lunes, septiembre 27, 2010
Diálogos terapeúticos: un sueño ¿paradójico?
Llevaba yo una temporada larga sin recordar ningún sueño -sin soñar, diría yo, pero ya sé, ya sé que cada noche, en fin, soñamos, y eso... pero no obtenía ninguna imagen, sensación ninguna al levantarme-. Eran tiempos de agobio: de mucha acción, tiempos de rematar tareas, de pulir detalles, de contrastar puntos de vista... tiempos ocupados, días consecutivos, ¿me explico?...no malos tiempos, no, no... solo como si no hubiese tiempo para echar una ojeada alrededor.Y en la misma noche soñé, en dos capítulos -me interrumpí para hacer pis, y retomé donde me había quedado antes- uno tras otro todos los jaleos de mi vida presente.
Cuando digo jaleos, digo actividad, conflictos, dilemas, proyectos, cuentas pendientes... viejos los unos, otros de reciente siembra. Pues allí aparecieron todos.
El guión era magistral. Cada asunto se imbricaba en el todo, y asuntos diferentes guardaban entre sí las debidas proporciones. Nada se engrandecía y nada se amenguaba. Todo tal como es.Y en cada caso, todo el tiempo, la razón era mía. Yo tenía toda la razón.
Las cosas eran en sí tal y como las veo yo a través de mi muy íntimo punto de vista. Netamente destacaba mi figura de entre el fondo complejo. No es que yo fuese el guionista, no: simplemente, mi punto de vista era, desde cualquier punto de vista, el más apropiado en cada parcela, con cada persona. Mis cualidades y mis impaciencias, por igual, encajaban con total naturalidad. Todo era así porque no podía ser de otra manera, y siendo así las cosas, mis respuestas a cada estímulo eran las apropiadas.
En mi vida real, ¿sabe usted?, yo siempre meto una cuña de descontento conmigo mismo. No es que no piense que soy yo quien tengo la razón siempre-siempre-siempre, pero al mismo tiempo, como que siempre tengo algo de autocrítica, o de sospecha de mis intenciones, o de modestia: un factor de corrección perenne. En aquel sueño, no había de eso nada de nada. Nada de nada. Toda la razón, en todods los aspectos, para mí.
Pues bien, ¿con qué humor diría usted que me desperté después de ese sueño tan bálsámico para mi ego? Pues me desperté quejoso, y poco paciente, y huraño. Enfadado, me desperté. Quince minutos después estaba en plena amargura.
Ayúdeme a entender, por favor: ¿Cómo encaja este humor con aquel sueño?
Estimado consultante: usted me plantea una pregunta que se origina en una contradicción, a saber: que en sus sueños vivía usted una situación muy favorable pero al despertar su tono emocional era claramente desagradable. Para contestarle tengo dos caminos. Pudiera ser que su sueño y su estado de ánimo mañanerono nada tuviesen que ver. En ese caso, el sueño se habría diluído, o echado a un lado, hasta perder todo contacto con el mundo cotidiano. Usted se despertó y enseguida se irritó porque sí, por lo que fuera que fuese. Pudiera ser... O, pudiera ser que la contradicción que usted señala fuera solo aparente, que no fuese tal.
Vamos a empezar, si le parece, de atrás hacia adelante. El final era que se levantó incómodo y enfadado ¿verdad? Podemos suponer que su disposición de ánimo sería más o menos la misma antes de dormirse, durmiendo y al despertarse: enfadado. Razonando así, ese sueño que me contó era uno que reflejaba sus emociones del momento: enojo, impaciencia y mal humor.
No hay contradicción.
Su sueño no era un sueño agradable. Se lo pareció, pero no lo era. Algo faltaba, o algo sobraba, porque usted se sentía fatal. Por lo visto, "tener toda la razón" no es algo que, hoy en día,
le haga sentir feliz...Sí, tenía usted toda la razón, en cada problema, en cada asunto. Pero,
hay más factores en juego. Le recuerdo que me decía que en esa temporada estaba bien provisto de temas pendientes y problemas. Eso suena a agobio.
