También me sirve para preguntarme:
¿¿Cómo podrá girarse 90º un sueño,
solo un giro de un cuarto de circunferencia,
para así acceder a la sorpresa
y ver que, tal vez, aquella choza era una sonrisa
y aquellos personajes el perfil de alguien conocido?

viernes, abril 17, 2009

El Palacio de los Sueños

Han pasado unos días desde que escribí acerca de Roger Bastide y su plan de agrupar
los sueños por géneros, por niveles sociales, por razas, por edades...

Desde entonces, lo que es yo, he tenido cantidad de episodios oníricos, muchos de ellos semirecordados. Además he tenido la sensación de que cada uno de ellos era una cuenta
en un rosario que llevo , qué sé yo, meses desgranando.

Me llevé conmigo algunos libros, entre los que "El palacio de los Sueños", de Ismail Kadaré,
en Alianza Bolsillo: Traducción de Ramón Sanchez Lizarralde.

Ambiguamente me metí con él. Leí la introducción, obra del traductor, para situarme,
arranqué ("la mañana era húmeda y ventosa.")... Enseguida me salté veinte páginas, luego ojeé el capítulo cuyo título me resultaba más atractivo, y de allí pasé al final. Ya tenía el diagnóstico: Herencia de "El Proceso" de Kafka, un aire a Saramago, en fin, el esfuerzo no valdrá la pena.

Eso sí: una idea acerca de los sueños verdaderamente interesante, tengo que masticarla; para el Blog... (la guardo para más adelante)

¿Porqué volví sobre "El Palacio de los Sueños? En fin, volví... y dí con un nervio de la acción
que no había advertido. Y luego con otro, y con otro. Y así descubrí la voz de este libro.
Sigue siendo herencia de Kafka. Pero no sólo, no sólo. Es un libro perfectamente autónomo. Obra de todo un escritor.

Quevedo no dice una sola palabra acerca de los sueños en sus "Sueños". Los sueños son la tela sobre la que pinta el resco del Gran Teatro del Mundo y sanseacabó. Roberto Bolaño, por poner un ejemplo, representa exactamente lo opuesto. Los sueños de sus protagonistas aparecen en el texto como parte inseparable de la narración; se abstiene por completo de buscarles una interpretación, pero los incluye con la mayor fidelidad. Nada explican, pero suceden, forman parte de la vida; véase "Los detectives salvajes"

Lo que hace Kadaré con los sueños , hay que leerlo para entenderlo. Y, palabra de converso,
vale la pena.




Y allá por la página 155 asoma el mismo espíritu que inspirara a don Rogelio de la Bastida. Visitando el Archivo del Tabir Saray (que así se llama el Palacio de los sueños), el protagonista
es acompañado por un veterano que le guía y le explica (...y le aturde...). Los sueños de los súbditos del imperio están allí, centenariamente almacenados en cartapacios según criterios precisos. Escuchemos:

"aquí se encuentran los sueños acerca del fin del mundo según los pueblos que tienen inviernos muy ventosos"

"aquí, los sueños vistos en víspera de grandes matanzas"

"proyectos de vida de origen femenino"

"sueños de resurrección de los muertos de origen masculino"

"los sueños de los grandes visires; sueños de los pueblos infieles..."



El libro tiene una portada perfecta, obra de J.W.M.Turner; he escogido asociarlo a un grabado de Piranesi, que, finalmente, me parece menos ajustado que el original, pero asimismo sugerente.

viernes, abril 03, 2009

Don Rogelio de La Bastida (alias Roger Bastide)

"Siempre sentí interés por mis sueños.

Y siempre lamenté que no existiera la biografía del hombre nocturno, ya que hay tantas que se refieren
a hombres diurnos. Porque hay sueños que se repiten, e incluso los hay que prolongan su tema de una noche a otra, como si nos bastase quedar dormidos para que un sueño ya comenzado se reanude
a partir del punto en el que lo dejamos la noche anterior, cual si se tratase de una película de episodios.

