Por cuatro perras compré el otro viernes en La Casa del Libro de Madrid uno de Agustín García Calvo,

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A veces, señor de mi amor, aun en este valle de dudas
sucede también que la trampa tal vez y error se vislumbra
del juego mortal; por ejemplo, al querer contar lo que dura
un ensueño: que sí, que por fuera del sueño marca la aguja
la hora de los despiertos, incluso la del, si me apuras,
que durmiendo está; pero no del que soñando está la suya.
Y si a ese te vas y "¿Cuanto ha durado? di" le preguntas,
lo habrás despertado, y de nada valdrá. ¿Quién hay que presuma
ver su reloj? Puede ser que también en sueños se sufra
de ansia y temor; pero nada de tiempo sabe ni juzga
el que soñando se sueña, y el tiempo de su aventura
sólo otro lo sabe, al momento que, despertando, se ajusta
a la ley del trabajo y la muerte, y el sueño que se le esfuma
quiere evocarlo, y entonces lo que era masa confusa,
como huella que deja en el alma, una vez callada, la música,
para evocarlo lo narra o por escrito lo apunta:
no puede por menos; y así del ensueño cifra y figura
uno hace también, y se hace del tiempo idea, y estudia
siempre por ser quien es y saber su historia y su culpa.
......Pues algo así mi deseo, que no te espera ni busca,
señor de mi amor, sino en tu añoranza viva se funda,
y es deseo y recuerdo a la vez, una nube, que nubla
las lindes de la ancha tierra................
sucede también que la trampa tal vez y error se vislumbra
del juego mortal; por ejemplo, al querer contar lo que dura
un ensueño: que sí, que por fuera del sueño marca la aguja
la hora de los despiertos, incluso la del, si me apuras,
que durmiendo está; pero no del que soñando está la suya.
Y si a ese te vas y "¿Cuanto ha durado? di" le preguntas,
lo habrás despertado, y de nada valdrá. ¿Quién hay que presuma
ver su reloj? Puede ser que también en sueños se sufra
de ansia y temor; pero nada de tiempo sabe ni juzga
el que soñando se sueña, y el tiempo de su aventura
sólo otro lo sabe, al momento que, despertando, se ajusta
a la ley del trabajo y la muerte, y el sueño que se le esfuma
quiere evocarlo, y entonces lo que era masa confusa,
como huella que deja en el alma, una vez callada, la música,
para evocarlo lo narra o por escrito lo apunta:
no puede por menos; y así del ensueño cifra y figura
uno hace también, y se hace del tiempo idea, y estudia
siempre por ser quien es y saber su historia y su culpa.
......Pues algo así mi deseo, que no te espera ni busca,
señor de mi amor, sino en tu añoranza viva se funda,
y es deseo y recuerdo a la vez, una nube, que nubla
las lindes de la ancha tierra................
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