Quiero que piense en todo esto un par de días y que vuelva entonces y me cuente qué
ha pensado. Recuerde: vaya a lo obvio y empiece por el final. Hale, adiós.
He estado considerando las cosas desde los ángulos que usted, estimado terapeuta mío, me sugirió.
Así que, si mi tono emocional de fondo era de enfado, mi sueño reflejaba un enfado. ¿Cual?
Contesto: Uno que dice: "Estoy harto ya de tanto lío, ¿porqué os empecinais en vuestras posturas, que me hacen volver una y otra vez a asuntos que me desdagradan?? ¿No podeis ver, con lo sencillo que es, que Yo Tengo Toda la Razón?"
Sí, en mi sueño, tenía toda la razón. Pero nada cambiaba con solo tenerla. Todo seguiría tal cual, y en cada una de esas situaciones inconfortables, me sabía teniendo la razón. Pero... ¡Qué incómodo resulta eso! ¡Qué ganas de gritar, con la Reina de Alicia, "¡QUE LES CORTEN LA CABEZA!!!"
A diferencia de lo que sucedía en el sueño, en mi vida diaria, tengo problemas, y a veces eso que llamamos "la razón", y otras veces no la tengo tanto; pero en todo caso, tengo otras actitudes que en el sueño no aparecían. Tengo, por ejemplo, miedo. A causa de ese miedo, algunos de los temas que me cercan los eludo, los olvido, los doy por perdidos y continúo rumbo. También tengo sentido del humor, y sentido de las proporciones, y sentido de la oportunidad; mediante estos sentidos, discrimino lo esencial de lo accesorio, lo dimensiono respecto de la situación en su totalidad.Tengo estrategias de victoria. Tengo coraje, capacidad para hacerme escuchar, posibilidad de negociar, visión pronóstica; gracias a todo lo cual, encaro algunos problemas en su primera fase, impidiendo que echen raíces profundas-
Siento a veces admiración, otras simpatía, otras repulsión por los involucrados en mis jaleos; y, en palabras del poeta, “me queda la vergüenza, ¿a qué más?”
Este soy yo entre mis circunstancias; y todo ello crea una trayectoria cotidiana. Es una trayectoria inexperta y algo errática; demasiado a menudo, con todo y todo, me fijo en un problemilla y construyo sobe ello una enramada inextricable, irrespirable para mí mismo. Pero otras veces, mi andar dice mis ritmos internos con toda fluidez; y a veces hasta segrega para mí ciertas feromonas que me hacen transitable el vivir, sin distinguir entre tiempos calmos y tiempos turbulentos.
En ocasiones, no acierto a encontrar la huella del camino, enzarzado en veintemil pequeñas adherencias, incapaz de desidentificarme de mis reacciones y mis emociones... y el agobio aumenta y se convierte en angustia... y entonces pido a gritos al cielo que desatasque para mí el trayecto, que calme cuando menos mis voces internas, que me dé toda, toda, toda la razón; y es como si creyese que con eso ya dejaría de sentirme enfadado y desdichado. El sueño me mostró que no. Que tener toda la razón no me servía para nada.
¡Qué bueno! ¡Tenía TOODAAA LA RAZÓÓÓN!. Y estaba iracundo. ¿no son acaso una y la misma cosa?
Gracias por hacerme trabajar.Suyo afectuoso
el soñador
miércoles, septiembre 22, 2010
globos
y este poema de Xavier Villaurrutia
De pronto ha dado fin la tempestad,
un resplandor que brilla repentino.
De pronto soy un ser, tengo destino,
me circunda la blanca claridad.
Ya no me pierdo solo en soledad,
ya no me oculto, turbo y me confino
y nadie quiere herirme, herir mi sino.
De pronto está conmigo la verdad.
Los dioses no me hieren ni castigan,
lo desnudo es la luz y no el tormento,
su espíritu es la rosa y es la espiga.
De pronto soy el sueño que yo sé,
acaba en melodía mi lamento.