Yo he llegado al extremo de tener un sueño dentro de otro sueño, con lo cual quiero decir que me he soñado dormido y soñando otro sueño.

Y muchas veces me entretuve en dirigir mi pensamiento onírico, tanto a partir de alucinaciones hipnagógicas como en persecución de una pesadilla que me despertaba y de la cual, pese a todo, me interesaba "saber cómo seguía", "cual iba a ser el final" de la aventura (para realizar tales propósitos ejercitaba sobre ellas un cierto control, que era, entiéndase bien, un control a medias, no sé si porque el sueño debilitaba mi voluntad o porque, en última instancia, lo imprevisto me resultaba siempre más atractivo.

De todos modos, nunca pude consumar el deseo de escribir mi autobiografía nocturna porque nunca pude vencer la pereza que me inspiraba la idea de levantarme para tomar apuntes en plena noche. Y así he dejado sin documentar mi historia de fabricante de fábulas, cuyas briznas calcinadas flotan por un solo instante en mi vida diuirna -el tiempo indispensable para darle cierto gusto a ceniza-, antes de evaporarse para siempre..."
R. Bastide. "El sueño, el trance y la locura". pag 11. Amorrortu editores
Retrato onírico del joven Roger Bastide titulado "Lozanía".
Por Yixiazi Flickr.

jueves, abril 02, 2009

Presentando una nueva subidentidad



*.- ¿POR QUÉ "UN SABIO DE ANTESDEAYER"???
+.- Ah, hola, buenas noches. ¡casi que me sobresalta, con esas mayúsculas repentinas, jo! Pero, en fin pase, pase... ¡Anda, ¿quien es esa deliciosa creatura por la que se hace hoy acompañar?

*.- ¿LE GUSTA A USTED? SE LLAMA Mai.
+.- ¿ ¿Mai? ¿Así, solo Mai?

*.- Mai Seltz. SE LLAMA Mai Seltz.
+.- ¿Seltz? ¿De los Seltz del Departamento del Bajo Rhin, en la Alsacia Francesa?

*.- Más o menos: de los Kohlensäurehaltiges Wasser del Seltz. pero puede llamarle Maiseltz y le va a entender perfectamente. A ver, saluda, Maiseltz
=.- Hola, señor del Blog.

+.- Hola, monina; ya te haré caso más adelante, anda, déjanos un poquito, que voy a contarle a tu tío unas cosas muy interesantes... Pues, es un sabio de antesdeayer porque...
=.- ¿Quien dicen que es tenido por "un sabio de antesdeayer"?

*.- ROGER BASTIDE, AUTOR DE LA ENTRADA ANTERIOR
=.-¿Roger Bastide, "EL" Roger Bastide nacido en Nimes, en 1898 y fallecido en Maisons-Laffitte, en 1974, sociólogo y antropólogo francés, profesor de filosofía de la Universidad de São Paulo y en la Sorbona¿ ¿El que estudió los conflictos culturales y el problema de la integración social en las poblaciones brasileñas de origen africano y las relaciones infraestructura-superestructura e ideología-religión y escribió, entre otras obras "Sociología y psicoanálisis" (1950), "Sociología de las enfermedades mentales" (1965) y el citado "El sueño, el trance, la locura" (1972)?. ¿El estudioso de las religiones afrobrasileñas que llegó a convertirse en un iniciado en el Candomblé de bahía?



*.- ¡Vaya, vaya con la jovencita! Pues sí, ese mismo. Y yo le llamo "sabio de antesdeayer" porque,,, ¿Por qué será, tú que sabes tanto?
=.- No lo sé.

*.- Bueno, pues yo te lo voy a explicar muy clarito.
Si lees el articulito anterior y cierras los ojos y te representas el panorama humano que en él viene pintado, ¿qué ves? Mira, haz la prueba y yo te leo. Vas a ver
"soldados, marinos, mujeres ancianas,
comerciantes y misioneros;
colonos y exploradores
y sociedades totémicas,
feudales y patriarcales,
y adoradores de los antepasados,
y a nosotros habitando
en "nuestras grandes naciones".
Ponle ahora una fecha a ese cuadro.

