...me contaron...
"Fué un día , por la mañana. Yo iba andando.
Una mujer venía hacia mi, por la misma acera . (Paso a hablar en tiempo presente)
Noto un gesto suyo con la cabeza y los hombros . Interpreto que solloza. Un paso más y le veo la cara . Ahora no me parece que solloce, sino que está hablando consigo misma. Un paso más y ya nos hemos cruzado, ya está fuera del alcance de mi mirada.
En el intervalo temporal que cubren esos tres-cuatro pasos, atisbo de pronto, com
o si mirase a través de una grieta, el universo de esa mujer. Veo, sé, veo que en ese diálogo que se trae consigo misma- y que yo no puedo escuchar- , está, presente a través de incontables interrelaciones, todo un mundo. Puedo ver, oler, escuchar a través de esa grieta:. ¿Qué?
"anteayer, Kepa, Asun, Maria Victoria, correos, San Sebastián, unas escaleras que llevan a un piso; unas nubes vistas dos días atrás; la Última ocasión en la que fué a Misa; las lentejas de casa de su tía ... Sus conocimientos de mecánica casera, la plantilla que compró para los zapatos de su hija, su hombro izquierdo levantándose para ponerse una chaqueta, aquella travesura...
Nada delimita las sensaciones de los pensamientos. todo es lo mismo, y todo tiene su sede en esa, mente, y nada de lo que hay en esa mente lo hay en la mía ni en la de nadie.
-.......en mi mente estoy yo, y está la imagen de ella en mí, y están estos pensamientos, que ella ignorará por siempre, así como yo ignoraré los suyos. Somos dos absolutas soledades.
Me siento como callado ante la inmensidad inconmensurable a la que me he asomado. Me queda en mi costado derecho una sensación como de cuchillada, que me acompañó durante un rato, durante un largo rato, apenas durante un ratito; lo siguiente que supe fué que estaba, como siempre, asimilado a esto que llamo El Mundo, y que solo había pensamientos allí donde había habido visión.
Ya en pensamientos -pero al principio, cuando todavía la cuchillada atenuaba el ruido asfixiante de mi pensamiento mecánico,- pensé. Agrandé primero aquel bazar, añadiendo momentos, con sus sensaciones, con sus asociaciones a otras sensaciones. Imaginé los más íntimos momentos con sus amantes, durante los cuales ambos fundían cuanto podían en pos de anularse en el otro, y comprobé que solo estaban en la mente de ella. No pude encontrar nada fuera de la mente. Ella habrá visto en televisión determinado personaje -¿Rodolfo Chiquilicuatre?- que yo -y otros cuantos millones de ciudadanos- también vimos, pero su mirando era solo suyo, y el mío, mío.
Pensé entonces en los sueños, en que allá, en aquel zurriburri residían los sueños de aquella mujer.
Considerados así eran algo intraducible, inalcanzable, y al mismo tiempo, eran concretos, y muy claros, y eran lo mismo, exactamente, idénticamente lo mismo que su respirar, su sorber, su moverse, su considerar, su creer, su añorar. Sueño y no sueño: nada real, nada de nada diferenciaba esos supuestos dos campos. Tantas vueltas para esto: Sueño versus realidad: resultado del combate: concepto vacío, nada.
Despertar, atisbo, como si el pez tuviese súbita y clara -y callada- noción de la atmósfera más allá de la frontera agua/aire. Como si eso sí que señalase una frontera entre estar dormido y estar despierto.
Aquella mujer, aquella mente, anidan solo en la mía.
Un abrazo"