Ella me reconoce aunque no ve.
y expresando una necesidad que no sé reconocer, ascienden erráticos hasta perderse en lo alto, por los cielos virtuales de la blogsfera...
viernes, septiembre 10, 2010
Amado Nervo
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A veces tu recuerdo se condensa
en mil formas extrañas; huye el día
y en rojo funeral, sobre la inmensa
extensión del azur, ¡la tarde piensa
y yo pienso con ella, vida mía!
¡Pienso en ti!
Cae el sol.
Alguien me nombra:
una voz -¡muy lejana!- de reproche;
y clavado de horror sobre la alfombra,
con los ojos abiertos en la sombra
te busco entre los sueños de mi noche.
El primer sueño
Y un sueño viene a mí. Cruza la sala
con vuelo de fantasma, y se divulga
un rumor ideal si bate el ala,
y es tan puro como una colegiala
vestidita de lino, que comulga:
¡La fe de mi niñez!
El segundo sueño
Oigo un escherso
inefable que el ánima me arroba
y otro sueño se acerca entre el disperso
enjambre, y es azul: el primer verso
que escribí, niño y trémulo, en mi alcoba...
El tercer sueño
Y llega un sueño rosa -¡oh paraíso!-
y siento no se qué dulces resabios:
es el beso primer que de improviso
le dejé a una muchacha que me quiso,
cierta noche de abril, entre los labios.
El cuarto sueño
¡Y luego un sueño púrpura! Ni el cielo
tan vivo luce cuando el sol navega...
¡Le conozco muy bien!: ¡el primer celo!
Mas si ya no sé odiar, ¡si ya el Otelo
murió en mi corazón!
¡qué tarde llega!
Tú
Y por fin vienes tú, con el sedeño
pelo arropas mi frente atormentada
y al oído me dices: pobre dueño,
lo mejor de mi ser es ser un sueño,
un copito de luz, un eco, nada...
Y suspiras: «¡Adiós!» y en el tranquilo
azul donde cada astro es como un broche
de trémulo cristal, hallas asilo,
mientras surge el menguante y con su filo
guillotina la testa de la noche...
(la ilustración es sobre un original de Remedios Varo. En forma de cartel mural, adorna una de las habitaciones de la Casa El Porte, una estupenda (y grata, y acogedora, y hermosa, y espaciosa, y bien situada, y bien dotada, y puesta con todo detalle y primorosa y entrañable y cómoda, y...) casa donde alojarse para pasar unos días en Tenerife. Paso la dirección: http://www.casaelporte.es/.
De nada.
jueves, septiembre 09, 2010
serie: GRANDES PROEZAS DEL RELATO BREVE EN CASTELLANO (Vol. 1)
En los Servicios (W.C., vamos) de cierto supermercado de aquella provincia española en la que recalamos durante dos semanas, me topé con esta perla del idioma.
Más sugerente, más resolutiva que "El dinosaurio" de Monterroso, expone, sin apenas artificios retóricos, una situación compleja y rica en matices.
Piense cada quien el sexo de quien escribió la inscripción, y la naturaleza de sus relaciones con el mentado Sr Ruiz (por cierto: es un pseudónimo. He reescrito la inscripción de mi puño y letra, y he cambiado el apellido original del interpelado, que era también monosilábico, por el de Ruiz . El documento así reproducido pierde, lo sé, en su capacidad de testimonio; pero en aquel incómodo cubículo la luz escaseaba -lo que señala, oscuramente, hacia el "bombillo de bajo consumo"- y además lo he hecho así por no comprometer a quien se jugó el tipo pariéndo la inscripción)
¡Ni Kafka, lo hubiese mejorado; ni Kafka!
Buscando el paradero de una amada onírica...
martes, septiembre 07, 2010
Serpientes y significados
lunes, septiembre 06, 2010
Zapatería y eneagrama
domingo, septiembre 05, 2010
Origen
Antes que nada, una cita, tomada de
http://elcafedeocata.blogspot.com/2010/08/futesas-de-un-dia-de-agosto.html
“He ido a ver Origen. Me ha aburrido. La realidad tiene más jugo.” Don Gregorio Luri.
