martes, septiembre 01, 2009

Uno y Trino

...me contaron...
Son las siete de la tarde y estoy de viaje; un viaje familiar sin más. De pronto me viene con nitidez un motivo de mis sueños de la pasada noche...

Al alba me desvelé, y pasé un rato en un estado entre la vigilia y el sueño. Allí pululaban imágenes a caballo entre mis intereses diurnos y la alegre libertad de los sueños... por ejemplo, actuaba de portero para un equipo de fútbol que jugaba en una cancha cubierta, y la distancia máxima enre el suelo y el techo no llegaba a ser de 1 metro... así que me las veía y me las deseaa para jugar todo torcido, y me preguntaba admirado cómo los otros se desenvolvían así de bien. “será la práctica, digo yo....”
>y después me encontraba en una estación de autobuses, a punto de embarcarme en un viaje.

Ese viaje era, y así lo sabía yo, triple. No recuerdo con total precisión qué trío de opciones representaba, pero venía a ser algo así:
1).- Era un viaje de puro trámite, un desplazamiento por demás conocido.
2).- También era un viaje trascendental, un ponerme en camino para cumplir una misión de importancia vital.
3).- Y era también un viaje de interés personal: si lograba llegar a tiempo a cierto destino, me saldría con la mía en algún negocio bien apetecible.

El estado de semisueño/semivigilia me permitió percatarme, sin despertarme, de esta polivalencia de una única imagen. Y me asombró esa polivalencia. Tanto que algo de ese asombro se llegó a filtrar hasta allí donde se estaba cociendo aquel sueño, porque me volví hacia mí mismo y me pregunté cual de los tres aquellos tres significados era el más cierto, el más adecuado y verdadero. Y para poder obtener una respuesta clara, probé a eliminar alguno de los tres significados a modo de experimento de comprobación ...

La sorpresa vino desde dentro del propio sueño: a mi intentona de seleccionar como cierta solo una de las tres, obtuve una rotunda negativa. “No”, me respondí, “de ninguna manera hay un significado real y dos accesorios. Los tres son reales, son activos, son actuales. Si prescindes de uno -no te digo ya de dos!- la imagen se muere, pierde su savia y no tiene ningún sentido”. Y de ahí no me pude sacar.

Después me dormí, me olvidé del sueño y, por la tarde, viajando en coche con mi familia, lo recuperé en un fogonazo. Viajando por rutas ordinarias, atendiendo a un propósito personal de mi interés y , como siempre hacemos, ingresando en el mundo y en un rol desconocido, trascendental...

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