miércoles, junio 17, 2009

¡Terapeuta, oh mi terapeuta, / No recuerdo mis sueños!

*.- ¡Ave María Purísima!
+.- Sin pecado concebida, hijo, sin pecado concebida. ¿Qué traes hoy a este tu Sicoterapia?


*.- Que no recuerdo mis sueños
+.- ¿Que no recuerdas tus sueños?


*.- Eso es, Su Eminencia, que no recuerdo mis sueños.
+.- ¿Que no recuerdas tus sueños?

*.- ...esto, pues... su Ilustrísima, si, como que... se da el caso de que... no recuerdo mis sueños...
+.- Ya, ya veo, ya Oigo, mejor dicho... Con que... ¿no recuerda sus sueños?


*.- ... pues... casi que no... vamos... que no me acuerdo como bien, ¿no?, de mis... de mis sueños, quiero decir... susantidad...
+.- O sea: No es que usted no sueñe, sino que no recuerda sus sueños


*.- eso mismo, eso mismo, eso mismo, bien vistt.. ehhh bien oído, como Vuecencia tiene a bien saber decir...
+Ya.


*.- .............
+.- ...............
*.- ......................
+.- ...............................
*.- ...............................................
+.- .......................................................................................................................................................


*.- esto...
+.- ¿..............................?


*.- Que si quiere decir algo
+.- ¿el qué?


*.- el que no recuerde... ya sabe... mis...
+.- ¿El que no sueñe usted en absoluto?


*.- Oiga, que no es eso lo que le vengo diciendo
+.- Ah, sí: lo que usted me dice es que usted recuerda que sueña pero no recuerda qué sueña


*.- Exactamente
+.- ¿que si eso quiere decir algo? pues sí, sí, por decir, algo quiere decir. dice que padece usted diversos episodios simultáneos de confusión total. Dice que sabe que sueña y al mismo tiempo que no le queda memoria de lo soñado, y yo empiezo a creer que usted no recuerda en absoluto, y no tiene ni idea de lo que hace ni de lo que deja de hacer. Además se muestra usted como un sujeto tan antipático que los angelitos encargados de permitirnos recordar ráfagas de nuestros sueños, huyen ahuyentados por su campo espectral. Ególatra, ignorante, rebelde, díscolo, maloliente, canijo y escrupuloso. Y, entre nosotros, con un diagnóstico catastrófico.

*.- Vaya, ¿todo eso quiere decir? ¿de verdá? ¡Jo, qué de puta madre! ¡Vaya pedazo de sueño este mío de no soñar! Me ha puesto en mano catorce años de terapia. ¡Ahorá sé adonde apuntar y con qué contar! ¡Ya me parecía a mí desde pequeño que era canijo! ¡Buaf, qué viaje! ¡Gracias, tío, gracias para siempre! ... cuando pienso que tanto bien me haya llovido desde mi olvido sueñístico,
¡mortales, a vosotros me dirijo! ¡El acto de no recordar los sueños debe ser repuesto en el digno lugar que nunca debió ceder! Yo no los recordé y ahora soy un espantajo, pero plenamente realizado. Reivindico la igualdad de todos los asuntos entre soñadores y olvidadizos!
+.- (sabio, serio, simio, sólido, su... ¿sucio?...): Bueno, bueno... bueno: creo que este puede ser el comienzo de una gran amistad...
(se funde en negro)

1 comentario:

Albert Rams dijo...

¡genial, francis...¡