+.- YO SE LA PONDRÉ: AÑOS TREINTA O CUARENTA DEL SIGLO VEINTE.
.- 1972. Publicado por Flammarion dos años antes de la muerte del autor.

+.-ENTIENDO... PARECE, SUENA MUCHO MÁS ANTIGUO DE LO QUE ES.
*.- ¿Adivina por qué?

=.- Resulta, me parece, que los términos que utiliza están, al día de hoy, completamente demodés. ¿Quién habla hoy mencionando "misioneros", "colonos", "marinos", "exploradores"? Todo eso queda hoy a mil millas de nuestras referencias contemporáneas. Hoy he estado en la Biblioteca del Barrio, y he visto que la sección de "Música de Brasil" se abría con una antología de "Electro-Bossa sobre canciones de los Rolling Stones". La Globalización, lo que quiera que eso quiera decir, dondequiera que comenzase, funciona como la línea de Wallace para las estirpes animales en las islas de Indonesia: como una barrera infranqueable, cuanto queda "detrás", está irremisiblemente, definitivamente, pasado de moda. ¿Es así?
*.-Así es. ¿Nuestras Grandes Naciones, los Misioneros, los Exploradores y colonos; el aroma a exotismo, a aventura, a diversidad, a color local, ¿a donde fueron?, que decía Jorge Manrique-.

+.- ¿Y TODO ESTO, LE LLEVA A USTED A ALGUNA PARTE?
*.- Pues me lleva a decidir me a subir algunas cosas más de nuesto autor. Que esto de la Moda,
la Globalización, el Consenso, el Pensar Único, digo yo que es de ley el combatirlo. Y esto por dos cosas: Primero, por que sí, por que viene dictado desde Arriba, y de Arriba, por hombría, tenemos que desconfiar. Segundo, porque



aquel sabio sí que fué un sabio, que viajó en busca de respuestas a sus preguntas y supo aceptar verdades nacidas en mentes forasteras y aún vestidas con trajes propios a otras culturas; y si yo quiero llegar a sabio, habré de aprender a seguir la pista dejada por los sabios, no la señalada por las leyes del Imperio. Y la tercera, -finalmente, no eran 2 sino 3- porque tiene un material interesantísimo, un material que me huele con fuerza a equivocado, a callejón sin salida, pero también a sincero, a leal.

+.- PUES VENGA MÁS MATERIAL DE DON ROGELIO DE LA BASTIDA.
*.- Pues ya vendrá.... Y tú, Maiseltz, monina, vuelve siempre que quieras.
=.- Creo que me quedaré aquí y me convertiré en tu sombra...



*.- como prefieras, como prefieras...

miércoles, abril 01, 2009

Un sabio de antesdeayer

... "El estudio de los sueños padece en la actualidadde la misma laguna
que durante mucho tiempo sufrió el estudio del Folklore. Por cierto que
las leyendas eran reunidas y publicadas, pero siempre se omitía indicar la fuente de donde se las tomaba: "mujer anciana", "soldado", "marino", "comerciante", "misionero", etc.
Con el sueño, sucede o mismo. No basta con apuntar el nombre, la edad
y los antecedentes psicopáticos del soñante, según la práctica seguida
hasta ahora. Sería bueno también indicar profesión, cultura y medio social.
Que es, en cambio, lo que siempre se olvida.
Si fuese posible obtener tales informaciones se viabilizaría asimismo
la realización de una amplia pesquisacon respecto a la relación entre el sueño
y los distintos medios sociales. Misioneros, colonos y exploradores podrían ofrecernos verdaderas colecciones de sueños registrados en sociedades totémicas, adoradoras de los antepasados, patriarcales, feudales etc.
Y en nuestras grandes naciones podríamos observar si la diversidad de los sueños se corresponde con la diversidad de los tipos colectivos.
Esta sería una empresa de gran envergadura, digna de ser intentada; nosotros, aquí, no podemos hacer nada mejor que proponerla"
Roger Bastide: "El sueño, la locura y el trance". Amorrortu editores. 1972