lunes, octubre 12, 2009

¡Ah, la sencillez!

EL LIBRO: "Lo demás es silencio: la vida y la obra de Eduardo Torres".

EL CONTENIDO: es una recopilación de textos acerca de Eduardo Torres más otra recopilación de escritos del propio eduardo Torres.

EL CAPITULO: "El burro de San Blas (pero siempre hay algo más)"

CONTENIDO DEL CAPITULO: Un crítico literario que se esconde (¡fatal!) tras el improbable seudónimo de Alirio Gutierrez le entra, con gramática y todo, a una composición poética que circula "en forma de octavilas entre el público en general y no pocos especialistas". La composición, dice así:
"Aquí muy cerca en San Blas
vive un burro por demás"
Todos piensan que es muy sabio
pero nada bueno sale de su labio.
Dicen que es de cerebro pronto
pero lo que escribe siempre es tonto.
Contra cualquiera arremete
metiéndose en lo que no le compete.
Critica a todos con maña
pero aquí ya a nadie engaña.
Antes que a otros criticar
sus defectos debería mirar.
Si el que lee esto se lo cree
es más tonto que él, puesto que lo lee".
El sesudo crítico desmenuza y analiza la forma métrica, los tropos, las sinalefas y los hemistiquios; y le entra, mucho después, al contenido. Y aquí empieza la cosa a ponerse densa, porque el lector menos avispado empieza a barruntar:
a) Que Alirio Gutierrez esconde (¡fatal!) tras de sí la persona de... Eduardo Torres.
b) Que el "burro de san Blas" al que apunta la composición esconde (¡fatal!) tras de sí la figura de ... Eduardo Torres, y
c) Que el autor del epigrama no es otro ... que el arriba citado y también más arriba repetidamente citado eduardo Torres.
Esta alusión múltiple de un autor que se critica por escribir criticándose a sí mismo ( medio para criticar tanto a quienes le critican (véase el último pareado) como a quienes critican antes de autocriticarse -en general-, queda sencillamente expuesta en este párrafo que alude al sueño:
..."el lúcido pero intencionado señalamiento de los defectos de un supuesto otro que no es otro que el yo del poeta autoescarnecido así hasta el infinito en que la limitación no tiene límites y se abre al juego de espejos en que el sueño del otro refleja la realidad mejor que la realidad misma, y en que la realidad es el mejor reflejo del sueño del soñado que se sueña soñándose."
¿EL AUTOR? Augusto Monteroso.

4 comentarios:

el jilguero de Labeaga dijo...

Una errata: Se escribe Augusto Monterroso, con dos erres, no con una.

Y: ¿Debe entenderse de lo expuesto que Monterroso, autor del libro, utiliza como heterónimo el de Eduardo Torres mediante el cual, Dios mediante, el cual Augusto Monterroso ironiza acerca de sí mismo?

Francis Elizalde dijo...

Ciertamente, se dice Monterroso. Dejo en su sitio la errata para que su distinguido comentario mqantenga su fresca validez más allá de su fecha de caducidad.

Lo segundo, lo pilla usted a medias. Monterroso se dirije a nosotros a ytravés de hacerse ver como ese Eduardo torres de quien, casi con toda seguridad, acabaremos riéndonos; y entonces nos dice que se dice que nos dice que no seamos tan burros como él cuando a menudo dice lo que dice.

el jilguero de Labeaga dijo...

¿Nos dice que no seamos tan burros o nos dice que él suele decirnos que somos burros y es entonces cuando él debería mirar primero cuando él hace el burro, y por eso nos presenta la sentencia poligonal nosotros-Monterroso-Eduardo Torres- Alirio Gutierrez- el anónimo poeta de "el burro de San Blas?

Francis Elizalde dijo...

casi mejor si lo dejamos y nos echamos a soñar, ¿no? ...que son cuatro días....