lunes, octubre 06, 2008

casualidad, causalidad 3






Bilbao, lunes: Mi querido alterego:


Esta vez escojo enviarle una carta en vez de aceptar otro diálogo.


Antes que nada, una pregunta: ¿Donde está la conexión entre los dos artículos anteriores y el motivo de este Blog -es decir, los sueños?

Y, ya después de antes que nada, le cuento que la lectura de esas dos piezas me ha sumido en la melancolía.


Recuerdo bien el momento en que, siendo un mocete, de 15, 16, 17 años, hallé a través de libros y charlas con seres notables, pistas que me señalaban una nueva dimensión en la realidad.

Recuerdo lo que supuso para mí como aglutinador de identidad el mirar el mundo desde ángulos previamente inéditos y que, además, seguían siendo inéditos para casi todos los demás y, desde luego, para mis mayores.

De entre las numerosas pistas aquellas las había -bien me acuerdo- que sugerían que las casualidades no eran sino causalidades cuyas causas últimas, por sernos ignotas, habíamos de esforzarnos en conocer. "Como si un hombre, al conectar por la mañana una afeitadora, inaugurase una presa en el lago Ontario". Los fortuitos encuentros entre Oliveira y La Maga en el Paris de Rayuela, los de Breton y Nadja, que nos mostraban los boquetes que presenta la solo aparentemente tupida red de la realidad...
Todavía 40 años después, les sigo la trazada a algunas. Perdí el interés en otras: algunas dieron todo de sí hace ya tiempo, y otras conducían a lugares estériles.

El caso es que, pasado un tiempo suficiente, aquel ramillete de pistas fué alcanzando un status más público. Lo escondido llegó incluso a estar de moda. Aquello sólo mío daba cada vez menos uva y era cada vez menos "solo mío".

Mi propósito de vida incluye el autoconocimiento, y el conocimiento es un fruto que madura trabajando, y trabajando hube de llegar a revisar algunos de aquellos primigenios indicios y a mirarlos incluso desde el reverso del espejo, del otro lado, a mirar no ya los indicios sino mi propia actividad mirándolos. Así dejé de cultivar aquello para cultivar lo que ahora me va tocando, y volví a encontrarme en posesión de material "solomío" y de puntos de apoyo inéditos.

Este movimiento actual, es consecuencia de un compromiso de vida, y me proporciona una satisfacción y es la etapa que me toca correr. Aquel inicial apareció como fruto del impulso inicial, sin objetivo ni propósito, y proporcionó fuerzas, impulso, entusiasmo y deleite.
Cuando ambas experiencias me hacen escuchar sus voces, la música que me regalan es buena, loca, triste; chispeante, insolente, ingenua, descarada, laboriosa, prudente, resignada, amorosa...
Cuando pienso en usted, mi alterego, mon frére, así, así, así es como me siento.

Cuídese, cuídeseme. Y no se duerma en la autoindulgencia: ¿Donde están quedando los sueños entre tanta lírica, pues?




3 comentarios:

Anónimo dijo...

no te engañes...

te hace falta una buena follada.

un buen polvo...

una buena cojida....

quieres mi pene, mi polla, mi verga..

es grande, gruesa, cabezona, humeda, fresca, dura y tierna, audaz y prudente...

quiero tu culo, tu ano, tu hoyo...
es étereo, profundo, oscuro.

damelo otra vez..

quieres mi
mierda en tu lengua?

Anónimo dijo...

anonimo es mi hombre...

su mierda es mia

su polla es mia

su pene es mio....

pero quiero que tu culo sea mio..

para poderte bombear y desacomodarte los intestinos con mi polla de 9 pulgadas

Anónimo dijo...

Para mi, la conexión es que ambos, sueños y mundo de casualidades o pistas (para llamarlo de algún modo) es la posibilidad de explicar(me) de algún modo "algo" demasiado inexplicable.