Uno es un lector fiel de “el café de Ocata”, y muy -muy- a menudo estoy en desacuerdo con don Gregorio . Bueno, un corto excurso: cuando va de filosofía y filósofos, le estudio ( a veces aprendo y si no aprendo siempre es porque no le dedico el tiempo y la atención necesarios para entenderle). Disfruto siempre con su prosa: olé, olé y olé Ahí si que aprendo siempre. Comparto sus devaneos cuando se deja sorprender por lo que viene, y es la suya una mirada que, a la mía, le encanta copiar. Y difiero visceralmente cuando habla de política, de educación, de Bush y de todo eso -y aún en eso me ayuda a pensar y me permite disfrutar de cómo lo hace. Un gran señor, y no porque sea navarro como yo...
De cuando en cuando suelta perlas así: “Hace dos noches soñé que mi nieto decía con toda nitidez "Alcantarilla". Fin de la excursión.
Como había leido su comentario a la película, fui al cine un tanto receloso. Y, bueno, yo me lo pasé francamente bien.
Me dió juego como para ir montado el puzzle del guión , lo que me hizo sentirme listo; y me vendió algunos personajes con habilidad de buen vendedor. Me sobró algún rato “de los de la nieve”, de tanta acción y un trineo paquí y una explosión pallá. A cambio, disfruté de la suntuosidad de los decorados, de las abundantes bromas y guiños al espectador y, sobre todo, de esos tres cuartos de hora de autobús cayendo: con un par, sí señor...Tal vez alguien recuerde una película australiana que iba de un jabalí muy destructor -como Tiburón pero en Sus Scrofa-; el dire (¿sería Peter Weir?) , puestos a dramatizar, en escenas nocturnas ponía ¡dos lunas, en vez de una!. Pues eso: si hay que pasarse y demorar una caída cuarenta minutos, , pues se pasa y a otra cosa... Herencias -legítimas- de los surrealistas, diría yo.
El guión -fenomenal, arquitectónico, milimétrico y confuso, como es menester- no deja de ser una puesta al día de un guión viejísimo, mil veces escrito. Desde Chuang-Tzu (año 40 antes de Cristo, que ya es...) contó aquello de que T soñó que era una mariposa; y al despertar no sabía si era la mariposa soñando que era TZ o TZ soñando que era una mariposa. Hasta Monterroso, con lo de que al despertar, allí seguía el dichoso dinosaurio, pasando por... ¿A alguien le viene a la mente algun ejemplo y lo quiere compartir?
Lo que de los sueños cuenta la película es eso: que como pa no fiarse, que la vida es sueño y ni de eso estamos seguros. A mi no me parece que esta Origen contenga una revelación especial en estos terrenos. Me parece un film -que cursi me queda eso de film, pero es que ya he repetido “peli” y “película” tantas veces que...- de aventuras, tipo Misión Imposible. Muy bien hecho, pero nada trascendente; ni -me parece a mí- lo intenta. Trascendente me parece, en la onda de Ciencia Ficción y sueños, “2001”, claro; y “Planeta Prohibido”, y el “Solaris” de Tarkowsky -el de George Clooney tampoco estaba nada mal...; y aquella Dark City que me entusiasmó hace unos años -le das siete mil vueltas a todas las Matrix; vale la pena buscarla, creo-, y “La Última Ola”, esta sí de Peter Weir También me recordó la polémica entre onirólogos acerca de si el tiempo en sueños y el tiempo “relojístico” son o no iguales; y aquella prueba que algunos aportan de un señor que soñó que era un aristócrata francés, y veía su vida como aristócrata, y estallaba la revolución, y era detenido, apresado, juzgado, condenado y finalmente guillotinado -y se despertó por efecto de una tabla que se desplomó sobre su cuello; y, especulan algunos, ¿y si ese sueño entero se desencadenó cuando el primer contacto cuello-tabla se produjo, y se construyó íntegro en las milésimas de segundo que siguieron, hasta despertarse cuando el cuello sintió esa presión como peligrosa, una eternidad - una infinitésima - más tarde. (continuará...)