domingo, junio 17, 2007

gramaticas y sueños: Fragmentos pa un futuro ensayo coherente.- 1



La lengua de los sueños, o ¿son los sueños, también, otra de nuestras lenguas?
Ahora,
El lenguaje de los sueños. Los sueños son, con toda segurida, una de nuestros lenguajes. Y una de nuestras lenguas, en el sentido de la lengua de la boca, de nuestro aparato fonador.

A la perenne discusión de si los sueños tienen alguna forma de contenido o no
(J.P.Medawar, Premio Nóbel de medicina en 1960, pensaba que “El contenido de los sueños puede estar totalmente carente de significado: muchos sueños son sólo un conjunto de elementos de pensamiento que no contienen ninguna información”), viene a dar respuesta un río de sueños que, sin buscarlo, escucho. Demasiado a menudo los sueños son congruentes con realidades de quien los origina.


A veces me encantan con su ingenio. Una sensación de atenazamiento en la nuca
da lugar a un sueño en el que los olmos enfermos de una avenida son arrancados de raiz y sustituidos por nuevos árboles; y son dos bandos, y se está renovando la situación, y se trata de apoyar lo vivo; y la sensación de la nuca se desvanece.
¿Me puedo reir con cómo hace coincidir el gesto de arrancar de raiz con el bulbo raquídeo?

Van y vienen y hablan por sí solos. Ejemplo:

Abordo cierto sueño con su autora en una sesión de grupo, y apenas avanzamos, pero acepto dejarlo así: no deseo forzar. Al día siguiente dice
que dejó elementos del sueño fuera de mi alcance, voluntariamente.
Que estaba segura de que yo sabía tal cosa. Y le digo que sí, que efectivamente
lo sabía. Y no es que lo supiera, sino que era como que el mismo relato
del sueño lo estuviese diciendo. Y que se lo ha mirado y, con una amiga,
le ha sacado buen provecho. Y que seguía manteniendo oculto lo mismo.
Que tal vez en su día me lo contaría...

Trabajo hecho.

Y por lo visto, bien hecho. Y yo sin saber ni de qué va la cosa...


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