sábado, diciembre 27, 2008

Una modesta proposición: Una tal vez nueva conexión entre lo que llamamos "el mundo de los sueños" y lo que llamamos "el mundo del sexo".

+.- los sueños, ¿tienen una finalidad?
*.-¿tiene el impulso erótico alguna función?
¡Sí, hombre, sí!,- responde la afición vociferando.

_-La reproducción de la especie, I supose,- les contesto-, siempre, claro, que consideremos que "el sexo está ahí; la reproducción está ahí, ergo... la una está ahí para que la otra esté ahí, o lo que es lo mismo: la función de la una es hacer posible que suceda la otra". En fín, es una forma de ver las cosas... Pero no iba a por esto; en absoluto.
el impulso erótico ha sido considerado como muchos aspectos diferentes. Veamos: como acto de amor. Como conducta reproductiva. Como fuente de inspiración. Como falta contra Dios. Como motivo de segregación; de sumisión; de desacato. Como algo místico, instintivo, divertido. Como señal de fidelidad, de humillación, de propiedad, de atoafirmación, de seducción. Como algo ligado al dinero, al poder, al honor.

Los sueños han sido abordados en busca, también ellos, de tesoros muy distintos. Se ha buscado en ellos aprendizaje: siempre. Y también: el conocimiento del porvenir -y, dos mil años después, el conocimiento del pasado-; el mapa de riquezas escondidas. La voz de los muertos, señales oraculares, viajar a mundos paralelos. Y también: orientación existencial. poder personal acrecentado, encuentros con arquetipos asentados en las más arcaicas de las estructuras
que nos configuran. Vaticinios. Y también pruebas, pruebas que avalen la culpa que estamos haciendo caer sobre nosotros; la vergüenza que nos producen nuestros deseos, el viento de alegría del hecho de vivir, la idea muda de que todo importa nada y que somos tan solo espíritus libres.

1 comentario:

Anónimo dijo...

(mientras se sienta al lado de la chistera) vaya, vaya, vaya... Esto Sé, Está poniéndo interesante.