lunes, octubre 13, 2008

Casualidad causalidad: ¡Y vuelta a empezar!

...Abrí mi ejemplar de “La Diosa Blanca” de Robert Graves y encontré lo que estaba buscando: Unas frases acerca de “los nidos de la yegua nocturna” que hicieron mella en mí desde la primera vez que las leí, treina años atrás y que quería traer al Blog.. Allí estaban, en la página 30; y aquello otro... donde , donde... a ver si con el índice... aquí, en la 542.
Copié ambos párafos -en breve los subiré al Blog- y, tras dar un paseo por páginas abiertas al azar, me entraron deseos de visitar la “Postdata de 1960”, ya en las páginas finales, para recordar los términos precisos con los que el poeta describe su peculiar estado mental en el momento en que “fué poseido” por el material poético-histórico-mitológico que abordó en esta obra sin iguaL .
Y allí me fui y leí:


“En 1944, en la aldea de Galmpton del Devonshire, trabajaba contra el tiempo en una novela histórica acerca de los Argonautas...
“...no soy místico; eludo la participación en la hechicería, el espiritismo, el yoga, la buenaventura...”




“Ahora bien: yo tenía en mi cuarto de trabajo varios pequeños objetos de bronce del Africa occidental - comprados a un comerciante de Londres- para pesar el oro en polvo, la mayoría en forma de animales, entre ellos UN JOROBADO QUE TOCABA LA FLAUTA.


- Tambien tenía una cajita de bronce con tapa, hecha (según me dijo el comerciante) para guardar el polvo de oro. Yo tenía al jorobado sentado en la caja. Diez años después me enteré de que el jorobado era un heraldo al servicio de la reina madre de algún Estado de Akán; que cada una de las reinas madre de Acán pretenden ser la reencarnación de la triple diosa luna Ngame. El dibujo de la caja en que estaba sentado significa a su vez “”Nadie más grande en el Universo que la triple Diosa Ngame!”


“Muy bien, anotemos la coincidencia. Niéguese toda conexión enre el heraldo jiboso colocado sobre la caja y yo, que de pronto me sentí obseso por la Diosa Blanca europea. Yo ignoraba por completo que la caja celebrara a la diosa Ngame...”
“Descartad como una coincidencia, si así os place...”
“Descartadlo también como una coincidencia, si así os place...
“...series de más que coincidencias se dan tan frecuentemente en mi vida que, si se me prohibe llamarlas “frecuentaciones sobrenaturales”, permítaseme que las llame “costumbres”.



En fin: Un jorobado que toca la flauta sopló al oído de Graves para que, por casualidad, hablase de la gran diosa y de los estados que ni son causalidad ni, de ninguna manera, casualidad. Algún eco de aquella flauta, tañida en otro continente, por otro jorobado de nombre Kokopelli despertó en mí el impulso de revolver los términos causalidad y casualidad para decir, según mi costumbre, que me atengo a las verdades contradictorias con mucho más amor que a las verdades de un solo enunciado. Y alguna intranquilidad me movió para, lejos de mis facultades de memoria, como perro que huele el agua invisible, seguir el rastro hasta las páginas donde, posiblemente, aprendí en su día de jorobados flautistas, de estados de no-azar, de compromisos poéticos, de la diosa blanca.

¿Casualidades? ¿Sí? ¿o simples causalidades?


Como postdata para la serie “casualidad/causalidad”, me parece una chulada.


(Problema: Históricamente, ¿existe conexión africano-norteamericana como para dar en ambos continentes una figura tan poco previsible como un JOROBADO FLAUTISTA?
¿Alguien ha visto -qué sé yo, tal vez en Deiá exista un museo Graves...- Esa figurita que, sopla soplando, aturdió al poeta? ¿Se asemejará a Kokopelli?
En http://lotuspharia.freeyellow.com/id80.html aparecen unas cuantas reflexiones atingentes al tema de Ngame y su jorobado y Graves y la Diosa...)

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